26 de enero de 2019

BUSCANDO EL AMOR, ENCONTRAMOS A DIOS

La liturgia de este domingo III del tiempo ordinario nos lleva por los primeros pasos del apostolado de Jesús, para que vayamos adentrándonos en sus enseñanzas y sobre todo en su vida. Hoy precisamente nos encontramos en un momento difícil de la misión inicial del Maestro en su propio pueblo.
  • Jeremías
Entre las dificultades históricas del siglo VI, Dios llama a Jeremías, hombre culto y de delicados sentimientos, para que sea profeta de su pueblo.
En el capítulo 1 cuenta el mismo profeta que Dios lo llamó con estas palabras únicas:
“Antes de formarte en el vientre, te escogí. Antes que saliera del seno materno, te consagré: te nombré profeta de los gentiles”.
Después de esto, el Señor le manda a profetizar entre amenazas y promesas:
“No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos…”
A continuación el Señor le dirá:
“Yo te convierto en plaza fuerte frente a todo el país: frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y a la gente del campo”.
En seguida, viene como una profecía que se realizará durante toda la vida del profeta, que por ser muy sensible, sufrirá mucho por el cariño que tenía a su pueblo:
“Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte”.
Esta es la promesa del Señor a Jeremías, que tanto sufrió por Israel.
Es bueno que aprendamos que Dios nunca falla a los que le son fieles.
  • Salmo responsorial 70
El salmista nos invita a refugiarnos en el Señor y a pedirle: “Sé tú mi Roca de refugio… el alcázar donde me salve”; y pedirle su protección contra nuestros enemigos:
“Dios mío, líbrame de la mano perversa… Señor, tú fuiste mi esperanza y mi confianza desde mi juventud”.
Y con una alusión interesante al profeta Jeremías, añade:
“En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno me sostenías”.
Pidamos con el salmista que el Señor nos ayude a ser fieles, cantando sus maravillas hasta el final de nuestra vida.
  • San Pablo
Será bueno que en este domingo nos examinemos para ver si realmente tenemos el amor verdadero que pide el capítulo doce de la primera carta a los corintios, que quizá conocemos de memoria, o es, peor aún, filantropía o amor interesado.
San Pablo nos advierte que el amor es lo primero de todo.
No debemos olvidar que San Juan identifica el verdadero Amor con la esencia de Dios.
Pero si el amor es realmente el que pide Dios, se hace muy concreto y por esto será bueno fijarnos en estos detalles:
¿Tenemos un amor paciente y afable?
¿Somos presumidos o tenemos envidia?
¿Sabemos disculpar y creer sin límites? ¿Somos capaces de perdonar?...
Terminará advirtiéndonos San Pablo que todo, incluso nuestras virtudes teologales pasan, pero siempre queda vivo el amor cuando es verdadero.
Ten cuidado. No te quedes en un amor teórico sino aplícalo a las personas que viven junto a ti, sobre todo a tu propia familia, a los miembros de tu comunidad, y a los grupos de fe.
  • Verso aleluyático
Nos invita a pensar que cada uno de nosotros somos un misionero, un enviado de Dios para que llegue la buena noticia, el Evangelio, a los más necesitados, “para anunciar a los cautivos la libertad”.
  • Evangelio
El Evangelio nos lleva a un momento difícil en la vida de Jesús.
Da la impresión que el Señor va al inicio de su apostolado pasando por los distintos pueblecitos vecinos y llega a Nazaret.
Con toda naturalidad, Él, que ya ha cumplido treinta años, según la ley se pone en pie en la sinagoga y comienza a leer el texto bíblico del día.
La gente al principio se admira de que un paisano domine la Escritura de esta manera, pero en un pueblo chico pronto aparecen los chismes y comentarios negativos.
Para ellos es simplemente un hijo del pueblo y por cierto, del conocido carpintero José.
Al final, Jesús, entristecido, tiene que volver la espalda a la multitud que lo quería apedrear y se va lejos de ellos, con la pena de no haber podido hacer milagros como en otros lugares.
Pienso que muchas veces Dios nos quiere evangelizar a través de distintas personas, incluso a través de nuestros familiares o amigos, pero nuestro orgullo nos impide escucharlos.
Qué dolorosa experiencia que tienen muchos evangelizadores cuando, queriendo evangelizar a los suyos, nadie les hace caso o incluso se ríen de ellos.
Solo el corazón sencillo está siempre abierto a Dios, sea cualquiera el camino que utilice para llevarnos a su Reino.

José Ignacio Alemany Grau

19 de enero de 2019

SEISCIENTOS LITROS DEL VINO MEJOR

En los días anteriores hemos hablado de tres “teofanías”, que ya sabemos que significan tres manifestaciones de Dios.
La tercera es la de hoy, ya que en el milagro de las Bodas de Caná aparece Jesucristo como dueño y Señor de la naturaleza, con el poder de cambiar el agua en vino.
Más todavía, la Iglesia desde el principio, ha visto en esta tercera teofanía como un adelanto de la Eucaristía por la cual Jesús el Jueves Santo convertirá el vino en su Sangre.
Es decir, como un segundo paso del milagro: del agua en vino a la sangre de Cristo.
Veamos ahora la profundidad de las tres lecturas de hoy.
  •  Isaías
Los Santos Padres han visto, desde el principio, en el amor especial de Dios por Sión (que es la ciudadela de Jerusalén) el amor que Dios ha tenido a la Iglesia, esposa de Jesucristo.
Por otra parte que todas las palabras de amor que Dios manifiesta en el profeta Isaías se aplican a la Iglesia en general y a cada uno de los que pertenecen con amor y fidelidad a la Iglesia de Jesús:
Es bonito pensar cómo nos ama el Señor y detenernos a meditar las bellas palabras que hoy cita la liturgia:
“Como un joven se cansa con su novia, así te desposa el que te construyó. La alegría que encuentra el marido con su esposa la encuentra tu Dios contigo”.
  • Salmo responsorial 95
Canta las misericordias del Señor que son muchísimas y que hoy recordamos de una manera especial en las tres lecturas del día:
“Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor toda la tierra; cantad al Señor y bendecid su nombre”.
  • San Pablo
El apóstol San Pablo nos habla de los carismas y nos dice:
“Hay diversidad de dones pero un mismo Espíritu, hay diversidad de ministerios pero un mismo Señor. Y hay diversidad de funciones pero un mismo Dios que obra todo en todos”.
Y hay algo muy importante que no debemos olvidar:
“En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común”.
Tengamos presente que quienes tienen los carismas los han recibido para el servicio de la Iglesia y no para su propio interés personal.
Respecto a los carismas el Catecismo Católico nos enseña:
“Extraordinarios o sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen directa o indirectamente una utilidad eclesial.
Los carismas están ordenados para la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo.
Los carismas se han de acoger con reconocimiento por el que los recibe, y también por todos los miembros de la Iglesia…
Los carismas constituyen tal riqueza siempre que se trate de dones que provienen verdaderamente del Espíritu Santo y que se ejerzan de modo plenamente conforme a los impulsos auténticos de este mismo Espíritu, es decir, según la caridad, verdadera medida de los carismas” (ver779 y 800).
  • Evangelio
El Evangelio es muy querido y conocido en la Iglesia de Jesús, de manera especial porque “la Madre de Jesús estaba allí” en las Bodas de Caná, adonde habían invitado a Jesús con sus discípulos.
Y es precisamente la Virgen quien con su intuición femenina y su amor de Madre le advierte a Jesús que se ha acabado el vino y la boda está poco menos que empezando.
Unas bellas enseñanzas podemos sacar de este párrafo de San Juan:
+ Que a María, nuestra Madre, la llaman los santos la “omnipotencia suplicante”. Esto quiere decir que no es Dios ni mucho menos pero, por ser su Madre, consigue de su Hijo todo lo que le pide.
+ Veamos cómo para pedir con confianza y conseguir lo deseado no hay que hacer grandes discursos sino una simple petición.
+ Aquí tenemos una de las pocas frases de la Virgen que como petición de la Madre de Dios y Madre nuestra, ha quedado en el corazón de los fieles:
“Haced lo que Él os diga”. En aquella oportunidad los siervos llenaron de agua seis vasijas de cien litros y Jesús las convirtió en el mejor vino, según declaró el mayordomo.
Este es en realidad el papel de la maternidad espiritual de la Virgen para con todos nosotros.
María no quiere que la tomemos como meta de nuestra vida, sino como una Madre buena que nos orienta hacia Dios y nos hace ver que siempre que esté ella, estaremos seguros de llegar hasta Dios que es la meta de nuestra existencia.


José Ignacio Alemany Grau

12 de enero de 2019

EL BAUTISMO DE JESÚS

EL BAUTISMO DE JESÚS

Tres epifanías conmemoramos en este tiempo litúrgico que terminamos hoy:
Los Magos de oriente, el Bautismo de Jesús y  las Bodas de Caná.
En los tres casos hay una “manifestación de lo alto”, que eso significa la palabra “Epifanía”.
Hoy conmemoramos el Bautismo de Jesús, que no quiere decir que Jesús se bautizó a los treinta años y que por eso hay que bautizar a los hombres cuando cumplan esa edad.
Jesús no tiene nada que ver con el pecado y por eso no se bautiza para ser hijo de Dios, que es el efecto que produce nuestro sacramento del bautismo.
Es bueno que tengamos en cuenta que, si el bautismo nos hace hijos de Dios, debemos bautizarnos lo antes posible. Ojalá fuera tan pronto como lo hacen muchos buenos cristianos y entre ellos el Papa Benedicto que fue bautizado el mismo día que nació.
  •  Prefacio
Nos enseña para qué fue el bautismo de Jesús en el Jordán, es decir, para descubrir el misterio del bautismo en el Nuevo Testamento, que se ha de realizar en el nombre de la Santísima Trinidad.
En primer lugar desciende la voz del Padre para que el mundo se entere de que Cristo es su Palabra que ha venido a hablarnos de Él y de parte de Él.
Segundo, el Espíritu, en forma de paloma, unge a Jesucristo que, además de Dios, es verdadero hombre y viene a anunciar la salvación a la humanidad, en especial a los pobres que son sus preferidos…
¡Los “creídos” no tienen sitio para Dios!
De esta manera en la fiesta de hoy, bajo símbolos profundos y claros, se nos descubre el gran misterio trinitario:
+ En la voz, al Padre.
+ En la paloma, al Espíritu Santo.
+ En el río, el Verbo encarnado que está bautizándose.
Por eso llamamos a esta fiesta del bautismo una “Epifanía” que, como he dicho antes, es la manifestación del cielo.
  •  Isaías
El gran profeta Isaías consuela al pueblo de Dios con una promesa que anuncia, siglos antes, la salvación de Dios que se hará realidad en el Mesías Jesús.
Él traerá (ya ha traído) la salvación, la paz y la alegría. Lo hace con distintas imágenes:
“Di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con Él su salario y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne. Toma en brazo los corderos…”
  • Salmo 103
La invitación es íntima y personal… pero, al mismo tiempo, es para todos.
Debemos bendecir la grandeza de nuestro Dios, Creador de todo y de quien todos dependemos.
Todos esperamos de Él, directa o indirectamente, la comida, y su presencia nos da seguridad.
La vida de todos depende de su providencia.
¡Qué grande es nuestro Dios!
  • Pablo
Explica a Tito la finalidad de la venida de Jesús al mundo:
“Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras”.
¡Qué clarito lo dice San Pablo!
Y cómo cuesta a los seguidores de Cristo vivir la paz y la pureza.
Pero Dios ayuda:
Para ello Dios derramó copiosamente el Espíritu Santo sobre nosotros por medio de Jesucristo.
  • Aleluya
Juan, en su humildad, siempre se mantiene en su puesto y aclara que él es únicamente el Precursor del Mesías, el que ha venido a preparar su llegada.
Detrás viene el que es más que él y bautizará con Espíritu Santo y fuego.
¡Es bueno tomar conciencia de cuál es nuestro puesto en la Iglesia, en la familia, en el trabajo…!
Los humildes se ganan el corazón de Dios y también el de los hombres.
  • Evangelio
“En un bautismo general”, entre la multitud Jesús se presenta para recibir un bautismo de penitencia que no necesita, porque Él no tiene nada que ver con el pecado:
“Mientras Jesús oraba se abrió el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre Él, en forma de paloma” para hacerse sensible porque Él es puro Espíritu.
Además, se oyó la voz del Padre (que por ser puro Espíritu tampoco lo podían percibir) y dio el gran testimonio:
“Tú eres mi Hijo, el Amado, el Predilecto”.
También que Jesús sea siempre el primero en todo.

José Ignacio Alemany Grau

5 de enero de 2019

EPIFANÍA, LA MANIFESTACIÓN DEL AMOR



EPIFANÍA, LA MANIFESTACIÓN DEL AMOR

  • Isaías
El profeta Isaías nos presenta en un bellísimo estilo oriental a Jerusalén como si fuera una persona muy especial e importante.
Jerusalén es como una doncella maravillosa, predilecta de Dios, que llama la atención de los hombres por su belleza.
La belleza es comparada en este caso con la luz.
La luz que brilla en Jerusalén es de Dios y viene de Dios o mejor, el Dios que viene a ella es luz.
Pero ha llegado el momento de Dios y ahora todos los pueblos son invitados a acercarse a la luz y revestirse de Dios, lo mismo que Jerusalén que representa al pueblo escogido.
Las cosas han cambiado.
Se acabó el Antiguo Testamento en que Dios llamaba solo a un pueblo privilegiado.
A partir de este momento Dios llama a todos los gentiles que, por la belleza de Jerusalén, llegan a Dios.
Bajo estas bellísimas imágenes está profetizada la Iglesia, que el Apocalipsis descubrirá más hermosa todavía con estas palabras:
“Y vi la ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se adorna para su esposo”.
  • Salmo 71
Hoy es el día de los “gentiles” (se llama así a todos los que no pertenecen al pueblo de Israel).
Es el día en que Dios llama a todos los pueblos representados en los Magos que vienen de lejos con regalos a adorar al Señor.
Es la fiesta de todos.
Hoy desde la cuna de pajas de Belén Dios llama a toda la humanidad.
Y los hombres se acercan a Él representados en los Magos.
Amigo, no te quedes atrás.
Dios nos llama a todos con su luz maravillosa que deslumbra y atrae a los hombres de buena voluntad.
¡Misterio del “Dios-con-nosotros”!
  • Efesios
Pablo aclara el profundo sentido de esta fiesta de Epifanía o manifestación de Dios:
Con la venida de Cristo quedó claro “que también los gentiles son coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa de Dios” en Cristo, dada a conocer por el anuncio del Evangelio.

  • Aleluya
Medita un parrafito del Evangelio de Mateo: Los Magos llegan a Jerusalén con una gran noticia que casi nadie conoce:
“Hemos visto salir su estrella y venimos a adorar al Señor”.
Qué distintas reacciones produce la cercanía de Dios. Lo veremos en el Evangelio.
Pero ya desde ahora piensa que tu salvación la tiene Dios y te la ofrece: todo depende de cómo la acojas tú.
  • Evangelio
No es fácil entender el sacrificio y la fe que supone esta frase de San Mateo:
“Unos magos de oriente se presentaron en Jerusalén”.
Reflexionemos:
+ Estudio de los astros y distinguir entre ellos una estrella muy especial.
+ Buscar en los libros, sobre todo en la Biblia, el significado de aquel astro.
+ Formar una caravana, reunir gente, provisiones y los regalos muy especiales para un hipotético rey.
+ Suponer que un rey nace normalmente en la capital y por tanto dirigirse a Jerusalén.
+ Presentarse en palacio preguntando: “¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?”
Nadie sabía nada pero cuánta seguridad llevaban y cuánto tiempo emplearon aquellos Magos que venían tan decididos, ya que Herodes concluye que los hechos resumen todo este tiempo en un par de años que anotará él para realizar su infame hazaña.
Admiramos la maldad que oculta el rey de Israel, enfermo y viejo, que se muere de miedo pensando que un bebé crecerá y podrá destronarlo.
¡Cuánta maldad cargamos los humanos y cómo disimulamos nuestras intenciones!
Pero Dios y la verdad triunfan porque Dios es el Señor de los tiempos.
Los Magos vuelven a ver la estrella que les conduce hasta el lugar, sin duda una casita sencilla, en la que ahora vive la Sagrada Familia.
Dios les ha regalado una fe maravillosa para descubrir que aquel Niño de una familia humilde es Dios y lo adoran y ofrecen dones simbólicos:
Incienso, como a Dios; mirra, como a Redentor y oro como a Rey.
¿Hasta dónde llega tu fe para reconocer a Dios en los pobres y sencillos de hoy?
Porque Dios sigue acompañando la historia humana.

José Ignacio Alemany Grau