30 de enero de 2021

UN PROFETA COMO YO


En estos primeros domingos del tiempo ordinario la liturgia nos recuerda cómo fueron los comienzos de la vida misionera de Jesucristo.

Hoy nos hace dos presentaciones de Él. Una es del Antiguo Testamento y la otra, según nuestro compañero del ciclo B, San Marcos evangelista.

  •        Deuteronomio

Podemos recordar el miedo que produjo en el pueblo de Israel la primera teofanía o manifestación de Dios en el monte Horeb:

“Al tercer día, al amanecer, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre la montaña. Se oía un fuerte sonido de trompetas y toda la gente que estaba en el campamento se echó a temblar... La montaña del Sinaí humeaba. Su humo se elevaba como el de un horno y toda la montaña temblaba con violencia”.

Aprovechando este temor, Moisés prometió al pueblo:

“Un profeta de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor  tu Dios. A él lo escucharás”.

La característica de este profeta es “pondré mis palabras en su boca y les dirá lo que yo le mande”.

Los Santos Padre ven en este profeta que prometió Moisés a Jesucristo.

Según esto el Padre Dios pedirá en el Tabor:

“Este es mi Hijo amado, escúchenlo”.

  • Salmo responsorial

Es una invitación a escuchar la voz del Señor, sin ningún tipo de rebeldía:

“Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: no endurezcáis vuestro corazón”.

Buena meditación para cada uno de nosotros, para ver si escuchamos de verdad a Jesucristo y obramos como Él nos pide.

  • San Pablo

El apóstol nos habla de dos actitudes más radicales que podemos adoptar al escuchar las enseñanzas de Jesucristo:

La de “el soltero que se preocupa de los asuntos del Señor buscando contentar al Señor”.

Y la segunda, de “el casado que se preocupa de los asuntos del mundo buscando contentar a su mujer y anda dividido”.

Son dos maneras de vivir que San Pablo deja al compromiso personal de cada uno.

Aunque se ve la predilección del apóstol cuando dice:

“No pretendo ponerles una trampa sino inducirlos a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones”.

  • Verso aleluyático

“El pueblo que habitaba en tinieblas ha visto una luz”.

Esto es lo que sin palabras grita la humanidad desde siempre:

“Que se acaben las sombras de muerte y brille la luz definitiva”.

Es la luz que nos vino con Cristo cuya aparición, nos dirá San Mateo, llegó a la humanidad con el Mesías.

  • Evangelio

Nos cuenta San Marcos cómo era la evangelización de Jesús en los comienzos:

+ Los sábados siempre iba a la sinagoga para enseñar.

+ El pueblo admiraba la doctrina especial que enseñaba Jesucristo, muy distinta de la que enseñaban los maestros de la Ley, porque lo hacía con autoridad:

“Este enseñar con autoridad es nuevo”.

+ A todo esto se unía el poder como el caso de hoy cuando Jesús sacó el demonio de un poseso.

Esto al pueblo sencillo le llamaba la atención y lo comentaba por toda la comarca.

Un detalle interesante de hoy es que una vez más el demonio, antes de dejar al poseso, reconoció:

“Sé quién eres: el Santo de Dios”.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

23 de enero de 2021

CONVIÉRTANSE Y CREAN


 Parece que la liturgia de este domingo nos quiere explicar el tercer misterio luminoso del Santo Rosario:

“Jesús anuncia la llegada del Reino y la invitación a la conversión”.

Como estamos al comienzo de la vida pública de Jesús al principio del año, es bueno que meditemos todos en la esencia del mensaje que predicó Jesús y que pidió que nosotros también lo repitamos en nuestro tiempo.

  • El profeta Jonás

Después que el profeta quiso escaparse y Dios milagrosamente lo devolvió a la tierra de la que había huido, el Señor le pide:

“Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad y predícale el mensaje que te digo”.

Con profunda humildad Jonás comienza su apostolado y anuncia algo muy duro:

“Dentro de cuarenta días Nínive será destruida”.

Por suerte los ninivitas hicieron penitencia y Dios los perdonó.

Las situaciones a través de la historia de la humanidad se repiten y aunque nos creamos siempre originales volvemos a lo mismo: pecar y arrepentirnos.

  • Salmo responsorial

Con el salmista pedimos: “Señor, enséñanos tus caminos”.

Nadie como Dios nos puede enseñar: “porque tú eres mi Dios y Salvador”.

Tengamos en cuenta que es Dios el que tiene autoridad para pedir a otros, pecadores como nosotros, que enderecen sus caminos y que todos “caminemos con rectitud”.

“El Señor es bueno y es recto y enseña el camino a los pecadores. Hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes”.

  • San Pablo

El apóstol nos enseña hoy que “el momento es apremiante”.

De hecho así es la vida humana, breve y enfocada siempre hacia una eternidad cuya felicidad dependerá de cómo hayamos vivido en el tiempo.

Por eso, y de una manera especial en el momento que vivimos, será bueno que mientras hagamos lo que tenemos que hacer, según las exigencias de nuestro estado de vida, lo hagamos siempre pensando en el futuro que nos espera y entonces todo lo veremos de modo muy distinto y buscando el encuentro gozoso con Dios.

Esto es precisamente lo que nos pide la idea central de este domingo.

  • Verso aleluyático

Nos repite una vez más el eje de la predicación de Jesucristo que es también lo que busca la liturgia en este domingo:

“Está cerca el Reino de Dios, convertíos y creed en el Evangelio”.

  • Evangelio

San Marcos nos presenta hoy a Jesucristo misionero, buscando sus primeros colaboradores.

Son los discípulos del Bautista del que nos habló ya el evangelista San Juan en el domingo anterior.

Lo primero que leemos hoy es el resumen de la predicación de Jesucristo que repetiremos el miércoles de ceniza y que acabamos de leer en el versículo aleluyático.

Después nos presenta el llamado de Jesús a Simón y Andrés con pocas, pero muy profundas palabras:

“Venid conmigo y os haré pescadores de hombres”.

Enseguida llamó a Santiago y a Juan, y los cuatro, dejándolo todo, siguieron a Jesús.

Está clara la enseñanza de este domingo para todos nosotros:

Acoger el Evangelio y dejar todo lo que nos pueda apartar de Dios.

Y cada uno, desde nuestro puesto, seguir eficazmente a Jesús que nos llama a todos aunque de distinta manera.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

16 de enero de 2021

AQUÍ ESTOY… ME HAS LLAMADO


A todos nos llama Dios para que podamos encontrar en Él la felicidad. Buena manera de empezar el “tiempo ordinario” será repetir hoy, y frecuentemente“aquí estoy”.

Es impresionante profundizar en la fe de quienes han repetido esta fórmula, cuando han sido llamados por Dios: Abraham, Moisés, Elías, etc.

La respuesta supone la disponibilidad total ante el Señor, que lo llama a una misión.

Hoy lo aprendemos de una manera especial con el pequeño Samuel.


  • Primer libro de Samuel

Samuel es un pequeño que Dios regala al matrimonio de Ana y Elcana, tras muchas oraciones de la madre, que veía cómo se pasaba el tiempo y seguía estéril.

Dios escuchó su oración y ella lo ofrece al servicio de Elí, el sumo sacerdote.

Dios toma como suyo al pequeño Samuel y un buen día lo llama por su nombre.

El pequeño, que estaba durmiendo, cree que es Elí. Se levanta por tres veces con plena disponibilidad:

“Aquí estoy, vengo porque me has llamado”.

Su actitud no puede ser mejor: de noche y disponible.

Elí supone que Dios es quien llama al niño y le enseña a repetir cuando oiga la voz:

“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.

Dios eligió a Samuel como su gran profeta y estuvo siempre con Él.

  • Salmo responsorial 39

Es el canto que la Carta a los Hebreos pone en labios de Jesús, cuando llegó a este mundo.

Su actitud ante la misión del Padre que lo envió no puede ser otra:

“Aquí estoy para hacer tu voluntad”.

Una vez más reconozcamos que la santidad tiene como fundamento siempre, hacer la voluntad de Dios durante toda nuestra vida. Así lo hizo Jesús. También lo hizo María y han procurado hacerlo todos los santos.

  • San Pablo

Nos habla de la fornicación como un grave pecado contra el sexto mandamiento de la ley de Dios. En torno a este tema nos dice cosas importantes que nos ayudarán a hacer una buena meditación y tenerlas en cuenta:

+ El cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor, porque Él es su Creador.

+ Nuestro cuerpo pertenece a Cristo que nos ha redimido.

+ La fornicación es grave porque permanece dentro de nosotros mismos, no es como los otros pecados que nos llevan fuera de nosotros.

+ Lo más hermoso de toda la enseñanza es que nuestro cuerpo es “templo del Espíritu Santo” que habita en nosotros desde el bautismo.

+ La gran enseñanza de este párrafo es meditar en que nosotros no nos pertenecemos a nosotros mismos. Somos del que nos ha creado y redimido con su sangre.

  • Verso aleluyático

Nos recuerda que quien encuentra a Jesús encuentra la gracia y la verdad.

Es cierto, la verdad es una: Cristo.

  • Evangelio

El Bautista ha preparado a la gente para seguir al Señor.

El Evangelio de hoy nos muestra cómo pasando Jesús por un camino cercano, lo señaló y dijo a dos de sus discípulos:

“Éste es el Cordero de Dios”.

Bastó esto para que Santiago y Juan dejaran al Precursor y se fueran con Jesús.

Qué hermosa manera de preparar los caminos del Señor y no sus propios caminos. Por eso Juan es el maravilloso evangelizador y modelo para todos los que evangelizan.

Jesús preguntó a los dos que le seguían: “¿Qué buscan?”

Y ellos respondieron: “Maestro, ¿dónde vives?”

Jesús les dijo: “Vengan y lo verán”.

Pasaron el resto del día con Él y en adelante, dejando a su antiguo maestro, siguieron a Jesucristo con el grupo de los apóstoles que formaron la Iglesia de Jesús.

Imitemos a Juan Bautista que supo enseñar a los discípulos a seguir a Jesucristo y no a él mismo.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

9 de enero de 2021

EL BAUTISMO DEL SEÑOR


 La liturgia de hoy corresponde a la Epifanía del Señor que, como ya hemos dicho, comprende tres momentos: la adoración de los Magos, el Bautismo de Jesús y las Bodas de Caná.

Hoy meditamos sobre el Bautismo de Jesús que, en un acto de profunda humildad, pide a Juan Bautista que lo bautice y él, aunque al principio se niega por su profunda humildad, obedece, bautiza a Jesús y se nos revela el gran misterio de la Santísima Trinidad.

Sabemos que el bautismo era común y lo sigue siendo en muchas religiones.

Pero se trata de un esfuerzo de purificación por parte de la humanidad.

El mismo Juan nos dice hoy en el Evangelio:

“Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará en el Espíritu Santo”.

Cuando mande Jesús bautizar lo hará con el sacramento del bautismo, que es la gran diferencia.

En el bautismo sacramento actúa directamente Dios en la persona de Cristo. De ahí la importancia que tiene recibirlo para empezar a ser verdaderos hijos adoptivos de Dios.

Muchas personas hoy renuevan su propio bautismo recordando el momento en que la gracia divina, entrando en su corazón, les permite llamar “Abbá” a Dios.

  • Isaías

Se trata del “primer cántico del siervo del Señor”.

A este siervo los primeros cristianos lo han identificado con Jesús y han visto en este capítulo de Isaías una profecía en que es como un resumen de las maravillas que Jesús realizó durante su vida en la tierra.

Por lo demás, las palabras que el Padre Dios dice, refiriéndose a Jesús, tienen un gran parecido con lo que leemos hoy en Isaías:

 “Mirad a mi siervo a quien sostengo; mi elegido a quien prefiero. Sobre Él he puesto mi espíritu…”

A continuación podemos leer los distintos milagros y el resumen de la predicación de Jesús, según el profeta.

  • Salmo 28

Es un salmo que ensalza la obra de Dios:

“El Señor bendice a su pueblo con la paz”.

Por lo cual el salmista pide: “hijos de Dios aclamad al Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, postraos ante el Señor en el atrio sagrado”.

  • Hechos de los apóstoles

San Pedro, enseña que:

“Dios no hace distinciones, acepta al que lo teme y practica la justicia, sea de la nación que sea”.

Este es el gran secreto del que nos habló hace unos días San Pablo en su carta a los Efesios:

“Me dio a conocer por revelación el misterio que no había sido manifestado a los hombres en otros tiempos… que también los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en Jesucristo por el Evangelio”.

En todo esto se nos enseña que la verdadera revelación que en el Antiguo Testamento se dio a conocer solamente al pueblo de Israel, cuando llegó Cristo se descubrió a todos los pueblos.

Por eso el mismo Jesús dirá un día:

“Id y haced discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

  • Verso aleluyático

Es el resumen del párrafo evangélico de este día:

“Se abrió el cielo y se oyó la voz del Padre”.

  • Evangelio

El Evangelio que hoy leemos pertenece al ciclo B, es decir a San Marcos, nuestro compañero del año.

Empieza citando a Juan, el Precursor, que siempre hablaba con tanta humildad cuando se trataba de Jesús:

“Detrás de mí viene el que puede más que yo y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias”.

Que era como decir que no merece ser ni su esclavo, ya que estas personas eran las que hacían el acto humilde de poner o quitar el calzado a sus señores. Incluso con toda sencillez nos dice Juan que su bautismo era únicamente de agua, pero el de Jesús va a ser el bautismo “en Espíritu Santo”.

A continuación, de una manera muy breve, nos recuerda que Juan bautizó a Jesús y al salir del agua “vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia Él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”.

En este día aprendamos por un lado la lección del humilde y valiente Juan Bautista y por otra parte, a Jesús que comienza con esta actitud humilde su misión como Salvador del mundo.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

2 de enero de 2021

CONSTANCIA Y FE DE LOS REYES MAGOS

De una manera u otra los Reyes Magos nos traen recuerdos muy especiales.

A mí me recuerda enero de 1940. Terminada la guerra civil española, tuvimos la libertad y pudimos celebrar la Cabalgata de los Reyes Magos.


El día 6 entró por la puerta de nuestra casa un rey, trayendo una maleta forrada de blanco que se quedó con nosotros; en ella venían los regalos para esa fiesta familiar. Era la primera oportunidad en que celebramos los Reyes Magos.

Si los Magos traen juguetes para los niños, a los grandes les traen profundos misterios de fe.

¿Cómo sabios inteligentes y con dinero, pudieron prepararse y caminar, quizá año y medio, buscando a un niño recién nacido y cómo no perdieron la fe cuando después de tanto sacrificio se encontraron con un niño, como otro cualquiera y una familia sencilla y pobre, en una casita alquilada de Belén?

Veamos lo que nos dice la liturgia sobre ellos.

  • Isaías

El gran profeta nos habla de cómo inundarán Jerusalén “una multitud de camellos y de dromedarios de Madian y de Efa. Vienen todos de Saba, trayendo incienso y oro y proclamando las alabanzas del Señor”.

De ahí el regocijo del santo profeta que dice: “Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti”.

Evidentemente se trata de un anuncio profético que la Iglesia aplica a esta fiesta.

  • Salmo responsorial 71

Es un salmo mesiánico. Posiblemente se refiere a David y la tradición judía refiere al Mesías, que es el motivo de gozo en este día:

“Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes… Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributo. Que los reyes de Saba y de Arabia le ofrezcan sus dones; que se postren ante él todos los reyes y que todos los pueblos le sirvan”.

Quiera Dios que algún día la humanidad se pueda postrar ante este Dios, ahora tan desconocido para gran parte de la humanidad.

  • San Pablo

Nos habla de una revelación especial que Dios ha hecho al apóstol y que ha sido un gran “secreto”, incluso para el pueblo de Israel durante todo el Antiguo Testamento.

En efecto, los judíos pensaban que solo ellos eran el pueblo escogido, en cambio Pablo agradece a Dios por haberle dado a conocer por revelación “que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa de Jesucristo por el evangelio”.

Precisamente una manifestación de ese secreto la encontramos en estos gentiles que vienen de lejos para adorar al Mesías, Salvador de todos.

La fiesta de los Magos es, por consiguiente, la fiesta de toda la humanidad que se siente salvada por Jesucristo, sin distinción de razas, de poder económico, de culturas…

  • Verso aleluyático

Nos recuerda gozosamente las palabras de los Magos que justifican su visita al pequeño Jesús:

“Hemos visto su estrella y venimos a adorar al Señor”.

  • Evangelio

San Mateo nos habla de unos Magos, que posiblemente eran astrólogos, que daban culto a los astros y al advertir uno muy especial fueron leyendo los distintos libros religiosos, hasta que en la Escritura, encontraron la estrella de Jacob que profetizaba la llegada del Mesías y Salvador.

Admiramos la constancia de aquellos personajes que la Tradición llama Reyes Magos, primero para descubrir el misterio de aquella luz y segundo, hacer los preparativos nada fáciles, para organizar una gran caravana y superar los riesgos y peligros y  llegar al lugar, desconocido por ellos, y ofrecer sus presentes simbólicos al nuevo rey.

Herodes pretende engañarlos para descubrir dónde está el pequeño y, lógicamente no para adorarlo, sino para acabar con su vida. Pero es entonces cuando los Magos van a Belén y en el camino la estrella los acompaña hasta que descubren, en una casa sencilla, posiblemente alquilada, al pequeño con María y cerca de ellos, trabajando, a San José.

Constancia, mucha constancia, pero también mucha fe para “caer de rodillas, adorarlo y después, abriendo sus cofres le ofrecieron regalos, oro, incienso y mirra”.

Después, seguramente llenos de la gracia del Señor, y “de inmensa alegría”,  se regresaron a su tierra por otro camino.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo