28 de diciembre de 2019


LA SAGRADA FAMILIA EN TU CASA


Nos vendrá bien recordar en este domingo la vida preciosa de la Sagrada Familia en la casita de Nazaret, sobre todo ahora cuando muchos ni quieren familia, ni casa, ni estabilidad, aunque en el fondo todos la añoren.
Reflexionemos con la liturgia.


  • Eclesiástico
Nos da unos consejos muy importantes para que los hijos respeten a sus padres y consigan las bendiciones de Dios. Así, al que honra al padre se le perdonan los pecados;
será escuchado cuando rece, tendrá una vida larga. Con respecto a la madre se  asegura que el hijo acumulará tesoros y que Dios escuchará sus peticiones.
El autor sagrado alaba de una manera especial al hijo que, cuando el padre chochea, tiene indulgencia con él y no lo abochorna.
Buenos consejos y promesas para los hijos que respetan y honran a sus padres.
Así pensaba la tradición popular bíblica y ojalá que vivamos de esta manera hoy ya que, precisamente, es el cuarto mandamiento el que incluye las promesas especiales de Dios.
  • Salmo 127
Es el salmo que recoge las bendiciones de Dios para la familia y tiene promesas muy concretas del Señor: “Tu mujer como parra fecunda en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa”.
Así bendice Dios al hombre que “teme al Señor”.
  • San Pablo
Da unos sabios consejos para vivir la fe en familia.
Sería bueno meditarlos en un rato de oración juntos los padres y los hijos, ya que se trata de cosas muy prácticas como ayudarse, corregirse, perdonarse y sobre todo amarse ya que “el amor es el ceñidor de la unidad consumada”.
No olvida Pablo cómo hay que ser agradecidos con Dios y entre todos los que constituyen la familia.
También invita a la oración familiar cantando a Dios, dándole gracias con salmos, himnos y cantos inspirados.
Finalmente, ofrece unos consejos muy concretos para la mujer, el marido y los hijos.
Pero cuando no se quiere entender, no se puede entender.
Esto les pasa a algunos que juzgan la Biblia desde sus “criterios particulares”. Pero, ¿qué más quisiera una mujer que su esposo la amara hasta dar la vida por ella, como lo hizo Jesús por la Iglesia?
Esto es, ni más ni menos, el pedido de San Pablo en sus escritos.
Pidamos a Dios que nos dé matrimonios de fe que construyan familias felices, asegurando así un futuro mejor para nuestra sociedad.
  • Verso aleluyático
Recoge unas palabras de la carta a los Colosenses que hoy hemos meditado:
“Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón”.
  • Evangelio
Nos cuenta San Mateo que cuando se marcharon los Magos, es decir, después de aquel encuentro feliz, el ángel del Señor se apareció en sueños, como ya era costumbre con José, y lo apuró en plena noche:
“Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto”.
En la misma noche, con la docilidad que le caracteriza, el santo patriarca obedece y se lleva a María y a Jesús al destierro.
Trabajan, se acostumbran y… otra vez regresa el angelito repitiendo:
“Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel”.
De nuevo hay que cambiar de vida, pero vienen las dudas sobre si será oportuno residir en Jerusalén o regresar a Nazaret.
El ángel le da la respuesta y regresan a Nazaret.
Dolores y gozos. Establecerse y dejar. De una forma u otra, así es nuestra vida. Lo importante es seguir el plan de Dios con alegría y recordar que estamos “desterrados en este valle”… Suspirando por la morada definitiva en la casa del Padre.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

22 de diciembre de 2019

 LA FECUNDIDAD DEL SILENCIO
Estamos en el cuarto domingo, el último, de adviento. 
La liturgia nos prepara con cuidado para el gran acontecimiento que salvó a la humanidad: 
El nacimiento de Jesús. 
Hoy en concreto, quiere la Iglesia que aprendamos a valorar el silencio que acoge, espera, medita y ama. José, ante la prueba más grande de su vida, calla y espera hasta el extremo. Cuando ya todo le parece imposible, Dios habla y aquel hombre santo entra en el misterio de Dios como un gran privilegiado. María, por su parte, ve cómo Dios entra en ella, mujer virgen, y la hace fecunda. ¿Sería posible explicar a un hombre esta maravilla de Dios: virgen y madre? María calla y Dios habla. Así se abrió al mundo el templo de Nazaret, la familia que se llenó de la Trinidad. 
Será muy bueno que nosotros, que no podemos vivir sin la bulla, nos pongamos en la oración del silencio. 
Entonces nos enteraremos porqué “cuando todo estaba en el silencio de la medianoche el Altísimo pronunció su palabra”. 
  • Antífona de entrada 
Es el anhelo del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, tantas veces repetido: 
“Cielos, destilad el rocío; nubes derramad al Justo: que se abra la tierra y brote el Salvador”. 
  • Isaías 
El rey Acaz teme la derrota, por eso, cuando los arameos acamparon en Efraín “se agitó su corazón y el corazón del pueblo como se agitan los árboles del bosque con el viento”. 
Isaías le promete la victoria de parte de Dios. 
Ante su desconfianza, Isaías dice al rey que pida una señal. 
Como este no quiere, Dios le da como señal de la victoria la promesa del Emmanuel: 
“La Virgen está encinta y da a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel que significa Dios con nosotros”. 
Estas palabras nos las repetirá hoy el Evangelio de San Mateo. 
  • Salmo 23 
Es un himno de alabanza a Dios por ser creador de todo y el vencedor siempre frente a sus enemigos: 
“Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: Él la fundó sobre los mares, Él la afianzó sobre los ríos”. 
A continuación el salmista nos advierte quiénes pueden subir al monte del Señor: 
“El hombre de manos inocentes y puro corazón”. 
  • San Pablo 
En esta carta se presenta a los romanos como el apóstol, llamado por Dios para llevar a todas partes el Evangelio. 
A continuación presenta el evangelio que él predica como la realización de las promesas de Dios, que pone a Jesucristo muerto y resucitado con todo el poder por ser Hijo de Dios. 
De esta manera Pablo justifica que, aunque no es de allí, se siente llamado a escribir a los romanos para evangelizarlos. 
  • Evangelio
Hoy nuestro compañero del ciclo A nos dice: “el nacimiento de Jesucristo fue de esta manera” y nos descubre los tormentos de José y de María, el amor llevado al extremo. 
José no entiende. Sabe que María es santa. Sabe que está encinta y que el niño no es de él. Tres cosas imposibles de unir. 
Su decisión es marcharse perdiendo la fama como si hubiera traicionado a su esposa y al Hijo que hay en ella. 
María siente angustia por lo que ella lleva en su seno, que es imposible de explicar, ¿un hijo por obra del Espíritu Santo? 
Nunca se ha dado cosa semejante. 
El silencio se hace imposible y, cuando José se decide escapar, Dios habla y aquella medianoche brilló el sol del amor y la fidelidad en Nazaret. 
José decidiría, seguiremos juntos María y yo. Ante los hombres seremos padres de Jesús y descendientes de David. 
Ante Dios aría, Madre del Verbo encarnado y José el hombre virgen, santo y sacrificado que respalda la vida y la fama de Jesús y de María.


José Ignacio Alemany Grau, obispo

14 de diciembre de 2019

¡ALEGRÍA! ¡EL SEÑOR ESTÁ CERCA!




¡ALEGRÍA! ¡EL SEÑOR ESTÁ CERCA!

En este domingo la liturgia quiere invitarnos a la alegría cristiana y a la motivación más fuerte Dios con nosotros y nosotros con Dios. Es San Pablo el que nos lo repetirá en la antífona de entrada: “Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres”. Un domingo para examinar si tenemos la alegría verdadera en nuestra vida y si sabemos comunicarla. La motivación más fuerte debe ser nuestra cercanía con Dios.

Isaías
La preciosa profecía mesiánica de hoy refleja el regreso de Israel a Sión donde encontrará el gozo exuberante, manifestado en los cantos y la cercanía del Señor con su pueblo: “He aquí vuestro Dios… Viene en persona y os salvará”.
Todo esto se reflejará en multitud de prodigios a los que aludirá Jesús en el Evangelio de hoy:
“Se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán; saltará el cojo como un ciervo y cantará la lengua del mudo. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cantos”.
Y como un resumen de todo esta bella expresión: “encabeza alegría perpetua, siguiéndolos gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán”.

Salmo 145
Nos muestra a Dios fiel por encima de todo. Él “hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos, liberta a los cautivos. Abre los ojos al ciego”.

Toda una maravilla que hace eco al párrafo bíblico de Isaías que meditamos.

Hemos de tener en cuenta que para la Iglesia todas estas Escrituras son proféticas con relación al Mesías y nos quieren hacer pensar en la fecundidad de la venida del Verbo de Dios en carne mortal hasta nosotros.

Santiago
Como siempre nos da una serie de consejos muy prácticos que podríamos concretar en estos puntos:

+ Tener paciencia hasta que venga el Señor a pesar de las dificultades que encontramos en este mundo.

+ Para invitarnos a ello nos pone el ejemplo del campesino paciente que expone su semilla esperando que pueda fructificar.

+ Del mismo modo debemos esperar nosotros con paciencia la venida del Señor “que está cerca”.

Este es uno de los temas fundamentales de este domingo: la cercanía de Dios.

+ Nos pide también el apóstol que no andemos quejándonos unos de otros, dada la importancia de la caridad porque el Juez, el Señor, está a las puertas.

+ Y el último ejemplo de paciencia es el de los profetas que hablaban en nombre de Dios a pesar de que no conocían el tiempo en que se cumplirían sus profecías.

Verso aleluyático
Es un texto muy querido, que Jesús hizo suyo en la sinagoga de Nazaret:

“El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres”.

Evangelio
Tiene dos partes muy claras. En la primera Juan Bautista envía a unos amigos para que pregunten a Jesús si Él es el enviado de Dios o hay que seguir esperando.

La respuesta del Señor fue muy simple. Aludiendo a lo que todos veían, les explica cómo se cumplen las profecías, entre ellas las que hoy hemos meditado en Isaías:

“Los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios…”

No hay como el testimonio de vida para convencer de la verdad que trae el apóstol.

La segunda parte es el testimonio que Jesús da cerca de Juan ante la multitud:

Alaba su valentía, su sacrificio y mortificación y da el testimonio bíblico importante diciendo que Juan es su propio precursor, citando el Éxodo 23,20:

“Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado”.

O citando al profeta Malaquías (3,1):

“Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mí”.

Jesús concluye con esta gran alabanza:

“No ha nacido de mujer uno más grande que Juan Bautista”.

Como conclusión de este domingo, será bueno profundizar si la cercanía de Dios nos produce gozo y esperanza.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

8 de diciembre de 2019

DISPOSICIONES ANTE EL ADVIENTO

La antífona inicial nos describe cuáles deben ser nuestras disposiciones en el adviento que acabamos de comenzar:
“Mira al Señor que viene a salvar a los pueblos. El Señor hará oír la majestad de su voz y os alegraréis de todo corazón”.
La venida de Jesús, cuando hay fe, es siempre gozosa.
Es la actitud de quien ama:
Si queremos mucho a una persona “la esperamos siempre”.
Cuando no la queremos o la tememos, no deseamos que venga.
Del amor nuestro a Jesús depende el gozo y la esperanza en el adviento del Señor que viene siempre.
  • Isaías
Nos descubre las maravillas del hijo de Jesé, que es David, y al que presenta lleno del Espíritu del Señor y con sus dones especiales.
La Iglesia lo recordará especialmente en el sacramento de la confirmación.
El reinado de David se caracterizará por la paz gozosa del pueblo que vivirá, como siempre desea la humanidad, y que pocas veces se hace realidad debido a las pasiones humanas.
Con bellas comparaciones nos descubre la paz entre los hombre y hasta en los mismos animales.
Esta es la utopía que siempre anhela la humanidad y sobre todo quienes han conocido a Dios.
  • Salmo 71
El salmo nos invita a alabar a Dios pidiéndole que en este mundo reine la paz y la justicia, especialmente entre los pobres y afligidos:
“Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna… Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector”.

  • San Pablo
Nos pide a los cristianos que conozcamos y hagamos vida “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” para glorificar a Dios, lo cual es la primera obligación de todas las criaturas, y para acogernos mutuamente “y estar de acuerdo entre nosotros, según Cristo Jesús”.
El apóstol concreta la actitud redentora de Jesús que salva a todos, primero a los del pueblo de Dios y después a los gentiles para que también ellos conozcan y glorifiquen la misericordia de Dios.
Así debe ser la vida del cristiano.
  • Verso aleluyático
“Preparad”. Lo vamos a oír muchas veces en estos días:
Ojalá nos decidamos a hacerlo para que el Señor nos encuentre preparados, como nos repite tantas veces Jesús.
  • Evangelio
Puntos de reflexión:
+ “Convertíos porque está cerca el reino de los cielos”.
Es de notar que lo que los otros evangelistas llaman el “reino de Dios”, Mateo lo llama “reino de los cielos”, ya que esta expresión tiene más sentido y es una fórmula más agradable para los judeocristianos hacia quienes escribe el primer evangelista. Pero la realidad es la misma.
+ Impresiona que el mensaje de Juan es exactamente el mismo de Jesús:
“Convertíos porque está cerca el reino de los cielos”.
Qué bueno será que también nosotros anunciemos siempre la verdad del Evangelio con las palabras que nos enseñó Jesús.
+ Hoy se nos presenta la vida de Juan muy sacrificado y permaneciendo en el desierto.
Su vida penitente atrae al pueblo que viene a buscarlo para recibir el bautismo de conversión. El verdadero evangelizador siempre atrae al pueblo de Dios.
+ El bautismo de Juan es como el de otros predicadores de siempre, con agua. Pero el precursor nos habla del bautismo de Jesús que será en el Espíritu Santo y fuego.
Este será el sacramento del bautismo y hay que evitar caer en el error de quienes dicen que hay que bautizarse a los treinta años como lo hizo Jesús porque, en primer lugar Jesús, al no tener pecado, no necesitaba ser purificado por el bautismo y en segundo lugar porque el bautismo del Espíritu nos hace hijos adoptivos de Dios y Jesús mismo era el Hijo verdadero de Dios.
+ Una conversión especial pide Juan a los fariseos con palabras muy duras, semejantes a las que les dedicará Jesús, para que no actúen con hipocresía y no engañen al pueblo sencillo.
Aquí tenemos buenas lecciones para sacar provecho del adviento que ya llegó en el año litúrgico, para prepararnos sobre todo a la Navidad.


José Ignacio Alemany Grau, obispo

30 de noviembre de 2019

CAMINEMOS A LA LUZ DEL SEÑOR

En el primer domingo de Adviento nos presenta Isaías el triunfo de Dios sobre Israel y sobre todos los pueblos de la tierra.
Esto viene a ser un símbolo de la humanidad que llega a Dios.
  • Isaías
Dios promete por medio de Isaías la salvación para Israel y todos los pueblos.
En este pequeño párrafo podemos encontrar cuatro puntos importantes que nos dan a conocer los planes de Dios por medio de Isaías, tan querido por la liturgia y de manera concreta en el tiempo de Adviento:
+ El monte del Señor sobre el cual está construido el templo, es como un lugar de encuentro entre Dios y los hombres.
+ Todas las naciones, como un río de peregrinos, van hacia la casa del Señor:
“Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos”.
+ A todos les enseña Dios para que puedan encontrar el camino de la ley que salva:
“Él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas porque de Israel saldrá la ley, de Jerusalén la Palabra del Señor”.
+ Finalmente todos juntos encontrarán la paz que el profeta nos presenta con estas hermosas comparaciones:
“De las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas... Todos repetirán: caminemos a la luz del Señor”.
  • Salmo 121
Después de esta visión de Isaías es lógico que la liturgia nos presente este salmo, que es una invitación para caminar todos unidos al templo de Jerusalén, que viene a ser como la casa del Señor.
Se trata de una “canción de las subidas”, impresionante para todo israelita que después de una pesada peregrinación podía poner sus pies en los “umbrales de Jerusalén”.
Es una impresión que perciben también los peregrinos que hoy van a Tierra Santa, buscando los pasos de Jesús y compartir la historia de su pueblo en el Antiguo Testamento.
  • San Pablo
La invitación de San Pablo a despertar de la modorra en que vivimos, también es muy importante en nuestros días:
Sin darnos cuenta un mundo de vacío y de pecado nos envuelve y oscurece nuestra vida y nuestra conducta.
El cristiano debe vivir en la claridad de Cristo que es su vida y su conducta.
En medio de un mundo que pretende haber llegado al mayor desarrollo, necesitamos actuar “como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas y pendencias”.
La conclusión la saca el mismo apóstol pidiendo:
“Revestíos del Señor Jesucristo y no deis pábulo a la carne siguiendo sus deseos”.
  •  Verso aleluyático
Este versículo nos invita a pedir al Señor que en medio de tantas cosas difíciles, tenga la bondad de “mostrarnos su misericordia y darnos su salvación”.
  • Evangelio
A través de la historia, el hombre aparece con frecuencia metido en cosas poco importantes y descuidando lo fundamental.
Jesús pone entre otros el caso de Noé, que invitaba al pueblo a la conversión y nadie le hacía caso:
Cada uno vivía metido en sus pasiones y pecados.
Y cuando menos lo esperaban el diluvio los sorprendió a todos.
Somos superficiales. Los mismos apóstoles coincidían con nosotros y sus primeras preguntas a Jesús eran: “¿y cuándo sucederá esto?”
Y Jesús, que va a lo fundamental, nos dice que estemos siempre “preparados porque a la hora que menos pensemos viene el Hijo del hombre”.
Vivir siempre en la fidelidad a la voluntad de Dios es el secreto para llegar a la salvación.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

23 de noviembre de 2019

JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

En nuestro tiempo, como en otros muchos momentos de la historia, se ha repetido con respecto a Jesús: “no queremos que éste reine sobre nosotros” (Lc 19,14).
Pero pueden estar seguros de que ninguno de ellos ha conocido de verdad quién es Jesús.

  • Prefacio
Este precioso prefacio recoge la grandeza de Jesucristo Redentor que mereció de verdad ser Rey, el único Rey del universo:
“Porque consagraste Sacerdote eterno y Rey del universo a tu único Hijo, nuestro Señor Jesucristo ungiéndolo con óleo de alegría, para que ofreciéndose a sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el altar de la cruz, consumara el misterio de la redención humana y, sometiendo a su poder la creación entera, entregara a tu majestad infinita un reino eterno y universal: el reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”.
Así nos da la liturgia los motivos importantes por los que la Iglesia reconoce a Jesucristo como Rey del universo.

  • 2 Samuel
Nos presenta a David como imagen del Mesías porque a través de toda la historia de su pueblo ha sido tenido como el gran rey y pastor de Israel.
Los motivos para escoger a David, según las tribus que lo ungieron, fue que Dios mismo le había prometido: “Tú serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel”

  • Salmo 121
Es el salmo de las subidas, es decir, el canto del pueblo de Israel cuando iba en peregrinación al templo de Dios:
“¡Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor!”

  • San Pablo
La lectura de Pablo a los colosenses nos invita a glorificar a Dios con este hermoso himno:
“Damos gracias a Dios Padre” por la redención que nos ha venido en Cristo, su Hijo querido en cuyo reino nos ha introducido por la sangre redentora que nos perdona los pecados.
Lo glorificamos también porque Él, al ser imagen del Dios invisible, es el primogénito de todas las criaturas, tanto celestes como las de la tierra.
Aprendamos a glorificar a Jesucristo con los hermosos motivos que nos presenta esta carta de San Pablo.

  • Verso aleluyático
Nos invita a glorificar hoy a Dios con las palabras que repetimos en la Santa Misa antes de la consagración y que recoge las alabanzas del pueblo sencillo cuando Jesús entró triunfalmente en Jerusalén:
“Bendito el que viene en nombre del Señor”.

  • Evangelio
No hay duda que el párrafo evangélico de hoy es muy extraño. Mientras agoniza en la cruz las autoridades del pueblo se burlaban de Él y lo mismo los soldados leyendo el texto que había mandado poner Pilato sobre la cruz: “Jesús nazareno rey de los judíos”, decían:
“Si tú eres el rey de los judíos, sálvate a ti mismo”.
En cambio, el buen ladrón, que también estaba agonizando, se vuelve a Jesús para pedirle en serio:
“Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino”.
Y el crucificado, aparentemente con gran atrevimiento, le contestó:
“Hoy estarás conmigo en el paraíso”.
A este Rey es al que nosotros glorificamos, al que ha dicho:
“Mi reino no es de este mundo… mi reino está dentro de ustedes”.
Aprovechemos este domingo para glorificar a Jesucristo como verdadero Rey y Señor de todo cuanto existe porque Él mismo lo ha creado con el Padre y el Espíritu Santo.


José Ignacio Alemany Grau, obispo

16 de noviembre de 2019

SI VIVIMOS EN EL AMOR, LLEGAREMOS AL AMOR

Aunque no es bien visto en esta sociedad, la Iglesia tiene que ser fiel a Jesús y anunciar a los hombres que quieren huir de la responsabilidad, la verdad de nuestro futuro.
A este propósito quiero citar al cardenal Gerald Müller que en su “Declaración de Fe”, enseña:
“Cada persona tiene un alma inmortal que es separada del cuerpo en la muerte, esperando la resurrección de los muertos. La muerte hace definitiva la decisión del hombre a favor o en contra de Dios. Todo el mundo debe comparecer ante el tribunal inmediatamente después de su muerte. O es necesaria una purificación o el hombre llega directamente a la bienaventuranza celestial y puede ver a Dios cara a cara.
Existe también la terrible posibilidad de que un ser humano permanezca en contradicción con Dios hasta el final y, al rechazar definitivamente su amor, condenarse para siempre”.
Estamos al final del año litúrgico y la Iglesia nos habla del fin de los tiempos y de la vuelta de Jesús, enseñanza que prolongará en los primeros días de adviento.
Que este tiempo especial sea para todos nosotros tiempo de conversión para llegar al Reino eterno de Dios en Cristo.
  • Malaquías
En este texto la Tradición de la Iglesia quiere ver el fin de los malvados y el fin de los fieles:
“Malvados y perversos serán la paja y los quemaré el día que ha de venir y no quedará de ellos ni rama ni raíz… pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia”.
  • Salmo 97
Este salmo está en consonancia con el tema de hoy, presentándonos a Dios que gobierna los pueblos con rectitud:
“Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud”
  •  San Pablo
En su segunda carta a los Tesalonicenses les habla de cómo hay que vivir trabajando.
Parece que algunos, pensando que se acababa el mundo, ya no querían trabajar, por eso les advierte a todos: “el que no trabaje que no coma”.
Y les explica porqué él mismo se había esforzado siempre en trabajar para comer, aunque como buen evangelizador “merecía su paga”:
“No vivimos entre vosotros sin trabajar, nadie nos dio de balde el pan que comimos, sino que trabajamos y nos cansamos día y noche, a fin de no ser  carga para nadie”.
  • Verso aleluyático
Este versículo trae una cita de San Lucas que nos permite ver cómo en Cristo, juez justo, llega nuestra verdadera liberación:
“Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”.
  • Evangelio
San Lucas continúa las enseñanzas de Jesús sobre el Juicio final que inició en el capítulo 17,20-37 enseñando en el templo.
Por eso nuestro párrafo comienza diciendo:
“Como algunos hablaban del templo, de lo bellamente adornado con piedras de calidad y exvotos”, Jesús habla del final, advirtiendo que Él vendrá y cuando venga todos se darán cuenta.
Por eso  aclara Jesús que no nos engañen los que tantas veces repiten a través de la historia “yo soy” o bien “está llegando el tiempo”.
Veamos con paz estas enseñanzas del género apocalíptico, bajo las cuales debe quedarnos clara la idea que el Señor vendrá en su momento y dará a cada uno según sus obras.
Uno de los puntos especiales que se han hecho patentes en la historia de la Iglesia es la persecución de los cristianos.
De hecho esta terrible persecución, sin causas objetivas, que vemos también en nuestros días, nunca la podremos entender.
El Señor todavía pone las cosas más difíciles diciendo: “hasta vuestros padres y parientes y hermanos y amigos os entregarán y matarán a algunos de vosotros”.
Jesús, sin embargo, nos invita a perseverar en la fidelidad:
“Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra paciencia salvaréis vuestras almas”.
Aprovechemos este tiempo litúrgico para profundizar las enseñanzas de la fe respecto al final de nuestra vida.

José Ignacio Alemany Grau, obispo


9 de noviembre de 2019

EL CIELO ES LA GRAN ESPERANZA


EL CIELO ES LA GRAN ESPERANZA

En este domingo XXXII del tiempo ordinario, la Iglesia nos invita a meditar más allá del tiempo, según nos enseña la fe que repetimos en el Credo:
“Creo en la resurrección de la carne y en la vida eterna”.
Trabajemos por mejorar nosotros y nuestras cosas, mientras vivimos en el mundo, pero no olvidemos que en el momento menos esperado, según nos advertía Jesús, nos iremos con la cosecha del amor: ¡Que sea abundante!
  • 2 Macabeos
Nos cuenta hoy esta historia impresionante:
Una madre valiente que ve morir a sus hijos a manos de un tirano y no se inmuta, sino que los anima para que sean fieles, pensando en la resurrección que les espera después del martirio.
Veamos las frases que dicen al tirano, algunos de ellos, antes de morir:
+ “Tú malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el Rey del universo nos resucitará para una vida eterna”.
+ “Después invitan al tercero a sacar la lengua, lo hizo enseguida y alargó las manos con gran valor y habló dignamente: “de Dios las recibí y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios”.
+ “El cuarto, cuando estaba para morir, dijo: “Vale la pena morir a mano de los hombres cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida”.
Por su parte la madre, es la gran heroína que da fuerzas a cada hijo en su propio idioma, que no conocía Antíoco, hasta que ella misma fue martirizada.
Así toda la familia fue fiel a Dios y a su fe.
Más. En la tradición cristiana se han considerado a estos macabeos como santos del Antiguo Testamento y se les han dedicado algunas iglesias.
  • Salmo 16
Al leerlo podemos aplicarlo a la resurrección y lógicamente más en concreto a los mártires. Es bello meditarlo y recrearnos en algunas palabras:
“Guárdame como a las niñas de tus ojos”.
Y más todavía: “A la sombra de tus alas escóndeme”, que nos recuerda la comparación que Jesús hizo de sí mismo con la gallina que cobija los polluelos.
  • San Pablo
El apóstol pide para los tesalonicenses la protección del Señor, a fin de que tengan fidelidad en su vida y en comunicar la fe. Que el Señor los libre del maligno y “dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia de Cristo”.
  • Verso aleluyático
Recoge el tema central del día presentándonos a Jesús como “el primogénito de entre los muertos” porque resucitándonos abrió a todos la posibilidad de resucitar.
Nuestra resurrección depende de Cristo. Recordemos:
“Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí no morirá para siempre”.
  • Evangelio
Después de presentarle a Jesús un “cuentito” posible de una mujer que tuvo siete maridos porque fueron falleciendo sin dejar hijos, todos ellos hermanos entre sí, le preguntan: “Por último murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete han estado casados con ella”.
Jesús aclara que tras la resurrección no habrá matrimonio y vivirán para siempre porque participan de la resurrección como hijos adoptivos de Dios.
Seamos sinceros, amigos todos, ¿no es cierto que si creyéramos de verdad en la resurrección sería muy distinta nuestra vida?
Terminemos recordando nuestra fe con las palabras que dijimos al principio:
“Creo en la resurrección de los muertos y en la vida eterna”.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

2 de noviembre de 2019

DIOS AMIGO DE LA VIDA

DIOS AMIGO DE LA VIDA

Si Dios es la vida y fuente de ella y si San Juan nos enseña, al principio del Evangelio que en el Verbo encarnado, “en Él estaba la vida”, debemos aprender el gran respeto y amor por toda vida y sobre todo por la vida humana y además procurar que todos los seres humanos puedan llegar a conocer a Dios que es la fuente de toda existencia.
  • Sabiduría
Es un precioso párrafo que les invito a leer detenidamente.
En él descubrimos la ternura que Dios tiene por sus criaturas:
“Amas a todos los seres”.
Él, en efecto, es “el amigo de la vida” y “perdonas a todos porque son tuyos”.
En Dios vemos una delicada manera de hacer que todos puedan recibir el perdón. Fijémonos en estas palabras:
“Corriges poco a poco a los que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes para que se conviertan y crean en ti, Señor”.
Esta frase nos recuerda la esencia de la predicación de Jesús:
“Conviértanse y crean en el Evangelio”.
Aprovechemos esta lectura para purificar nuestra conciencia de todo pecado.
  • Salmo 144
Es una invitación para alabar y ensalzar a Dios:
“Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás… El Señor es clemente y misericordioso”.
  • San Pablo
Dos cosas enseña el Apóstol a los tesalonicenses que nos vendrán bien a todos nosotros:
- “Que Jesús sea glorificado en vosotros y vosotros en Él”.
¡Maravilloso!
Nosotros como criaturas debemos glorificar a Dios pero Él solo por un amor muy especial quiere glorificarnos.
- Respecto al fin del mundo, Pablo advierte que no crean “supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras”, ya que achacaban a Pablo el predicar la proximidad del fin del mundo.
Posiblemente es lo mismo que sucede hoy con tantos que enseñan que está cerca el fin del mundo.
Jesús nos aclaró: “A la hora que menos piensen”.
  • Evangelio
¿A qué vino el Hijo del hombre que al mismo tiempo es Hijo de Dios?
Algunos que se dicen católicos no aprecian la Persona Divina de Jesús como único Salvador y quieren que cada uno se salve con el salvador que más le guste.
Pero no es así:
Jesús es Persona Divina y por lo mismo, único Salvador que por su poder divino nos reconcilia con el Dios, único Creador, que se ha revelado.
La vida sacrificada de Jesús, su entrega y la resurrección, dan prueba de que todo lo hizo por amor para salvarnos. Él quiere que todos se salven.
La salvación está completa pero no obliga a nadie.
El que quiera salvarse debe quererlo positivamente cuando se le anuncia.
Por lo demás el Señor tiene preferencia por los más necesitados pero sin acepción de personas, como veíamos el domingo anterior.
Este domingo Jesús se encuentra con un hombre del que podríamos decir que era “pecador por oficio” porque así eran juzgados los publicanos por el pueblo. Zaqueo lo confesará ante Jesús. Veamos:
Zaqueo hace un acto de humildad públicamente subiéndose a un árbol para ver a Jesús, porque era de baja estatura.
Jesús lo llama por su nombre y se invita a comer en su casa y después todo se realiza de una manera sencilla:
Invitación, aceptación, cena, confesión pública y propósito de enmienda con reparación.
Luego viene el perdón de Jesús:
“Hoy ha sido la salvación de esta casa”.
Jesús ha venido “a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.
  • Verso aleluyático
Confirma lo que hemos comentado en el Evangelio.
Jesús es el regalo del Padre para toda la humanidad:
“Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo único” (¡!)
En Él está la salvación.
Ahora hace falta que creamos en Él para obtener vida eterna.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

26 de octubre de 2019

EL SEÑOR ES UN DIOS JUSTO

A Dios no lo puede comprar nadie:
“El Señor es un Dios justo”.
Él es la justicia misma. Si tiene preferencia por los pobres, es porque ve que con frecuencia son oprimidos por los prepotentes e incluso por los que deben hacer justicia en la sociedad.
  • Eclesiástico
Nos invita a pensar en la justicia de Dios.
En efecto, lo llama “Juez Justo” que hace siempre justicia:

“El Señor es un Dios justo y no puede ser parcial”.
Si faltara a la justicia, que es una de las obligaciones más importantes para todo el que juzga, no sería Dios.
Sin embargo, sin faltar a ella, aparece claro que el Señor tiene preferencia por los débiles y oprimidos:
“El Señor no es parcial contra el pobre, escucha las súplicas del oprimido, no desoye los gritos del huérfano o de la viuda que repite su queja”.
Esto es lo que nos enseña la Iglesia: ante todo justicia.
¿Y qué es la justicia?
Esta virtud nos pide dar a Dios lo que le corresponde, es decir, el culto verdadero. Esta es la primera obligación de toda criatura.
Después hemos de tener justicia con los hombres, es decir, “dar a cada uno lo suyo” cuidando de manera especial, sin faltar a la justicia, a los más débiles y necesitados que son los preferidos de Dios.
  • Salmo 33
Recoge la misma idea: “Cuando uno grita el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias”.
Como decía antes el Eclesiástico “los gritos del pobre atraviesan las nubes y hasta alcanzar a Dios no descansan”.
Acojámonos a la misericordia de Dios que nunca nos abandonará.
  • San Pablo
El apóstol nos hace un resumen de su vida de entrega y sacrificio cuando se ve próximo al fin de sus días:
“Yo estoy a punto de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe”.
Sin embargo, los hombres han sido ingratos con él: “La primera vez que me defendí todos me abandonaron y nadie me asistió”.
Pero frente a esta situación, Pablo mantiene su confianza en el Señor “que me ayudó y me dio fuerzas para anunciar íntegro el mensaje… el Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su Reino del cielo”.
Pablo en su debilidad y abandono es un testigo más en este domingo de la bondad especial de Dios para con el pobre y marginado.
  • Verso aleluyático
Nos recuerda que Dios nos ha reconciliado con Él pero siempre por medio de Cristo. Él es nuestro único Redentor.
En Él está la única posibilidad de “hacer las paces” con Dios y después, por su misericordia, continúa reconciliando la humanidad con Dios a través de los hombres en los que ha delegado la facultad de perdonar los pecados dentro de su Iglesia.
  • Evangelio
La parábola de hoy, según San Lucas, la dirige Jesús a todos aquellos que se “tienen por justos, se sienten seguros de sí mismos y desprecian a los demás”.
Una clase de personas más frecuente entre la sociedad acomodada.
La parábola nos presenta a un fariseo que fue al templo a alabarse y reconocerse justo, palabra que significa que posee todas las virtudes… Y bien “erguido en medio del templo” se alaba a sí mismo aparentando todas las perfecciones, lejos de ser como los otros “ladrones, injustos, adúlteros”.
Por otra parte llega al templo un publicano que se reconoce indigno de acercarse a Dios y desde el fondo del templo, en actitud humildísima repite: “Oh Dios, ten compasión de este pecador”.
La conclusión que saca Jesús es muy clara: el publicano se va justificado y el fariseo sale del templo con toda la carga que tenía más el pecado de orgullo que resume su oración.
Para todos nosotros Jesús termina diciéndonos:
“Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

19 de octubre de 2019


LA VIUDA “FASTIDIOSA”


Ya lo hemos comentado pero hoy el Evangelio nos recuerda estas palabras:
“¿Habrá fe cuando venga el hijo del hombre?”
En tiempos difíciles hay que ser más fieles que nunca.
Rezar a diario el Credo, sin quitarle nada. Vivir en consecuencia y propagar esa fe que Dios nos regaló en el bautismo y Jesús nos pidió darla a conocer a “todos” los hombres.
  • Exodo
Una vez que Israel se convirtió en un pueblo libre de la esclavitud de Egipto, tuvo que vivir luchando contra los pueblos vecinos para conquistar la tierra prometida.
Por lo demás era una costumbre de los distintos pueblos hacerse la vida difícil los unos a los otros para quitarse las tierras.
El primer pueblo contra el que lucha Israel es Amalec.
Dios le ayuda. Hoy el Éxodo explica cómo consiguió la victoria. Hubo una doble acción:
Josué pelea en el campo de batalla y Moisés hace oración de intercesión durante todo el día.
Primero reza de pie; después se sienta y le sostienen los brazos Aarón y Jur.
De esta manera al atardecer Josué había conseguido la victoria.
  • Salmo 120
Los salmos son Palabra de Dios con la que Él mismo nos invita a hacer oración.
Aprovechemos para invocarle con los distintos salmos que nos ayudarán en todas las situaciones.
Hoy le pedimos su auxilio:
“El auxilio me viene del Señor”.
Es interesante que los pueblos que vivían en el valle debían contemplar los cerros para ver por dónde venía la ayuda de un pueblo amigo. El salmista exclama:
“Levanto los ojos a los montes, ¿de dónde me vendrá el auxilio?”.
Él mismo responde con un acto de fe: “El auxilio me viene del Señor que hizo el cielo y la tierra”.
Qué hermoso es este salmo en el que podemos meditar muchos detalles, por ejemplo:
“Tu guardián no duerme, no duerme ni reposa, el guardián de Israel”.
  • San Pablo
Pablo escribe a Timoteo y nos recuerda que Timoteo  desde niño aprendió la Sagrada Escritura en el ambiente familiar de la joven Iglesia de Jesús. Por eso le pide: “permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado sabiendo de quién lo aprendiste…”
Nos enseña también el apóstol cómo la Palabra de Dios nos es útil siempre: para enseñar, para reprender, para corregir, para educar en la virtud.
Finalmente a todos nos vendrá bien tomar como un mensaje personal estas palabras:
“Ante Dios y ante Cristo Jesús que ha de juzgar a vivos y muertos, te conjuro por su venida en majestad: proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, reprocha, exhorta, con toda paciencia y deseo de instruir”.
  •  Aleluya
El verso aleluyático nos recuerda esta idea de la Carta a los Hebreos que será bueno que tengamos en cuenta, porque a veces parece que no tenemos muchas fuerzas o motivación para evangelizar. Nos creemos que el valor de lo que decimos viene de nosotros, pero no es así.
La Palabra de Dios posee fuerza por sí misma:
“Es viva y eficaz; juzga los deseos e intenciones del corazón”.
Lógicamente esto vale para el que la proclama y para el que escucha.
  • Evangelio
Nos trae una parábola con una motivación concreta que dice el mismo San Lucas:
Jesús quiere que oremos “siempre sin desanimarnos”.
Se trata de un juez inicuo que no actúa en conciencia sino que imparte “justicia” para evitarse problemas. Por eso, ante una mujer que pide insistentemente que le haga justicia, decide “le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara”.
La conclusión que saca Jesús es que Dios, que es el verdadero Juez, escuchará nuestra oración siempre.
El párrafo evangélico concluye con esa dolorosa frase de que hablamos al principio:
“¿Pero habrá fe cuando venga el Hijo del hombre?”
Hermanos, estamos en tiempos difíciles, hacen falta los “amigos fuertes” que pedía santa Teresa.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

12 de octubre de 2019

LO QUE IMPORTA ES LA SALUD

En este domingo XXVIII del tiempo ordinario veremos los milagros del Señor.
Con frecuencia oímos decir “la salud, sobre todo”. De hecho tienen razón. Sin ella no podemos trabajar ni hacer muchas cosas que quisiéramos.
Por lo demás no todos conocen el valor del sufrimiento y de la enfermedad con los que muchas personas se han santificado en la Iglesia de Jesús.
  •  Libro II de Reyes
Algunos no saben que Eliseo hacía muchos milagros. Pues sí; fue un gran taumaturgo. Hoy recordamos uno de los más famosos.
Naamán se baña en el río Jordán según le ha pedido el profeta.
Con el séptimo baño recobra la salud y “su carne quedó limpia de la lepra, como la de un niño”.
Vuelve al profeta y le hace una oferta, pero él le contesta:
“¡Vive Dios a quien sirvo! No aceptaré nada”.
Entonces el general sirio pide llevar tierra, “la carga de un par de mulas, porque en adelante tu servidor no ofrecerá holocaustos ni sacrificios a otros dioses fuera del Señor”.
Ahí termina la lectura. Pero será bueno conocer lo que hizo el criado de Eliseo. Este hombre siguió a Naamán corriendo y le pidió un talento de plata y dos mudas que quería su amo para unos visitantes que iba recibir.
Naamán le dio dos talentos y dos mudas con lo que el criado regresó feliz dejando las cosas en su casa y se presentó tan tranquilo ante Eliseo quien le adivinó lo que había hecho y le castigó con la lepra de la que había librado a Naamán.
Es una pena que tan frecuentemente los seres humanos nos aprovechemos de todo y de todos, olvidando nuestra dignidad humana y sobre todo cristiana.
  • Evangelio
El Evangelio nos cuenta cómo Jesús iba de camino a Galilea. Al entrar en un pueblo diez leprosos le piden que tenga compasión de ellos.
Jesús les manda presentarse ante el sacerdote y por el camino se curan de la lepra. De entre ellos solo uno vuelve para darle las gracias a Jesús. Precisamente se trata de un samaritano que vuelve para glorificar a Dios por el milagro que le ha hecho. Jesús le felicita y dice:
“Levántate, vete; tu fe te ha salvado”.
Pero Jesús manifiesta su sorpresa porque de los diez, solo un extranjero vuelve a agradecerle.
Es claro que la salud es muy importante. Lo hemos visto en estos milagros de la curación de la lepra, pero habría que preguntarse: ¿cómo andamos de gratitud?
Son once curados y solo dos agradecen.
Por un lado vimos la gratitud de Naamán que renuncia a los dioses falsos porque ha reconocido que el Dios del pueblo escogido lo ha curado.
También de los diez leprosos. Uno de ellos vuelve a agradecer. ¿Y los otros nueve?
Frecuentemente nos sucede a nosotros algo parecido. A la hora de pedir vamos todos y a la hora de agradecer… nos olvidamos.
  • San Pablo
Habla a Timoteo y pone a Jesucristo como centro de su vida. Esta debe ser la gran lección para todos nosotros. Pablo por Cristo aguanta todo, para la salvación de todos los que Jesús ha escogido. Y después de haber vivido solo para Él, el apóstol completa su doctrina con estas hermosas palabras que son todo un programa de vida:
“Si morimos con Cristo viviremos con Él, si perseveramos reinaremos con Él. Si lo negamos también Él nos negará”. Como dice el mismo Jesús en el Evangelio.  “Pero si somos infieles Él permanece fiel…”.
Si Cristo realmente es el centro de nuestra vida nos fiaremos de Él al pedir, le agradeceremos cuando nos da y en todo momento entenderemos estas palabras también de Pablo:
“Dar gracias en toda ocasión: esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros”.
Qué importante es la gratitud con Dios y con los hombres en especial por los que se sacrifican por nosotros, sobre todo los padres.
  • Salmo responsorial
Terminamos ahora recordando la invitación el salmo 97 que nos invita a la gratitud:
“Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas, su diestra le ha dado la victoria… Aclama al Señor tierra entera, gritad, vitoread, tocad”.

José Ignacio Alemany Grau, obispo