31 de diciembre de 2023

LA DIVINA MATERNIDAD DE SANTA MARÍA -Octava de Navidad-

Aunque la reflexión homilética que ordinariamente les ofrezco es la del domingo, he preferido, en esta ocasión, reflexionar sobre la octava de Navidad que la liturgia titula «Solemnidad de Santa María Madre de Dios»: 

«Hoy brillará una luz sobre nosotros porque nos ha nacido el Señor; y es su nombre: Admirable, Dios, Príncipe de la paz, Padre perpetuo y su reino no tendrá fin».

Esa luz es la bendición del Padre sobre la humanidad que vivía en tinieblas.

Enviando a Jesús, Hijo del Padre e Hijo de María, Dios nos bendijo y nos abrió el cielo para siempre.

  •  Libro de los Números

Es bueno que en este día hagamos un esfuerzo por entender este importante número (2626) que define la oración de bendición en el Catecismo de la Iglesia Católica:

«La bendición expresa el movimiento de fondo de la oración cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en ella el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se unen. La oración de bendición es la respuesta del hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre puede bendecir, a su vez, a aquel que es la fuente de toda bendición».

Un bello ejemplo de bendición es la que el Señor pidió a Moisés como fórmula para bendecir a los israelitas:

«El Señor te bendiga y te proteja,

ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.

El Señor se fije en ti y te conceda la paz».

Después de dictar esta bendición, el Señor termina diciendo:

«Así invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré».

  • Salmo 66

Se trata de un precioso salmo que nos enseña a bendecir.

Repitámoslo con fe. Bendigamos a Dios y pidamos a Él también su eficaz bendición:

«El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros… Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe».

  • San Pablo

El apóstol tiene esta preciosa enseñanza a los gálatas y, por tanto, a todos nosotros:

«Cuando se cumplió el tiempo envió Dios a su Hijo nacido de una mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción».

En este plan de Dios el Espíritu Santo nos invitará a todos a que, como hijos adoptivos de Dios, repitamos frecuentemente estas palabras:

«¡Abbá, Padre!»

  • Verso aleluyático

Recoge unas palabras muy conocidas e importantes de la Carta a los hebreos que nos indican cómo Dios fue preparando a su pueblo con las enseñanzas de los profetas, pero últimamente «en esta etapa final nos ha hablado por el Hijo».

  • Evangelio

Nos presenta la piadosa costumbre de los buenos israelitas que, a los ocho días del nacimiento, llevaban al primogénito para circuncidarlo y ponerle el nombre.

En ese octavo día, José y María, en el momento de circuncidarlo, pusieron al niño el nombre de Jesús porque ambos habían oído del ángel esa preciosa palabra «Jesús» que significa: «El Señor salva».

Debemos invocar este nombre con frecuencia y agradecer a Jesús que con su vida se ha convertido en nuestro único Salvador.

En este día Jesús derrama por primera vez su sangre por nosotros. Y Santa María nos enseña a recoger los pequeños detalles de la vida para unirlos a los de Jesús y meditarlos en nuestro corazón. María es nuestro modelo porque ella «conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón».

¡Feliz año nuevo 2024, queridos lectores!

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

23 de diciembre de 2023

LA VIRGEN DIJO SÍ A DIOS: ¡Y EL VERBO SE HIZO CARNE!

 

El Adviento camina hacia el fin. Mañana mismo es Navidad.

Hoy la liturgia nos hace revivir las maravillas que vivió la humanidad en torno al nacimiento de Jesús.

Preparémonos con alegría para celebrar el cumpleaños de nuestro Señor Jesucristo.

  • Libro segundo de Samuel

David llega a su plenitud como rey y tiene un palacio para sí y se compara con el arca de la alianza que sigue en una tienda de campaña.

Le dice al profeta que quiere hacer un palacio también para el arca del Señor. Aunque al principio el profeta Natán le dice que sí, muy pronto regresa para decirle que Dios no quiere todavía el templo para el arca de la alianza. Le corresponderá a su hijo hacerlo.

Por su parte, Dios le hace las grandes promesas al rey David que será su predilecto, a pesar de las debilidades que cometió.

  • Salmo 88

Dios hace alianza con David para siempre.

El plan de Dios se realizará en un descendiente suyo que vendrá después de mucho tiempo, ya que los descendientes inmediatos de David fueron infieles a Dios.

Veamos la promesa que se cumplió primero en David y después se cumplirá en el hijo de la Virgen María.

En Jesús se realizará la promesa definitiva y «su reino no tendrá fin»:

«Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David mi siervo: te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades. Él me invocará: tú eres mi padre, mi Dios, mi roca salvadora. Le mantendré eternamente mi favor y mi alianza con él será estable».

  • San Pablo

Terminada su profunda y preciosa Carta a los Romanos, Pablo tiene una larga doxología (palabras de alabanza) al Dios único para glorificarlo por la obra de la redención que estuvo mucho tiempo en secreto y que ahora, por medio de Jesucristo, se ha revelado a todos los hombres sin distinción, por tanto, incluyendo también a los gentiles.

Glorificamos a la Santísima Trinidad y le pedimos la fortaleza para mantenernos en el gran secreto de la salvación que ya conocemos gracias a Jesús.

Debemos permanecer en eterna gratitud porque hemos nacido cuando ya hemos sido testigos de la salvación en Cristo Jesús.

Ahora tenemos todos los medios para salvarnos que no tuvieron las anteriores generaciones, especialmente la Palabra de Dios y los sacramentos.

  • Verso aleluyático

Nos recuerda la clave de la santidad de María que fue cumplir la voluntad de Dios y que es para nosotros la gran enseñanza de nuestra Madre del cielo:

«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

  •  Evangelio

El amor de Dios quiere acoger a la humanidad y salvarla. Para eso inventa una realidad nunca imaginada: hacerse hombre y con esta naturaleza humana, unida a la suya, ofrecerse Él mismo al Padre para salvación de todos.

Con una delicadeza infinita, respetando al máximo la libertad de la mujer escogida y preparada con grandes privilegios, le envía un ángel para preguntarle si está dispuesta a ser su madre.

Además, le hace un regalo precioso: le ofrece la maternidad sin perder la virginidad.

Ante esta delicadeza y ternura de Dios la virgencita de Nazaret no tiene más que una palabra de humildad:

«¡Aquí está la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra!»

Terminamos con unas palabras de gratitud en este tiempo de Navidad. Agradecemos en primer lugar al Padre Dios que nos dio a su Hijo y a la Virgen María que aceptó ser su Madre para que pudiera unir la divinidad a la humanidad.

Gracias al Padre, gracias a María y gracias a todos los que hemos recibido la fe y podemos sentirnos bendecidos y felices en esta nueva Navidad, un cumpleaños más de Jesús:

¡Feliz Navidad amigos lectores!

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

17 de diciembre de 2023

TÚ NO ERES LA LUZ, PERO SÍ TESTIGO DE LA LUZ -Tercer domingo de Adviento-

  


Qué hermoso y motivo grande de alegría este tercer domingo de Adviento («Gaudete»).

Hoy nos encontramos con Juan Bautista en la vida de Jesús. El evangelista lo describe así:

«Surgió un hombre enviado por Dios que se llamaba Juan: este venía como testigo para dar testimonio de la luz… No era él la luz sino testigo de la luz».

Juan es nuestro modelo.

Tenemos un trabajo que hacer en la Iglesia: la humildad. Sabemos que no somos la luz, pero sí somos capaces de llevar a todos la Luz.

  • Isaías

Nos habla de la fuerza del Espíritu del Señor que ungió a Jesús y nos unge a quienes lo seguimos.

Con Jesús el gozo más grande: «Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo».

Bellas comparaciones las de Isaías que nos habla del fruto de la presencia del Espíritu Santo:

«Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia» en quienes se dejen guiar por el Espíritu.

  • Salmo responsorial

La liturgia nos presenta el Magnificat para que nosotros hagamos el nuestro meditando en tantos detalles que hemos vivido, como regalos del Espíritu de Jesús en nosotros.

Les invito a recordar y agradecer y repetir, en cuanto nos toca:

«Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi Espíritu en Dios mi Salvador» que me hizo hijo suyo con el bautismo y me ha permitido recibir a Jesús bajo las especies de pan y vino, y poder tener la fuerza de Dios para crecer en mi vida espiritual y dar fruto abundante.

  • San Pablo

Hoy la liturgia nos recuerda estas palabras del apóstol a los Tesalonicenses:

«Estad siempre alegres».

Por eso llamamos a este domingo el «Domingo de la alegría» («gaudete»).

Con este fin, Pablo nos da un gran consejo:

«Sed constantes en la oración. Dad gracias en toda ocasión porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto a vosotros».

A continuación, el apóstol nos pide que no apaguemos en nosotros la fuerza del Espíritu Santo y, de una manera muy concreta, nos dice:

«Examinadlo todo y quedaos con lo bueno».

Tengamos en cuenta que no nos conviene aceptar todas las ideas o ideologías de los demás sino examinarlas antes a la luz del Espíritu, a la luz de la fe.

  •  Verso aleluyático

Recuerda el momento de Jesús en la sinagoga de Nazaret cuando, ante todos sus vecinos, Jesús, con sencillez se aplica las palabras de Isaías que también hoy recordamos en la liturgia:

«El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres».

  • Evangelio

Hoy San Juan evangelista nos invita a hacernos una serie de cuestionamientos similares a las que le hicieron los judíos, enviados desde Jerusalén, al Bautista:

(1) Aclara quién no eres.

Todos tenemos el peligro de dejarnos llevar de nuestro orgullo y vanidad y creernos lo que no somos. Es bueno recordar que Adán y Eva se creyeron que iban a ser Dios y nos trajeron tanto daño a toda la humanidad.

Con libertad y fuerza, como el Bautista, digamos libremente: «Yo no soy…».

(2) Imitando al Bautista comprometámonos a ser una simple voz que repite las enseñanzas del Señor que habló y sigue hablando también hoy.

Será posible si vives en la humildad de Juan que afirma que no es digno de ser esclavo de Jesús, ya que el desatar o llevar las sandalias del señor era propio de los esclavos.

Finalmente, aprendamos la humildad de Juan y alegrémonos con él por el Mesías que viene a salvarnos a todos.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

9 de diciembre de 2023

PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR -II domingo de Adviento-

Jesucristo, Dios como el Padre y el Espíritu Santo, viene como «Camino» para que podamos nosotros llegar por Él a la Santísima Trinidad.

Por nuestra parte, oímos que la Palabra de Dios nos repite en este tiempo:

«Preparad el camino del Señor».

Dios ha hecho su camino, pero ahora nos pide que hagamos nuestra parte: preparad una calzada para que pueda llegar Dios a la humanidad sencilla y humilde.

Entendemos que se trata de una comparación impresionante que debemos concretar y meditar cada uno de nosotros.


  • Isaías

En primer lugar, entre bellas comparaciones nos pide fundamentalmente dos cosas: crear una calzada, allanando valles y cubriendo huecos para que pueda pasar el Señor.

Se entiende que no tiene que haber orgullo ni odios.

Y, en segundo lugar, nos habla de los heraldos de Sion que salen a gritar a todas las naciones las maravillas de Dios, presente en la tierra:

«Aquí está vuestro Dios. Mirad al Señor que llega con poder y su brazo manda… Como un pastor que apacienta el rebaño su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres».

  • Salmo 84

Con el salmista pedimos a Dios la misericordia y la paz.

«Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos», así esperamos la salvación que ya está cerca y pedimos misericordia y fidelidad para realizar el gran encuentro entre la humanidad y el Creador.

  • San Pedro

Comienza advirtiéndonos que si Dios tarda no es porque no va a cumplir su promesa, sino que no tiene apuro: «tiene mucha paciencia con nosotros porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan».

Así es, amigos, el amor de nuestro Dios que espera nuestra conversión y debemos aprovechar bien el gran sacramento de la penitencia, de manera especial en este tiempo de Adviento.

 Además, San Pedro nos recuerda que «el día del Señor llegará como un ladrón».

Finalmente, tengámoslo bien en cuenta, «nosotros confiados en la promesa del Señor esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia».

Con San Pedro terminamos con este consejo:

«Por tanto, mientras esperáis estos acontecimientos procurad que Dios os encuentre en paz con Él, inmaculados e irreprochables».

  • Verso aleuyático

Nos repite la idea central de este domingo:

«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. 

Todos verán la salvación de Dios».

  • Evangelio

Comienza el Evangelio de San Marcos con la gran afirmación que será la preocupación más importante de la enseñanza de este evangelista:

«Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios».

Y terminará toda su riqueza con el momento muy importante (según dicen los exegetas) cuando el centurión, al morir Jesús, dirá:

«Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».

(El tema importante para San Marcos en todo su Evangelio será la divinidad de Jesucristo).

Después de esto nos presenta al Bautista que en el desierto predicaba la conversión y pedía el bautismo y, refiriéndose a Jesús, repetía al pueblo:

«Detrás de mí viene el que puede más que yo y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias».

De esta manera el evangelista presenta a Juan que prepara el tiempo de Jesús diciendo:

«Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con el Espíritu Santo».

Amigos, caminemos por el Adviento hacia la Navidad teniendo en cuenta las grandes enseñanzas de la liturgia de este domingo.


José Ignacio Alemany Grau, obispo

2 de diciembre de 2023

MUÉSTRANOS TU MISERICORDIA - Primer domingo de Adviento –

 

Después de haber repetido que termina un año litúrgico (el civil continúa) y que empieza otro distinto, uno podía esperar un cambio radical de temas.

Pero empezamos prácticamente como terminamos, con orientaciones idénticas: «vigilar».

Es más, la liturgia nos va a llevar a lo mismo en el nuevo año: la imitación de Cristo y esto comienza también con el ciclo de Navidad.

¿Qué pasó?

Que la meta es la misma: Dios. Y el camino es idéntico: Jesús.

Por Jesucristo llegamos a Dios: ¡Eso es todo!

Así que, amigos, tomemos esto en serio: nosotros somos los mismos. Dios es el mismo, «Jesús es la vida, la verdad y el camino».

Este es el grito espontáneo que brota de la liturgia del primer domingo de Adviento: ¡Misericordia!

El pecado nos quiere alejar de Dios, pero nuestra confianza en la paternidad divina está por encima de todo y, por eso, suplicamos.

  •  Isaías

El profeta hace «la gran súplica al Señor». Apelando a la paternidad de Dios le suplica con confianza, pensando en su misericordia.

El profeta comienza:

«Tú, Señor, eres nuestro Padre, tu nombre de siempre es nuestro Redentor».

Y al final del párrafo nos invita a decir:

«Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obras de tus manos».

A pesar de nuestros pecados e infidelidades seguimos confiando en nuestro Creador y Alfarero.

Qué bueno meditar la obra de Dios que resalta Isaías y pedirle con humildad de corazón su perdón, e incluso su presencia continua entre nosotros:

«Ojalá rasgases el cielo y descendieras»

Su presencia renovaría todo, permitiría a Dios gobernar y nosotros seguir invocando el nombre del Señor.

En Adviento, muchas veces, repetiremos peticiones de estas para que el Redentor venga a la tierra reseca.

  • Salmo 79

Pedimos con el salmista poder vivir de nuevo la obediencia a nuestro Buen Pastor:

«Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve».

Que Dios nos cuide como a su viña predilecta.

Con el salmo hacemos un firme propósito: «No nos alejaremos de ti; danos vida para que invoquemos tu nombre».

Confiando y pidiendo siempre su fortaleza: «Que tu mano proteja a tu escogido al que tú fortaleciste»

  • San Pablo

Comienza con un bello saludo que la liturgia hace suyo y que podemos emplear para saludarnos entre nosotros:

«La gracia y la paz de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo sea con vosotros».

Jesús es fiel. Por eso lo esperamos con la seguridad que merece su palabra. Este es el motivo profundo de nuestro Adviento:

«Vosotros aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo». Con Él nos debemos sentir seguros en el comienzo de este nuevo Adviento.

Seguros de que «Él os mantendrá firmes hasta el final para que no tengan de que acusaros en el día de Jesucristo, nuestro Señor».

Palabras de gran esperanza para mirar con serenidad y paz el futuro confiando en que «Dios os llamó a participar en la vida de su Hijo Jesucristo, Señor nuestro. ¡Él es fiel!».

  • Verso aleluyático

Tiempo de Adviento, tiempo de esperanza. Esta esperanza se fundamenta no en nosotros, sino en la misericordia de Dios:

«Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación».

  •  Evangelio

San Marcos, nuestro compañero en el ciclo B, nos invita hoy a vivir el ambiente de vigilia y de espera que Jesús nos repite una vez más en Adviento:

«Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: velad».

Una vez más, uniendo el fin del año con el principio del siguiente, Jesús nos repite:

«Velad, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa… No sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos».

Entendamos que estas palabras de Jesús son una invitación para que cada uno de nosotros viva en Adviento y en esperanza.

 

+ José Ignacio Alemany Grau, obispo

25 de noviembre de 2023

CRISTO REY DEL UNIVERSO

¡Qué gozada!

Jesucristo es el primero en todo y su Esposa, la Iglesia, le dedica este día con el título maravilloso de REY DEL UNIVERSO.

En fin de cuentas, «todo fue creado por Él y para Él».

  • Ezequiel

Nos habla de la ternura de Dios con su rebaño.

Aunque se trata del Antiguo Testamento reaviva en nosotros la esperanza.

Dios sigue a cada oveja a pesar de su «dispersión»:

«Yo mismo apacentaré mis ovejas… buscaré las ovejas perdidas, recogeré a las descarriadas, vendaré a las heridas, curaré a las enfermas…

Y a vosotras, mis ovejas, así dice el Señor: “Voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío».

  • Salmo 22

Es el salmo más conocido, pero muy importante en este domingo que seguimos al Buen Pastor hasta el juicio final, llevándolas con Él definitivamente.

Estamos seguros de Dios Pastor:

«Me conduce a fuentes tranquilas, repara mis fuerzas y me guía por el sendero justo».

Nos sentimos felices con Dios Pastor:

«Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.

  • San Pablo

El Apóstol nos habla del reinado de Jesucristo, bien merecido por el sacrificio de su muerte y su gloriosa resurrección.

Gracias a Jesús esperamos resucitar, «primero Cristo como primicia y después, cuando Él vuelva, todos los que son de Cristo».

«Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies». Todos los que en su vida quisieron destruir la obra de Dios en Cristo, se convertirán en humilde estrado de sus pies.

¿Y, qué hará Jesús en este reino ganado con su sacrificio?

«Entonces el Hijo se someterá a Dios al que se lo había sometido todo».

O sea que Jesús, Dios, pero hombre verdadero, pondrá todo en las manos de su Padre a quien sea la gloria por los siglos.

  •  Verso aleluyático

Pensando en la fiesta del Rey que viene en el Evangelio del día, la Iglesia nos invita a repetir lo que decimos tantas veces antes de la consagración, cada día, en la santa misa:

«Bendito el que viene en nombre del Señor».

Y con Él:

«Bendito el reino que llega, el de nuestro Padre David», figura de Jesús.

  • Evangelio

Hoy es el día último en que San Mateo, el evangelista de este año litúrgico que termina, nos habla del juicio final.

Momento de triunfo para Jesús, maltratado por los hombres.

También momento feliz de los que siguieron a Jesús, su Palabra, su mensaje, su vida y su Eucaristía.

Gocemos y meditemos:

Vendrá en su gloria el Hijo del hombre, Cristo rey, con todos los ángeles, «se sentará en el trono de su gloria y serán reunidas ante Él todas las naciones».

¿Cómo será exactamente?

No es fácil explicarlo, pero sí tiene que suceder algo por estricta justicia.

Dios es justo.

Jesús ha sido humillado y los suyos con Él a través de la historia.

Ante toda la humanidad Dios tiene que mostrar el triunfo de su Hijo y la humillación de todos los que humillaron y crucificaron a Jesús.

Qué hermoso será oír algo semejante a esto:

«¡Vengan benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo!».

¡Qué gozada!

Preparémonos desde ahora para que sea una realidad cuando termine para nosotros el tiempo.    

¡Feliz domingo de Cristo Rey de Universo!

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

18 de noviembre de 2023

LA FAMILIA FELIZ

Hablar de felicidad y, sobre todo, en la familia en estos tiempos, parece una utopía. Sin embargo, es una realidad cuando se escucha la voz del Señor y todos hacen su voluntad.

Para encontrar esta felicidad aprovechemos los dones de Dios vividos, de manera especial, entre nuestros familiares.

  • Proverbios

Este libro nos presenta hoy a la mujer fuerte y va describiendo sus distintos valores. La considera como un tesoro escondido de gran valor, trabajadora, colaboradora con su marido al que «trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida».

Por otra parte, «abre sus manos al necesitado y extiende sus brazos al pobre».

Finalmente, nos ofrece advertencia que la mujer trabajadora conoce muy bien: «Engañosa es la gracia y fugaz la hermosura. La (mujer) que teme al Señor merece alabanza».

  • Salmo 127

Nos presenta la familia feliz. Es bueno meditarlo siempre en oración y en la vida práctica:

«Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso y te irá bien.

Tu mujer como parra fecunda en medio de tu casa. Tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa».

Esta es la bendición que deseamos siempre para nuestras familias.

  • San Pablo

Aunque parecía el domingo pasado, que el Apóstol creía que durante su vida iba a acontecer el fin del mundo, hoy nos aclara, con la convicción del Evangelio que tantas veces repitió Jesús:

«Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche».

Para los suyos, en cambio advierte:

«No vivís en tinieblas para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día».

Y la conclusión para todos nosotros:

«Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados».

  • Verso aleluyático

Recalca la unidad entre nosotros y Jesús como los racimos permanecen en la vid para fructificar:

«Permaneced en mí y yo en vosotros. El que permanece en mí da fruto abundante».

  • Evangelio

Continúa el capítulo 25 de San Mateo que terminará el próximo domingo con la llegada de Cristo Rey.

Hoy nos relata el Evangelio de los talentos. Todos tenemos talentos, dones que el Señor nos regaló para trabajarlos durante nuestra vida.

La parábola habla de tres siervos que, cuando el señor marcha lejos, reciben distintas cantidades de dinero para trabajarlo en su ausencia.

Es muy importante tener en cuenta que «a cada uno le da según su capacidad».

Los dos primeros siervos le dan al señor, a su regreso, el dinero duplicado. Y el señor los alaba por igual con estas exactas palabras:

«Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor. Como has sido fiel en lo poco te daré un cargo importante; pasa al gozo de tu señor».

Cuando llega el que ha recibido un talento, se lo devuelve tal como lo había recibido diciendo:

«Señor, sabía que eras exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces. Tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo».

El señor le respondió: «Eres un empleado negligente y holgazán… Debías haber puesto mi dinero en el banco para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses».

Y lo mandó castigar.

Te invito a que en oración pienses (o busques) los talentos que te ha dado Dios y, lejos de envanecerte, aprovecha para glorificar y agradecer a Dios y ponerlos al servicio de los hermanos.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

11 de noviembre de 2023

SIEMPRE CON EL SEÑOR

Según la liturgia en este día se pueden suprimir estas palabras (del título) tan consoladoras de la carta de San Pablo a los Tesalonicenses.

Nosotros meditémoslas y hagámoslas llegar, sobre todo, a las familias de algunos difuntos.

  • Libro de la Sabiduría

Este libro de la Sabiduría, dicen que cronológicamente es el último libro del Antiguo Testamento.

Nosotros podemos, con la Tradición, referir la Sabiduría a Dios y en concreto al Verbo, Palabra, Sabiduría del Padre:

«Meditar en ella (la Sabiduría) es prudencia consumada; el que vela por ella pronto se ve libre de preocupaciones. Ella misma va de un lado a otro buscando a los que la merecen…».

  • Salmo 62

Nos invita a tener presente a Dios, día y noche, en nuestra vida. Experimentar el hambre de Dios es algo muy importante que el mismo Dios ha puesto en nuestro corazón de criaturas:

«Mi alma está sedienta de ti.

Oh, Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo. Mi alma está sedienta de ti, mi carne tiene hambre de ti como tierra reseca, agostada, sin agua».

Pidamos a Dios tener conciencia de esta necesidad de Él.

  • San Pablo

Quiere que los Tesalonicenses no ignoren la suerte de los buenos después de la muerte. Todo esto es debido al sacrificio de Cristo Jesús:

«Si crees que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con Él».

Confiando en los méritos del sacrificio de Cristo, Pablo exclama:

«Seremos arrebatados al encuentro del Señor».

Por eso, nos anima a la confianza diciendo:

«Estaremos siempre con el Señor».

Ese sí es motivo de consuelo que debemos de llevar, sobre todo, a los familiares que han perdido un ser querido. Y repitamos:

«Consuélense mutuamente con estas palabras».

  • Verso aleluyático

Recoge el pensamiento principal de este domingo:

«Estad en vela y preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre».

  • Evangelio

Nos trae un detalle más sobre lo que es el reino de los cielos, según enseña Jesucristo:

«Se parecerá el reino de los cielos a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo».

Se trata de las jóvenes que embellecen la fiesta de un matrimonio. Jesús las divide en dos grupos: unas que llevan sus lámparas junto con alcuzas de aceite de repuesto. Las otras no.

Como nos ha repetido muchas veces Jesús, la llegada del esposo siempre es inesperada:

«A medianoche se oyó una voz: que llega el esposo, salid a recibirlo».

Entonces, despertaron todas y las necias pidieron: «Dadnos un poco de vuestro aceite que se nos apagan las lámparas».

Las sensatas les pidieron que fueran a comprar para que luego no les faltara el aceite a todas.

Cuando llega el esposo, entran cinco, y más tarde las otras cinco golpeaban la puerta pidiendo: «Señor, ábrenos».

El señor les dijo esta respuesta muy dura:

«Os aseguro: no os conozco».

La conclusión la saca el mismo Evangelio de hoy y debemos tenerla en cuenta:
«Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora».

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

4 de noviembre de 2023

SACERDOTES FIELES


Hoy empezamos la reflexión homilética con las palabras con que comienza el libro del profeta Malaquías:

«“Os amo”, dice el Señor. Pero vosotros decís: “¿En qué se nota que nos amas?”»

Que estas palabras nos sirvan de introducción a la reflexión de este domingo.

  • Malaquías

Comienza presentándose Dios como Señor que juzga a sus sacerdotes:

«Yo soy un gran rey, dice el Señor del universo, y todas las naciones temen mi nombre»

A continuación, el Señor habla de una maldición para los sacerdotes porque no ponen todo su corazón en la glorificación de su nombre santo.

Después de hablar, una vez más, del comportamiento de los sacerdotes de su tiempo que ofenden al Señor porque no cumplen su obligación de orientar a los fieles, Dios los amenaza:

«Yo también los voy a hacer despreciables y viles para todo el pueblo ya que vuestra boca no ha guardado el camino recto y habéis sido parciales en la aplicación de la ley».

  • Salmo 130

El salmista dice que confía en el Señor y le pide que le guarde en la paz, junto al corazón de Dios. En sencillez pide y espera confiadamente en Él:

«Mi corazón no es ambicioso ni mis ojos altaneros. No pretendo grandezas que superan mi capacidad, sino que acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre».

Como un niñito dormido en brazos de Dios, así está el hombre humilde en el Señor.

  • San Pablo

Contrasta totalmente con los malos sacerdotes de que habla Malaquías. Con cuánta delicadeza ha tratado a los fieles y se compara con «una madre que cuida de sus hijos».

Llega a decir: «Os teníamos tanto cariño que deseábamos entregaros no solo el Evangelio de Dios sino hasta nuestras propias personas porque os habíais ganado nuestro amor».

¡Qué hermosa manera de ser apóstol y de llevar a los fieles al encuentro con Dios!

El mismo apóstol nos pide: «Recordad nuestros esfuerzos y fatigas trabajando día y noche para no serles gravosos a nadie, proclamando entre vosotros el Evangelio de Dios».

Pidamos a Dios sacerdotes celosos que, a semejanza de San Pablo, sean valientes y sacrificados para hacer eficaz la evangelización.

  •  Verso aleluyático

Aunque son muchas las personas que Dios nos regala para formarnos en la fe, siempre hemos de permanecer seguros en Dios mismo porque, como nos dice Mateo: «Uno solo es vuestro Padre, el del cielo y uno solo es vuestro consejero, Cristo».

  • Evangelio

El Evangelio de hoy se dirige a los judeocristianos y les hace ver lo que vivían antes de su conversión al cristianismo, cuando vivían con los fariseos. El evangelista contrapone la actitud de los fariseos con las enseñanzas de Jesús:

Los fariseos dicen muchas cosas, pero no las cumplen. Llaman la atención con sus vestiduras, buscan los primeros puestos en los banquetes y sinagogas y se hacen llamar rabí.

Por su parte, Jesús enseña claramente que los suyos deben vivir en la humildad porque «el que se ensalza será humillado y el que se humilla será enaltecido».

También les advierte que «uno solo es vuestro Padre, el del cielo». Finalmente, les pide que no se dejen llamar consejeros porque «uno solo es vuestro consejero: Cristo».

Como conclusión en este domingo, amigos todos, viviendo en humildad ayudémonos, unos a otros, para aprovechar la gracia de Dios que compartimos.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

28 de octubre de 2023

PRIMERO DIOS

Comenzamos esta reflexión con la petición que la liturgia hace en la oración colecta de este día pidiendo un aumento en las virtudes teologales, fe, esperanza y caridad, para que tengamos la posibilidad de conseguir las promesas que Dios nos ha hecho.

  • Éxodo 

El párrafo de hoy defiende los derechos de las clases más pobres en Israel y habla concretamente de los emigrantes, las viudas y los huérfanos que no poseían herencia. El mismo Señor advierte, refiriéndose a cada uno de ellos:

«Si grita a mí, yo lo escucharé porque yo soy compasivo».

Veamos un par de detalles interesantes de las necesidades especiales de estas personas y cómo el Señor pide que se les trate con caridad:

+ Si se refiere a prestar dinero, no hay que ser usurero con el pobre.

+ «Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás antes de ponerse el sol, porque no tiene otro vestido para cubrir su cuerpo…».

  • Salmo 17

Es una gran cantidad de nombres los que se dan al Señor como señal de reconocer su grandeza, y así se le llama: mi Fortaleza, mi Roca, mi Alcázar, mi Libertador, Peña mía, Refugio mío, Escudo mío, mi Fuerza salvadora, mi Baluarte… Por todos estos motivos, nosotros, con el salmista, decimos:

«Yo te amo, Señor».

  • San Pablo

Se trata de la Carta a los tesalonicenses, que es el texto más antiguo del Nuevo Testamento.

Escriben Pablo, Silvano y Timoteo a la comunidad cristiana de Tesalónica.

El apóstol manifiesta una gran alegría porque, cuando les anunció el Evangelio, lo acogieron «no solo de palabra sino con la fuerza del Espíritu Santo y con plena convicción».

La acogida admiró a San Pablo porque, a pesar de las tribulaciones del momento, la aceptaron con la alegría del Espíritu Santo y, en este sentido, considera a los de Tesalónica como un modelo para los creyentes de Macedonia y de Acaya.

El apóstol alaba también la difusión de esa fe «por doquier de modo que nosotros no teníamos necesidad de explicar nada».

Los tesalonicenses para Pablo son un modelo de «conversión a Dios abandonando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero y para vivir aguardando la vuelta de su Hijo Jesús».

  • Verso aleluyático

Una vez más la liturgia insiste en que debemos guardar los mandamientos por amor y especialmente lo podemos referir al Evangelio del día:

«El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a Él».

No olvidemos que esa palabra es Jesús mismo y con Él viene el Padre Dios hasta nosotros.

  • Evangelio

Hoy los fariseos envían a un doctor de la ley a preguntarle a Jesús «para ponerlo a prueba». La pregunta es capciosa porque los fariseos tenían multitud de preceptos, además de los que directamente recoge la Escritura. Esta es la pregunta, también importante para nuestro tiempo:

«¿Cuál es el mandamiento principal de la ley?»

Jesús, que sabe aprovechar todas las oportunidades para dar una enseñanza clara, les responde».

«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente».

La respuesta del Señor al fariseo es muy importante para nuestro tiempo cuando algunos marginan, a veces, totalmente al Creador.

Con estas palabras Jesús va al inicio del Decálogo, pero inmediatamente el mismo Señor continúa:

«El segundo es semejante a él: amarás a tu prójimo como a ti mismo».

De esta manera Jesús cierra la conversación advirtiendo:

«En estos dos mandamientos se sostiene toda la ley y los profetas».

Buena lección para que nosotros analicemos cómo cumplimos lo fundamental del Decálogo en nuestros días.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo