27 de agosto de 2022

LA HUMILDAD NO ES UN COMPLEJO

Para algunos hablar de humildad es humillar a la persona porque consideran que la humildad es un desprestigio o un complejo de inferioridad.

El verso aleluyático nos lo aclara hoy.

La humildad no es un complejo, lo que pasa es que somos orgullosos.

  • Eclesiástico

Este libro de la Biblia nos habla de una manera clarísima sobre la virtud de la humildad que nos hace agradables a Dios y atrae su misericordia sobre nosotros:

«En tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso».

Tratándose de las grandezas humanas, si te haces pequeño, conseguirás el favor de Dios y su misericordia te permitirá conocer sus maravillas:

«Porque es grande la misericordia de Dios y revela sus secretos a los humildes».

En cambio, para el Eclesiástico, los orgullosos no tienen curación y no vale la pena perder el tiempo en corregirlos.

  • Salmo 67

Alaba a los justos porque son los preferidos de Dios.

De manera especial Dios muestra sus preferencias con los pobres, pero justos ante el Señor:

«Los justos se alegran, gozan de la presencia de Dios rebosando de alegría».

Por eso el salmista invita:

«Cantad a Dios, tocad en su honor. Su nombre es el Señor».

  • Carta a los hebreos

Contrapone las manifestaciones extraordinarias del Antiguo Testamento con la sencillez y cercanía de la salvación que nos viene por medio de Jesucristo.

En el Antiguo Testamento era tal la grandeza que manifestaba el Señor para ganar a su pueblo que el mismo Moisés llegó a decir en una ocasión: «Estoy temblando de miedo».

En efecto, la tierra temblaba y el pueblo no podía ni acercarse al monte Sinaí por la amenaza de Dios:

«Quien toque el monte, aunque sea un animal, será apedreado».

En el Nuevo Testamento encontramos, en cambio, la sencillez y la bondad del Señor en el culto que se nos pide, especialmente en la Eucaristía.

En ella encontramos la celebración y la unidad entre los hombres y Dios. Como solemos decir, la Iglesia militante está unida a la triunfante, la asamblea de los santos, siempre gracias a Jesucristo, el Mediador de la nueva alianza.

  • Verso aleluyático

Jesús nos descubre su corazón y nos pide que aprendamos de Él, precisamente esa humildad que tratamos hoy y que es una característica de su corazón: «Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón».

  • Evangelio

De una manera muy plástica, Jesús, aprovechando lo que observaba en la gente que había sido invitada como Él a un banquete, da unos consejos para enseñar la humildad.

Los invitados buscaban apurados los primeros puestos en la fiesta. Jesús les dice:

«Cuando te conviden a una boda no te sientes en el puesto principal no sea que el que te invitó te diga “concédele el puesto a éste”».

¡Qué vergüenza!

«Tú, en cambio, busca el último lugar y cuando venga el que te invitó te dirá: “Amigo, sube más arriba”. Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales».

La conclusión para hoy la saca el mismo Jesús:

«Todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido».

Así actúa Dios y a veces también los humanos.

Aunque nos parezca que nos rebajamos al adoptar una actitud humilde, no es cierto. Recuerda con frecuencia las palabras de santa Teresa de Jesús:

«Humildad es andar en verdad».

Y la verdad nos hace libres.

 

+ José Ignacio Alemany Grau, obispo

20 de agosto de 2022

¿POR QUÉ LOS ÚLTIMOS SERÁN LOS PRIMEROS?


En este domingo estamos invitados a la parusía, a cuya felicidad Dios nos llama para que gocemos eternamente con Él.
  • Isaías 

El capítulo 66 de Isaías nos lleva a meditar el fin de la parábola del Evangelio de hoy.

Según el profeta, Dios «vendrá a reunir a las naciones de toda lengua» para que puedan ver la gloria del Señor.

En el párrafo se unen la grandeza de Dios y la grandeza de la ciudad santa, Jerusalén, hacia donde vienen trayendo toda clase de ofrendas y bendiciones.

  • Salmo 116

Se trata del salmo más corto de todos y que, sin embargo, es una invitación para que todas las naciones se unan en la alabanza del Creador:

«Alabad al Señor todas las naciones; aclamadlo todos los pueblos».

  • Carta a los hebreos

Se trata de un interesante párrafo muy conocido, en el cual se nos recuerda la importancia de la corrección: «Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor».

La motivación es muy clara e importante: «El Señor reprende a los que ama y castiga a sus preferidos».

Por consiguiente, la corrección directamente del Señor o a través de nuestros padres y educadores, es una prueba del amor que nos tienen y del futuro que nos desean, porque si es cierto que «ninguna corrección nos gusta cuando la recibimos, sino que duele; pero después de pasar por ella nos da como fruto una vida honrada y en paz».

En nuestra sociedad, muchas veces, se rechaza la corrección por el orgullo de creernos perfectos y de que no necesitamos que nadie nos corrija. Pero, lamentablemente, los frutos que observamos revelan el declive de nuestra sociedad.

  • Verso aleluyático

Nos recuerda, una vez más, estas palabras con las que Jesús se define a sí mismo:

«Yo soy el camino y la verdad y la vida».

Qué importante es tenerlo en cuenta, porque solamente a través de Jesús se puede llegar al Padre.

  • Evangelio

San Lucas, como de costumbre, va acompañando a Jesús y a los suyos en el camino hacia Jerusalén. Se entiende hacia el holocausto final.

Por el camino, uno le pregunta:

«¿Señor, serán pocos los que se salven?»

La verdad que es un poco negativa la pregunta.

La respuesta de Jesús es más interesante porque huye la respuesta con una invitación: Aquí de lo que se trata es de esforzarse «en entrar por la puerta estrecha».

Y a continuación, la respuesta indirecta de Jesús está bien clara: Hay que estar preparados para entrar a tiempo mientras esté abierta la puerta, porque «cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta os quedaréis fuera» y no habrá forma.

Jesús nos presenta a los que se han quedado fuera del reino dando gritos y explicaciones:

«Hemos comido y bebido contigo. Tú has enseñado en nuestras plazas».

La respuesta del Señor es muy dura:

«No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».

Tengamos en cuenta que no nos da la seguridad del cielo el haber escuchado al Señor y comido con Él.

Se trata de la verdad de la vida.

Aquí se une la lectura de Isaías de hoy con el evangelista:

«Vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el reino de Dios».

Por eso, termina Jesús diciendo que hay muchos que encontraron el reino a última hora y serán los primeros.

La respuesta que no ha dado Jesús, para nosotros ahora sí está clara: se salvarán todos los que entren en el reino a su debido tiempo.

Aprovechemos mientras es posible la salvación que Jesús nos regala.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

13 de agosto de 2022

TRES EJEMPLOS MARAVILLOSOS


El primer ejemplo es Jeremías. Cuando el profeta recibió el mensaje de Dios lo repetía al pueblo, aunque le amenazaran con la muerte.

El segundo es Jesucristo que, como decía San Pablo, nos dará en sus ojos de Redentor las respuestas a nuestras interrogantes.

El tercero es el Espíritu Santo, ese fuego que Jesús ansía prender en el mundo.

  • Jeremías

Jeremías es el profeta que más sufrió por ser fiel.

Por su parte, Dios cumplirá siempre su Palabra librándole de las amenazas y peligros que se le presentaban frecuentemente.

La lectura de hoy nos presenta al rey Sedecías que se ve sin fuerzas frente a los nacionalistas exacerbados. Es un problema que vemos continuamente a lo largo de la historia.

En el caso concreto, sucedió que los revolucionarios pidieron a Sedecías matar a Jeremías. Para ello querían meterlo en un aljibe que, sin agua, tenía un barro en el que se hundiría, no podría salir y moriría de hambre.

Fue entonces cuando Ebemelek, un extranjero cusita, dijo al rey que Jeremías iba a morir porque estaba hundido en el barro.

El rey le mandó que fuera con tres hombres a sacarlo del aljibe. Él, llevando a los tres hombres y unas cuerdas que hizo con una ropa vieja que encontró, le pidió al profeta que se las amarrara por debajo de los hombros y así consiguieron sacarlo librándolo de la muerte.

Más adelante veremos cómo el mismo rey de Babilonia, también extranjero, que deportó a los judíos dio plena autoridad a Jeremías para que viviera en libertad donde él mismo escogiera.

No nos ha de extrañar que Dios se valga de los medios más originales para librar a los suyos de persecuciones y de ideologías.

  • Carta a los hebreos

Esta carta nos trae la solución a todos los problemas que se nos presentan en la vida. En lugar de ponerse frente a frente y discutir, por ejemplo, entre esposos, nos damos cuenta de que, con esa actitud, nunca hay solución, sino que se termina discutiendo.

En cambio, si se sientan los dos en la misma dirección, mirando a Jesús y en su cuadro o imagen hacen un acto de fe «en ese Jesús que renunciando al gozo inmediato soportó la cruz despreciando la ignominia y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios», las cosas cambiarán y, en vez de acabar peleando, descubrirán que se quieren tal como ha pedido Jesús en el Evangelio.

  •  Salmo 39

En este salmo encontramos las palabras con que la Iglesia suele empezar su oración:

«Señor, date prisa en socorrerme».

El salmista nos dice que «esperaba con ansia al Señor y Dios se inclinó y escuchó mi grito. Me puso en la boca un cántico nuevo, un himno a nuestro Dios». Así se reconoce como «pobre y desgraciado, pero el Señor se cuida de mí».

  • Salmo aleluyático

Nos recuerda cómo las ovejas del Buen Pastor «escuchan mi voz y yo las conozco y ellas me siguen».

  •   Evangelio

El Evangelio nos habla del fuego del Espíritu Santo que Jesús vino a pegar en la tierra y ya estaba ansioso de que, pasada su muerte y resurrección, viniera ese fuego el día de Pentecostés.

En cuanto al tema de que «vino a traer la paz y no la división» es claro: porque «donde está el Espíritu del Señor está la libertad».

Por eso, en una familia están los que sí creen y los que no aceptan el mensaje de Jesucristo y, en ese sentido, se puede destruir la paz.

Por nuestra parte, amigos, aceptemos con plena libertad las enseñanzas de Jesucristo, que nos trae desde el Padre el Espíritu Santo.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

6 de agosto de 2022

¿DÓNDE ESTÁ ESCONDIDO TU TESORO?


Por naturaleza, yo diría que por instinto, el ser humano busca lo que piensa que puede hacerle feliz. Lo llama «mi tesoro» y lo guarda con cuidado para que nadie se lo quite.

Las lecturas de hoy nos enseñan a cosechar y cuidar los tesoros que sí hacen felices al ser humano; no solo para el tiempo sino para la eternidad.

  •  Libro de la Sabiduría

Nos habla de un preanuncio de la liberación que hizo Dios a los judíos para animarlos:

Con un mismo acto castigó Dios a los egipcios y liberó a los suyos: «Con lo que castigaste a los adversarios nos glorificaste a nosotros llamándonos a ti».

Aquel día los judíos ofrecieron sacrificios a Dios. Fue el cordero de la cena pascual.

Con este acto importante se pusieron de acuerdo en una ley sagrada: «Que todos los santos serían solidarios en los peligros y en los bienes».

Después de esto empezaron a cantar las alabanzas al Señor con los cánticos tradicionales.

Mientras los judíos estaban felices sus opresores se desesperaban y gritaban al conocer los castigos del Señor, especialmente la muerte de los primogénitos.

  • Salmo 32

«Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad».

Es de notar que la felicidad no viene de que nosotros hayamos escogido a Dios, sino que Él nos escogió a nosotros como heredad en el momento del bautismo.

Pidamos que nunca nos falta la misericordia de Dios repitiendo las palabras litúrgicas del te deum, que termina precisamente como el salmo de hoy:

«Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti».

  • Hebreos

Comienza con una muy conocida definición de lo que es la fe:

«Seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve».

La fe es, pues, la base de la esperanza y una participación anticipada de los bienes invisibles que nos esperan en el más allá.

A continuación, la carta nos presenta los ejemplos de fe del Antiguo Testamento, que la Iglesia continúa admirando, porque aquellos santos fueron hombres de Dios y siguen siendo modelos para todos nosotros.

Podemos leerlos y fijarnos, sobre todo, en cómo destaca la fe de Abraham en dos momentos especiales: en la salida de su tierra «sin saber a dónde iba» y la fe que lo llevó al monte Moria a sacrificar al hijo de la promesa, que estuvo esperando veinticinco años, y estaba dispuesto a matarlo, contra toda esperanza, pensando que Dios cumpliría la promesa que le había hecho, aunque hubiera tenido que resucitar a su único hijo.

  • Verso aleluyático

Toma uno de los pensamientos del Evangelio de hoy pidiéndonos vigilar siempre:

«Estad en vela y preparados porque a la hora que menos penséis viene el hijo del hombre».

  • Evangelio

Entresacamos unos pensamientos de este párrafo bastante extenso de San Lucas:

+ Nos pide que no tengamos miedo al darnos cuenta de que, en comparación con toda la humanidad, somos un pequeño rebaño.

+ Tengamos por seguro que el Padre Dios ha ofrecido darnos el reino a pesar de ser pocos, pero que ese no sea un motivo para dejar de evangelizar como nos mandó Jesús.

+ «Donde está vuestro tesoro ahí estará también vuestro corazón». Por tanto, es importante escoger el tesoro que realmente valga la pena.

Para nosotros ese tesoro escondido es Jesucristo.

+ Jesús pide que vigilemos siempre «para que cuando llegue el Señor nos encuentre en vela».

¿Y cuándo vendrá el Señor? Lo tenemos bien claro, para no caer en la trampa de tantos agoreros o intuiciones que podamos tener:

«Estad preparados porque a la hora que menos penséis viene el hijo del hombre».

+ El párrafo de hoy termina con una frase que debemos tomar en serio:

«Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá. Al que mucho se le confió, más se le exigirá».

Buen motivo de meditación para este domingo.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo