30 de mayo de 2020

PENTECOSTÉS: FIESTA DEL ESPÍRITU SANTO


PENTECOSTÉS: FIESTA DEL ESPÍRITU SANTO

“Para llevar a plenitud el ministerio pascual, enviaste hoy el Espíritu Santo… que desde el comienzo fue el alma de la Iglesia naciente; el Espíritu que infundió el conocimiento de Dios a todos los pueblos” (prefacio del día).
Qué gozo pensar que ese Espíritu ha sido fiel y permanece con la Iglesia.
  • Hechos de los apóstoles
Nos refiere el gran acontecimiento de Pentecostés, cuando estaban reunidos los seguidores de Jesús en el cenáculo.
Por una parte San Lucas nos describe los signos externos:
El viento recio, las llamaradas y el don de lenguas.
Todo lo cual atrajo a la muchedumbre que admiró los acontecimientos especiales de aquel día. Pero lo más importante fue que “se llenaron todos del Espíritu Santo”.
Esta presencia del Espíritu hizo que entendieran el mensaje del triunfo de Jesús sobre la muerte y, sea que hablaran lenguas distintas o que los entendieran los de distintas lenguas, lo importante fue que todos oyeron “hablar las maravillas de Dios”.
En aquel mismo día nació la Iglesia para el mundo entero y empezaron las primeras conversiones.
  • Salmo responsorial
Va precedido por un anhelo de la Iglesia que pide a Jesús:
“Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra”: “Bendice alma mía al Señor: ¡Dios mío qué grande eres! Cuántas son tus obras, Señor; la tierra está llena de tus criaturas… Gloria a Dios para siempre”.
  • San Pablo
Nos advierte que “nadie puede decir: “Jesús es Señor”, si no es bajo la acción del Espíritu Santo”.
Por eso no debemos extrañarnos de que muchos no puedan conocer al Señor porque no tienen de verdad el Espíritu de Dios.
A continuación Pablo nos habla de los dones del Espíritu Santo que son muchos en distintas personas, pero todos los produce, si son auténticos, el mismo Espíritu.
Hay que advertir, con el apóstol, que cuando los dones son auténticos, son siempre para el bien de la comunidad.
Finalmente, debemos agradecer a Dios el bautismo que, cuando es en el Espíritu Santo, nos hace formar un solo cuerpo, la Iglesia, sin diferencia de clases sociales, razas, etc.
  •  Secuencia
Este bello himno, en su primera palabra, nos lleva al Apocalipsis, cuando el último grito de la Iglesia es, precisamente: “Amén. VEN, Señor Jesús”.
A continuación da títulos preciosos al Espíritu Santo que, siendo el alma de la Iglesia, hace tantas maravillas en los que le siguen y creen en Él:
“Padre amoroso del pobre… Dulce Huésped del alma… Brisa en las horas de fuego… Gozo que enjuga las lágrimas… Divina Luz…”
Termina pidiéndole que riegue la tierra en sequía, purifique las manchas del alma y que reparta sus siete dones entre los fieles. 
  • Verso aleluyático
Vuelve a ser como un grito gozoso de la Iglesia que pide la venida del Espíritu Santo para que encienda en los fieles el fuego del amor eterno:
“Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor”.
  •  Evangelio
Es el día mismo de la resurrección de Jesús en la noche.
Los discípulos están encerrados por miedo.
No podemos imaginar el asombro que sintieron en el momento en que, sin abrir las puertas, vieron a Jesús que entraba feliz a conversar con ellos.
Su saludo es “la paz” de la que ya había hablado y que ahora viene a comunicarles como un fruto de su resurrección.
Encontramos también el envío tan importante con el que manda a los suyos a evangelizar en el nombre de la Trinidad Santa:
“Como el Padre me ha enviado así también os envío yo”.
Finalmente, en este mismo día de la Pascua, Jesús les hace el gran regalo del Espíritu Santo para que puedan perdonar:
“Recibid el Espíritu Santo: a quien perdonéis los pecados les quedan perdonados; a quienes se los retengáis les quedan retenidos”.
¡Bendita Pascua de resurrección que nos mereció el regalo del Espíritu Santo en la gran fiesta de Pentecostés!

José Ignacio Alemany Grau, obispo

23 de mayo de 2020

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

Cuando uno conoce la bondad de Jesús y piensa cómo lo trataron durante toda la vida, al verlo resucitar, dan ganas de decirle:
¡Jesús, vete a tu Padre que allí estarás mejor!
Esto es lo que sucedió el día de la Ascensión que hoy recordamos.
  • Hechos de los apóstoles
¿Qué hizo Jesús desde la resurrección hasta la ascensión?
Nos lo cuentan los Hechos de los apóstoles.
Se apareció a los apóstoles “después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo y, apareciéndoseles durante cuarenta días, les habló del Reino de Dios”.
Un día en que “comían juntos” Jesús les dijo:
Queden en Jerusalén hasta que “sean bautizados con Espíritu Santo”.
Posiblemente le costó bastante al evangelista Lucas consignar que algunos dudaron de Jesús en ese momento.
Pero añade que “lo vieron levantarse hasta que una nube se lo quitó de la vista”.
Como seguían mirando, dos hombres vestidos de blanco, les dijeron:
“El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse”.
  • Salmo 46
Es un salmo que rezamos con frecuencia en el oficio divino y siempre pensamos en la ascensión de Jesús a los cielos.
Este día es muy bueno para repetir gozosamente:
“Dios asciende entre aclamaciones; el Señor al son de trompetas”.
Cantemos gozosos porque “Dios es el rey del mundo”.
  • San Pablo
Después de un larguísimo párrafo sin la interrupción de ningún punto,  en que el apóstol glorifica a Jesús, nos enseña que Dios lo puso todo a los pies de Jesús y lo dio a “la Iglesia como Cabeza sobre todo”.
Esto nos indica que en este mundo es la Iglesia la que, siempre con Cristo, realiza la obra de Dios entre los hombres.
  • Verso aleluyático
Resalta el gran mandamiento, yo diría que el mayor de todos por la forma como lo dio, que nos ha dejado Jesús:
“Id y haced discípulos de todos los pueblos”.
Y después confirma su presencia definitiva en la Iglesia:
“Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
  • Evangelio
Nos cuenta que los discípulos fueron a Galilea y se encontraron con Él.
Como dijimos al principio, algunos dudaron de Jesús todavía, después de tantas pruebas como había dado.
Jesús, acercándose a ellos, les dijo:
“Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra”.
En esto se apoya para dar el mandato de bautizar y enseñar todo lo que Él les ha enseñado a ellos.
Y añadió:
“Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
Así termina su evangelio San Mateo. Este versículo nos invita a recordar cómo comenzó el evangelista a hablar de Jesús (1,23):
“Le pondrás por nombre Emmanuel que significa Dios-con-nosotros”.
Y ahora termina con una afirmación muy similar:
“Sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
La fuerza del evangelizador verdadero siempre ha de ser que cuenta con la presencia de Jesús y de su Espíritu para evangelizar. No se puede olvidar que la fuerza de Dios es la que mueve al auténtico apóstol.

En este día 24 de mayo que la Iglesia recuerda a la Virgen María como María Auxiliadora le pedimos a ella de una manera especial que interceda por nosotros en estos momentos difíciles para la Iglesia y para la humanidad.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

16 de mayo de 2020

NO NOS HA DEJADO HUÉRFANOS

Jesús nos advirtió que no nos dejaría huérfanos porque subía al cielo para enviar el Espíritu Santo.
Con esto no quiso decir que Él se iba del todo ya que prometió poco antes de su ascensión: “Yo estaré con ustedes hasta el fin del mundo”.
Qué gozo. Jesús y el Espíritu Santo siempre están con nosotros, que somos su Iglesia.
  • Hechos de los apóstoles
Tengo que reconocer que el diácono Felipe siempre me ha caído muy bien.
Hoy nos cuentan los Hechos que Felipe bajó a Samaría y predicaba allí a Jesucristo.
Eran muchos los que iban a escucharle porque se hablaba de los milagros que hacía y que ellos podían constatar.
Curaba paralíticos, lisiados, liberaba posesos y “la ciudad se llenó de alegría” con la valentía y generosidad que le caracterizaba.
Admiramos la comunión de la Iglesia primitiva ya que cuando los apóstoles se enteraron de que en Samaría habían acogido la Palabra predicada por Felipe, enviaron a Pedro y Juan para que los confirmara en el Espíritu Santo.
La confirmación la hacían mediante la imposición de manos y, así los bautizados por Felipe, recibían el Espíritu Santo. Esto aumentaba el número de los creyentes.
  • Salmo 65
Es un salmo de pura alabanza en el que se nos pide:
“Aclamad al Señor tierra entera. Tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria”.
El salmista pide que la tierra entera se postre ante el Señor y termina con este testimonio personal:
“Fieles de Dios venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo”.
  • Carta de Pedro
El apóstol nos pide que demos siempre “razón de nuestra esperanza” para que cuantos vengan a nosotros, pidiéndonos explicaciones sobre la fe, tengan una respuesta respetuosa y mansa, viendo cómo soportamos las calumnias y malos tratos, puedan descubrir al Señor Jesús.
El apóstol tiene esta frase interesante y práctica:
“Mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal”.
  • Verso aleluyático
Es un versículo que está a continuación del párrafo evangélico de hoy y que nos ofrece uno de los más grandes regalos que nos ha hecho el Señor. Meditémoslo:
“El que me ama guardará mi Palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él”.
La Santa Trinidad viene a nosotros: el Padre, el Hijo y el Amor que es el Espíritu Santo.
  • Evangelio
Pertenece a la conversación de Jesús con sus discípulos durante la última cena.
Son ideas profundas.  Podemos meditar en cada una de ellas porque nos ayudarán a santificarnos que es lo que pretende Jesús.
+ Para demostrar que nuestro amor es verdadero es preciso cumplir los mandamientos de Jesús.
+ Jesús promete pedir al Padre Dios que nos regale “otro Defensor” que va a permanecer siempre con la Iglesia y es el Espíritu de la verdad.
Es interesante pensar que el mundo no puede recibir este Espíritu pero los que son de Cristo lo conocen porque sienten su presencia en el corazón.
+ Por otro lado, Jesús advierte que su despedida no es definitiva, porque aunque el mundo no se enterará, los suyos sí sentirán su presencia y habrá la comunión más maravillosa que nadie pudo imaginar:
Jesús con el Padre, los suyos con Cristo y Cristo con ellos.
Es interesante cómo recalca Jesús que es necesario cumplir sus mandamientos para no separarse nunca de Él ni del Padre.
Durante los próximos días invoquemos con la liturgia al Espíritu Santo para que en la fiesta de Pentecostés que se avecina la Iglesia se llene de su amor.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

9 de mayo de 2020

TÚ PUEDES HACER OBRAS MÁS GRANDES QUE JESÚS

TÚ PUEDES HACER OBRAS MÁS GRANDES QUE JESÚS
 No es una ironía o un disparate.
Jesús mismo nos enseña hoy que esto es posible y nos dirá la única condición para conseguirlo… se entiende siempre que sea dentro del plan de Dios.
  • Hechos de los apóstoles
Es muy hermoso conocer cómo nació el diaconado en la Iglesia de Jesús.
Cuando los apóstoles veían que les desbordaba su actividad, sobre todo a causa de la economía, ya que la Iglesia siempre ha buscado la forma de ayudar a los más pobres y necesitados, crearon este servicio para que los diáconos se dedicaran a la administración y los apóstoles a la oración y a la predicación de la Palabra.
La forma externa como se inició este sacramento:
“Les impusieron las manos orando”: oración e imposición de manos que servirá también para la ordenación sacerdotal y episcopal en la Iglesia de Jesús.
  • Salmo 32
Dios nos cuida siempre con su misericordia por eso brota espontáneamente en nuestro corazón:
“Aclamad justos al Señor que merece la alabanza de los buenos. Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas”.
El mismo salmo nos advierte que “los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su misericordia”.
  •  San Pedro
Nos habla el apóstol de dos clases de piedras:
+ Piedra viva
Es Jesucristo a quien desecharon los hombres, pero Dios la ha escogido como “piedra viva y preciosa”. También cada uno de nosotros somos piedras vivas que con Jesús construimos el templo del Espíritu.
+ Piedra de tropiezo
Por otro lado están los incrédulos que rechazaron a Jesús como piedra angular de esta construcción y para ellos es una “piedra de tropiezo” y una “roca de estrellarse”.
Termina el apóstol diciendo que cuantos formamos la Iglesia somos “una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada”:
Dios nos ha escogido para proclamar las maravillas de la salvación, regalo de Dios a la humanidad.
  •   Verso aleluyático
Repite un versículo del evangelio de hoy que nos enseña que la única manera de llegar al Padre es a través de Jesús:
“Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí”.
  • Evangelio
El evangelio pertenece al discurso de la última cena y contiene unos pensamientos en los que Jesús manifiesta su intimidad con los apóstoles.
+ Lo primero que llama la atención es “creed en Dios y creed también en mí”.
Aunque parece muy normal se trata de pasar del Antiguo Testamento al Nuevo, ya que el pueblo judío creía en un solo Dios pero no conocía que en este único Dios está la Trinidad de Personas.
+ Jesús nos asegura que en el cielo hay sitio para todos:
“En la casa de mi Padre hay muchas moradas… Voy a prepararos un lugar”.
+ Cuando Jesús les dice: “adonde yo voy ya sabéis el camino, Tomás pregunta: No sabemos dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?”.
Es entonces cuando Jesucristo dice estas bellas y conocidas palabras:
“Yo soy el camino (como hombre) y la verdad y la vida” (esto se refiere a su divinidad como nos enseña san Agustín).
+ Más adelante, Felipe le dice a Jesús:
“Si nos hablas tanto del Padre: muéstranos al Padre y nos basta”.
Jesús aprovecha para completar la idea diciendo:
“¿Hace tanto que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre”.
Qué importante es que cada uno de nosotros reflejemos a Jesús, nuestro Maestro y Señor, de tal manera que quien nos vea y nos oiga entienda que actuamos como lo haría Jesús.
+ Finalmente, resulta algo extraña esta afirmación:
“El que cree en mí, también él hará las obras que yo hago y aún mayores”.
La razón poderosa que da Jesús es:
“Porque voy al Padre”.
Por eso recalcará Él mismo que debemos pedir en su nombre.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

2 de mayo de 2020

BUEN PASTOR Y PUERTA ABIERTA

BUEN PASTOR Y PUERTA ABIERTA


A través del Evangelio Jesús se define de muchas maneras.
En este domingo nos da algunas definiciones de sí mismo y nos permite sacar la conclusión de que ha venido al mundo para que tengamos vida en abundancia.
  •  Hechos de los apóstoles
Muy valiente se presenta Pedro ante la multitud después de recibir el Espíritu Santo y les dice:
“Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías”.
El efecto fue muy fuerte pues dice el libro de los Hechos que estas palabras “traspasaron el corazón de la gente” y de la multitud surgió una pregunta:
“¿Qué tenemos que hacer?”
La respuesta de Pedro es clara:
“Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo”.
El resultado de su predicación fue que unas tres mil personas se bautizaron y entraron en la Iglesia de Jesús.
Qué hermosa enseñanza para nosotros que tenemos que seguir evangelizando y haciendo que el evangelio de Jesús se siga propagando.
El párrafo de hoy termina con unas palabras que debemos tener en cuenta:
“Escapar de esta generación perversa”.
El Papa Francisco dice que evitemos el “espíritu mundano”, que es el gran peligro no solo para la Iglesia sino para la misma humanidad.
  • Salmo 22
Como pertenece al Antiguo Testamento no habla directamente de Jesucristo sino de Dios, pero es evidente que Jesucristo es ese pastor en el plan de Dios.
Este pastor se presenta de dos formas distintas: una, llevando a los fieles como un rebaño que siempre tiene verdes praderas donde recostarse y fuentes tranquilas donde beber.
En segundo lugar aparece como un anfitrión que prepara una mesa suculenta en frente de los enemigos porque el Señor defiende a los suyos todos los días de su vida.
Y algo más importante:
“Habitaré en la casa del Señor por años sin término”.
  • Carta de San Pedro
La primera carta nos presenta a Jesucristo como modelo:
“Padeció su pasión por vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas:
Si, obrando el bien, soportáis el sufrimiento, hacéis una cosa hermosa ante Dios”.
Termina el apóstol aludiendo también a Jesús como pastor:
“Andabais descarriados como ovejas pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas”.
  • Verso aleluyático
Nos invita a pensar en este versículo del evangelio de Juan:
“Yo soy el buen pastor, conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí”.
Que Cristo nos conoce es claro, porque es nuestro Dios y Redentor. Pero, ¿hasta qué punto conocemos nosotros a Jesús o lo confundimos con tantos otros que quieren ser nuestros pastores?
  • Evangelio
En el evangelio se nos habla del ladrón que quiere llevarse las ovejas a como dé lugar.
Él no entra por la puerta sino que salta en el aprisco por otra parte.
En cambio el pastor verdadero entra por la puerta, las ovejas oyen su voz que llama a cada una por su nombre, para conducirlas a buenos pastos.
Dice San Juan que como no entendían la comparación les puso esta otra:
“Yo soy la puerta de las ovejas”.
Y advierte que los que han llegado antes que Él han sido ladrones y bandidos y por eso las ovejas no los escucharon.
Y explica todavía mejor la comparación:
“Yo soy la puerta, quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir y encontrará pastos”.
El párrafo del evangelio de hoy termina con esta hermosa definición de su divinidad (que eso significa “Yo soy”):
“Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante”.
Este es el regalo de Dios a la Iglesia por medio de Jesucristo:
La vida que nos hace hijos adoptivos de Dios.

José Ignacio Alemany Grau, obispo