28 de diciembre de 2019


LA SAGRADA FAMILIA EN TU CASA


Nos vendrá bien recordar en este domingo la vida preciosa de la Sagrada Familia en la casita de Nazaret, sobre todo ahora cuando muchos ni quieren familia, ni casa, ni estabilidad, aunque en el fondo todos la añoren.
Reflexionemos con la liturgia.


  • Eclesiástico
Nos da unos consejos muy importantes para que los hijos respeten a sus padres y consigan las bendiciones de Dios. Así, al que honra al padre se le perdonan los pecados;
será escuchado cuando rece, tendrá una vida larga. Con respecto a la madre se  asegura que el hijo acumulará tesoros y que Dios escuchará sus peticiones.
El autor sagrado alaba de una manera especial al hijo que, cuando el padre chochea, tiene indulgencia con él y no lo abochorna.
Buenos consejos y promesas para los hijos que respetan y honran a sus padres.
Así pensaba la tradición popular bíblica y ojalá que vivamos de esta manera hoy ya que, precisamente, es el cuarto mandamiento el que incluye las promesas especiales de Dios.
  • Salmo 127
Es el salmo que recoge las bendiciones de Dios para la familia y tiene promesas muy concretas del Señor: “Tu mujer como parra fecunda en medio de tu casa; tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa”.
Así bendice Dios al hombre que “teme al Señor”.
  • San Pablo
Da unos sabios consejos para vivir la fe en familia.
Sería bueno meditarlos en un rato de oración juntos los padres y los hijos, ya que se trata de cosas muy prácticas como ayudarse, corregirse, perdonarse y sobre todo amarse ya que “el amor es el ceñidor de la unidad consumada”.
No olvida Pablo cómo hay que ser agradecidos con Dios y entre todos los que constituyen la familia.
También invita a la oración familiar cantando a Dios, dándole gracias con salmos, himnos y cantos inspirados.
Finalmente, ofrece unos consejos muy concretos para la mujer, el marido y los hijos.
Pero cuando no se quiere entender, no se puede entender.
Esto les pasa a algunos que juzgan la Biblia desde sus “criterios particulares”. Pero, ¿qué más quisiera una mujer que su esposo la amara hasta dar la vida por ella, como lo hizo Jesús por la Iglesia?
Esto es, ni más ni menos, el pedido de San Pablo en sus escritos.
Pidamos a Dios que nos dé matrimonios de fe que construyan familias felices, asegurando así un futuro mejor para nuestra sociedad.
  • Verso aleluyático
Recoge unas palabras de la carta a los Colosenses que hoy hemos meditado:
“Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón”.
  • Evangelio
Nos cuenta San Mateo que cuando se marcharon los Magos, es decir, después de aquel encuentro feliz, el ángel del Señor se apareció en sueños, como ya era costumbre con José, y lo apuró en plena noche:
“Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto”.
En la misma noche, con la docilidad que le caracteriza, el santo patriarca obedece y se lleva a María y a Jesús al destierro.
Trabajan, se acostumbran y… otra vez regresa el angelito repitiendo:
“Levántate, coge al niño y a su madre y vuélvete a Israel”.
De nuevo hay que cambiar de vida, pero vienen las dudas sobre si será oportuno residir en Jerusalén o regresar a Nazaret.
El ángel le da la respuesta y regresan a Nazaret.
Dolores y gozos. Establecerse y dejar. De una forma u otra, así es nuestra vida. Lo importante es seguir el plan de Dios con alegría y recordar que estamos “desterrados en este valle”… Suspirando por la morada definitiva en la casa del Padre.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

22 de diciembre de 2019

 LA FECUNDIDAD DEL SILENCIO
Estamos en el cuarto domingo, el último, de adviento. 
La liturgia nos prepara con cuidado para el gran acontecimiento que salvó a la humanidad: 
El nacimiento de Jesús. 
Hoy en concreto, quiere la Iglesia que aprendamos a valorar el silencio que acoge, espera, medita y ama. José, ante la prueba más grande de su vida, calla y espera hasta el extremo. Cuando ya todo le parece imposible, Dios habla y aquel hombre santo entra en el misterio de Dios como un gran privilegiado. María, por su parte, ve cómo Dios entra en ella, mujer virgen, y la hace fecunda. ¿Sería posible explicar a un hombre esta maravilla de Dios: virgen y madre? María calla y Dios habla. Así se abrió al mundo el templo de Nazaret, la familia que se llenó de la Trinidad. 
Será muy bueno que nosotros, que no podemos vivir sin la bulla, nos pongamos en la oración del silencio. 
Entonces nos enteraremos porqué “cuando todo estaba en el silencio de la medianoche el Altísimo pronunció su palabra”. 
  • Antífona de entrada 
Es el anhelo del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, tantas veces repetido: 
“Cielos, destilad el rocío; nubes derramad al Justo: que se abra la tierra y brote el Salvador”. 
  • Isaías 
El rey Acaz teme la derrota, por eso, cuando los arameos acamparon en Efraín “se agitó su corazón y el corazón del pueblo como se agitan los árboles del bosque con el viento”. 
Isaías le promete la victoria de parte de Dios. 
Ante su desconfianza, Isaías dice al rey que pida una señal. 
Como este no quiere, Dios le da como señal de la victoria la promesa del Emmanuel: 
“La Virgen está encinta y da a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel que significa Dios con nosotros”. 
Estas palabras nos las repetirá hoy el Evangelio de San Mateo. 
  • Salmo 23 
Es un himno de alabanza a Dios por ser creador de todo y el vencedor siempre frente a sus enemigos: 
“Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: Él la fundó sobre los mares, Él la afianzó sobre los ríos”. 
A continuación el salmista nos advierte quiénes pueden subir al monte del Señor: 
“El hombre de manos inocentes y puro corazón”. 
  • San Pablo 
En esta carta se presenta a los romanos como el apóstol, llamado por Dios para llevar a todas partes el Evangelio. 
A continuación presenta el evangelio que él predica como la realización de las promesas de Dios, que pone a Jesucristo muerto y resucitado con todo el poder por ser Hijo de Dios. 
De esta manera Pablo justifica que, aunque no es de allí, se siente llamado a escribir a los romanos para evangelizarlos. 
  • Evangelio
Hoy nuestro compañero del ciclo A nos dice: “el nacimiento de Jesucristo fue de esta manera” y nos descubre los tormentos de José y de María, el amor llevado al extremo. 
José no entiende. Sabe que María es santa. Sabe que está encinta y que el niño no es de él. Tres cosas imposibles de unir. 
Su decisión es marcharse perdiendo la fama como si hubiera traicionado a su esposa y al Hijo que hay en ella. 
María siente angustia por lo que ella lleva en su seno, que es imposible de explicar, ¿un hijo por obra del Espíritu Santo? 
Nunca se ha dado cosa semejante. 
El silencio se hace imposible y, cuando José se decide escapar, Dios habla y aquella medianoche brilló el sol del amor y la fidelidad en Nazaret. 
José decidiría, seguiremos juntos María y yo. Ante los hombres seremos padres de Jesús y descendientes de David. 
Ante Dios aría, Madre del Verbo encarnado y José el hombre virgen, santo y sacrificado que respalda la vida y la fama de Jesús y de María.


José Ignacio Alemany Grau, obispo

14 de diciembre de 2019

¡ALEGRÍA! ¡EL SEÑOR ESTÁ CERCA!




¡ALEGRÍA! ¡EL SEÑOR ESTÁ CERCA!

En este domingo la liturgia quiere invitarnos a la alegría cristiana y a la motivación más fuerte Dios con nosotros y nosotros con Dios. Es San Pablo el que nos lo repetirá en la antífona de entrada: “Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres”. Un domingo para examinar si tenemos la alegría verdadera en nuestra vida y si sabemos comunicarla. La motivación más fuerte debe ser nuestra cercanía con Dios.

Isaías
La preciosa profecía mesiánica de hoy refleja el regreso de Israel a Sión donde encontrará el gozo exuberante, manifestado en los cantos y la cercanía del Señor con su pueblo: “He aquí vuestro Dios… Viene en persona y os salvará”.
Todo esto se reflejará en multitud de prodigios a los que aludirá Jesús en el Evangelio de hoy:
“Se despegarán los ojos de los ciegos, los oídos de los sordos se abrirán; saltará el cojo como un ciervo y cantará la lengua del mudo. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cantos”.
Y como un resumen de todo esta bella expresión: “encabeza alegría perpetua, siguiéndolos gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán”.

Salmo 145
Nos muestra a Dios fiel por encima de todo. Él “hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos, liberta a los cautivos. Abre los ojos al ciego”.

Toda una maravilla que hace eco al párrafo bíblico de Isaías que meditamos.

Hemos de tener en cuenta que para la Iglesia todas estas Escrituras son proféticas con relación al Mesías y nos quieren hacer pensar en la fecundidad de la venida del Verbo de Dios en carne mortal hasta nosotros.

Santiago
Como siempre nos da una serie de consejos muy prácticos que podríamos concretar en estos puntos:

+ Tener paciencia hasta que venga el Señor a pesar de las dificultades que encontramos en este mundo.

+ Para invitarnos a ello nos pone el ejemplo del campesino paciente que expone su semilla esperando que pueda fructificar.

+ Del mismo modo debemos esperar nosotros con paciencia la venida del Señor “que está cerca”.

Este es uno de los temas fundamentales de este domingo: la cercanía de Dios.

+ Nos pide también el apóstol que no andemos quejándonos unos de otros, dada la importancia de la caridad porque el Juez, el Señor, está a las puertas.

+ Y el último ejemplo de paciencia es el de los profetas que hablaban en nombre de Dios a pesar de que no conocían el tiempo en que se cumplirían sus profecías.

Verso aleluyático
Es un texto muy querido, que Jesús hizo suyo en la sinagoga de Nazaret:

“El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres”.

Evangelio
Tiene dos partes muy claras. En la primera Juan Bautista envía a unos amigos para que pregunten a Jesús si Él es el enviado de Dios o hay que seguir esperando.

La respuesta del Señor fue muy simple. Aludiendo a lo que todos veían, les explica cómo se cumplen las profecías, entre ellas las que hoy hemos meditado en Isaías:

“Los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios…”

No hay como el testimonio de vida para convencer de la verdad que trae el apóstol.

La segunda parte es el testimonio que Jesús da cerca de Juan ante la multitud:

Alaba su valentía, su sacrificio y mortificación y da el testimonio bíblico importante diciendo que Juan es su propio precursor, citando el Éxodo 23,20:

“Voy a enviarte un ángel por delante, para que te cuide en el camino y te lleve al lugar que he preparado”.

O citando al profeta Malaquías (3,1):

“Voy a enviar a mi mensajero para que prepare el camino ante mí”.

Jesús concluye con esta gran alabanza:

“No ha nacido de mujer uno más grande que Juan Bautista”.

Como conclusión de este domingo, será bueno profundizar si la cercanía de Dios nos produce gozo y esperanza.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

8 de diciembre de 2019

DISPOSICIONES ANTE EL ADVIENTO

La antífona inicial nos describe cuáles deben ser nuestras disposiciones en el adviento que acabamos de comenzar:
“Mira al Señor que viene a salvar a los pueblos. El Señor hará oír la majestad de su voz y os alegraréis de todo corazón”.
La venida de Jesús, cuando hay fe, es siempre gozosa.
Es la actitud de quien ama:
Si queremos mucho a una persona “la esperamos siempre”.
Cuando no la queremos o la tememos, no deseamos que venga.
Del amor nuestro a Jesús depende el gozo y la esperanza en el adviento del Señor que viene siempre.
  • Isaías
Nos descubre las maravillas del hijo de Jesé, que es David, y al que presenta lleno del Espíritu del Señor y con sus dones especiales.
La Iglesia lo recordará especialmente en el sacramento de la confirmación.
El reinado de David se caracterizará por la paz gozosa del pueblo que vivirá, como siempre desea la humanidad, y que pocas veces se hace realidad debido a las pasiones humanas.
Con bellas comparaciones nos descubre la paz entre los hombre y hasta en los mismos animales.
Esta es la utopía que siempre anhela la humanidad y sobre todo quienes han conocido a Dios.
  • Salmo 71
El salmo nos invita a alabar a Dios pidiéndole que en este mundo reine la paz y la justicia, especialmente entre los pobres y afligidos:
“Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna… Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector”.

  • San Pablo
Nos pide a los cristianos que conozcamos y hagamos vida “los mismos sentimientos de Cristo Jesús” para glorificar a Dios, lo cual es la primera obligación de todas las criaturas, y para acogernos mutuamente “y estar de acuerdo entre nosotros, según Cristo Jesús”.
El apóstol concreta la actitud redentora de Jesús que salva a todos, primero a los del pueblo de Dios y después a los gentiles para que también ellos conozcan y glorifiquen la misericordia de Dios.
Así debe ser la vida del cristiano.
  • Verso aleluyático
“Preparad”. Lo vamos a oír muchas veces en estos días:
Ojalá nos decidamos a hacerlo para que el Señor nos encuentre preparados, como nos repite tantas veces Jesús.
  • Evangelio
Puntos de reflexión:
+ “Convertíos porque está cerca el reino de los cielos”.
Es de notar que lo que los otros evangelistas llaman el “reino de Dios”, Mateo lo llama “reino de los cielos”, ya que esta expresión tiene más sentido y es una fórmula más agradable para los judeocristianos hacia quienes escribe el primer evangelista. Pero la realidad es la misma.
+ Impresiona que el mensaje de Juan es exactamente el mismo de Jesús:
“Convertíos porque está cerca el reino de los cielos”.
Qué bueno será que también nosotros anunciemos siempre la verdad del Evangelio con las palabras que nos enseñó Jesús.
+ Hoy se nos presenta la vida de Juan muy sacrificado y permaneciendo en el desierto.
Su vida penitente atrae al pueblo que viene a buscarlo para recibir el bautismo de conversión. El verdadero evangelizador siempre atrae al pueblo de Dios.
+ El bautismo de Juan es como el de otros predicadores de siempre, con agua. Pero el precursor nos habla del bautismo de Jesús que será en el Espíritu Santo y fuego.
Este será el sacramento del bautismo y hay que evitar caer en el error de quienes dicen que hay que bautizarse a los treinta años como lo hizo Jesús porque, en primer lugar Jesús, al no tener pecado, no necesitaba ser purificado por el bautismo y en segundo lugar porque el bautismo del Espíritu nos hace hijos adoptivos de Dios y Jesús mismo era el Hijo verdadero de Dios.
+ Una conversión especial pide Juan a los fariseos con palabras muy duras, semejantes a las que les dedicará Jesús, para que no actúen con hipocresía y no engañen al pueblo sencillo.
Aquí tenemos buenas lecciones para sacar provecho del adviento que ya llegó en el año litúrgico, para prepararnos sobre todo a la Navidad.


José Ignacio Alemany Grau, obispo