DIOS AMIGO DE LA VIDA
Si
Dios es la vida y fuente de ella y si San Juan nos enseña, al principio del
Evangelio que en el Verbo encarnado, “en
Él estaba la vida”, debemos aprender el gran respeto y amor por toda vida y
sobre todo por la vida humana y además procurar que todos los seres humanos
puedan llegar a conocer a Dios que es la fuente de toda existencia.
- Sabiduría
Es
un precioso párrafo que les invito a leer detenidamente.
“Amas a todos los seres”.
Él,
en efecto, es “el amigo de la vida” y
“perdonas a todos porque son tuyos”.
En
Dios vemos una delicada manera de hacer que todos puedan recibir el perdón.
Fijémonos en estas palabras:
“Corriges poco a poco a los
que caen, les recuerdas su pecado y los reprendes para que se conviertan y
crean en ti, Señor”.
Esta
frase nos recuerda la esencia de la predicación de Jesús:
“Conviértanse y crean en el
Evangelio”.
Aprovechemos
esta lectura para purificar nuestra conciencia de todo pecado.
- Salmo 144
Es
una invitación para alabar y ensalzar a Dios:
“Te ensalzaré, Dios mío, mi
Rey, bendeciré tu nombre por siempre jamás… El Señor es clemente y
misericordioso”.
- San Pablo
Dos
cosas enseña el Apóstol a los tesalonicenses que nos vendrán bien a todos
nosotros:
- “Que Jesús sea glorificado
en vosotros y vosotros en Él”.
¡Maravilloso!
Nosotros
como criaturas debemos glorificar a Dios pero Él solo por un amor muy especial
quiere glorificarnos.
-
Respecto al fin del mundo, Pablo advierte que no crean “supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras”, ya que
achacaban a Pablo el predicar la proximidad del fin del mundo.
Posiblemente
es lo mismo que sucede hoy con tantos que enseñan que está cerca el fin del
mundo.
Jesús
nos aclaró: “A la hora que menos
piensen”.
- Evangelio
¿A
qué vino el Hijo del hombre que al mismo tiempo es Hijo de Dios?
Algunos
que se dicen católicos no aprecian la Persona Divina de Jesús como único
Salvador y quieren que cada uno se salve con el salvador que más le guste.
Pero
no es así:
Jesús
es Persona Divina y por lo mismo, único Salvador que por su poder divino nos
reconcilia con el Dios, único Creador, que se ha revelado.
La
vida sacrificada de Jesús, su entrega y la resurrección, dan prueba de que todo
lo hizo por amor para salvarnos. Él quiere que todos se salven.
La
salvación está completa pero no obliga a nadie.
El
que quiera salvarse debe quererlo positivamente cuando se le anuncia.
Por
lo demás el Señor tiene preferencia por los más necesitados pero sin acepción
de personas, como veíamos el domingo anterior.
Este
domingo Jesús se encuentra con un hombre del que podríamos decir que era “pecador
por oficio” porque así eran juzgados los publicanos por el pueblo. Zaqueo lo
confesará ante Jesús. Veamos:
Zaqueo
hace un acto de humildad públicamente subiéndose a un árbol para ver a Jesús,
porque era de baja estatura.
Jesús
lo llama por su nombre y se invita a comer en su casa y después todo se realiza
de una manera sencilla:
Invitación,
aceptación, cena, confesión pública y propósito de enmienda con reparación.
Luego
viene el perdón de Jesús:
“Hoy ha sido la salvación de
esta casa”.
Jesús
ha venido “a buscar y a salvar lo que
estaba perdido”.
- Verso aleluyático
Confirma
lo que hemos comentado en el Evangelio.
Jesús
es el regalo del Padre para toda la humanidad:
“Tanto amó Dios al mundo que
le entregó a su Hijo único”
(¡!)
En
Él está la salvación.
Ahora
hace falta que creamos en Él para obtener vida eterna.
José Ignacio Alemany Grau, obispo