Este año tenemos el regalo de poder conocer el verdadero rostro de
Santa Rosa de Lima, resultado del análisis que se ha hecho del cráneo de la
Santa.
En efecto, hace algunas semanas un grupo de científicos y
estudiosos (odontólogos, antropólogos forenses y especialistas en
levantamientos de cráneos) de Brasil y del Perú, sometieron a diversos exámenes
y estudios los cráneos de los santos peruanos, Santa Rosa, San Martín y San
Juan Macías.
El estudio fue promovido por la parroquia Santa Rosa del Guaruja,
Brasil, en coordinación con los Padres Dominicos de la Iglesia de Santo Domingo
de Lima.
Los científicos concluyeron que el rostro corresponde a los datos
y a las pinturas que se conocen de la Santa: “Era una mujer bonita, con rasgos
suaves y el rostro bien distribuido… sus ojos eran grandes y redondos. Una
simetría que podemos llamarla perfecta”.
Si esta fue la belleza del rostro de Santa Rosa que precisamente
su madre descubrió cuando se encontraba en su cuna, dándole el nombre de Rosa
en vez de Isabel…
Hoy la liturgia nos ayuda a descubrir su belleza interior
aplicándole estos textos bíblicos:
El Eclesiástico
(3,16-24) nos habla de unas virtudes que ciertamente tuvo nuestra Santa:
- El cuidado de la familia, conocemos que ella trabajaba con mucho
sacrificio para sacar adelante la
economía doméstica.
- La humildad, “cuanto más
grande seas más debes humillarte y alcanzarás el favor del Señor… Él revela sus
secretos a los mansos”.
La Santa cumplió también con esta orientación bíblica: “actúa con humildad en tus quehaceres y te
querrán más que al hombre generoso”.
Santa Rosa glorificó a Dios precisamente por su humildad, según el
Eclesiástico “el Señor es glorificado por
los humildes”.
- Finalmente aconseja el Eclesiástico “no te afanes por lo que supera tus capacidades… pues a muchos desvió
su presunción”.
Sabemos que la presunción destruye a la persona, en cambio la sencillez
de Santa Rosa la llevó al conocimiento e intimidad con Jesús que llegó a
escogerla como esposa: “Rosa de mi corazón tú eres mi esposa querida”.
Como Santa Rosa preocupémonos por cumplir el pedido de Jesús:
“Aprendan de mí que soy manso y
humilde de corazón”.
El salmo 15 también nos ayuda a ver que para la
santa Dios era su todo:
“Protégeme Dios mío que me refugio en
ti… no hay bien para mí fuera de ti… el Señor es el lote de mi heredad y mi
copa, mi suerte está en tu mano: me ha tocado un lote hermoso me encanta mi
heredad… bendeciré al Señor que me aconseja, hasta de noche me instruye
internamente”.
Ojalá que también nuestra vida busque a Dios y nos ayude a
refugiarnos en Él como nos enseña Santa Rosa.
La lectura de
Pablo (Flp 3,8-14), nos dice:
“Todo lo considero pérdida comparado
con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo perdí
todo, y todo lo considero basura con tal de ganar a Cristo”.
Sin duda que esto mismo es una de las claves que tenemos para
conocer los motivos que tuvo nuestra Santa para vivir su profundo amor a Dios y
su generosa entrega al prójimo.
Mateo 13, 31-35
nos recuerda las pequeñas parábolas de la mostaza y la levadura con las que
Jesús compara el Reino de Dios.
Podemos ver en estas comparaciones el fruto de la vida de Santa
Rosa que siendo una mujer sencilla ha llegado a ser patrona de las Américas,
Indias y Filipinas.
***
Como algunos de nuestros lectores no celebran a Santa Rosa en este
día, les dejo un pensamiento sobre las dos lecturas principales que
corresponden a este domingo XXII del tiempo ordinario.
Hoy la primera lectura del Deuteronomio pide al pueblo de Dios que
cumpla los mandatos del Señor y Él, a cambio, cumplirá la promesa de darle la
tierra prometida.
También pide a Israel que “no
añadáis nada de lo que os mando ni suprimáis nada”.
Si Moisés enseña esto a Israel para que comprenda el respeto que
merece la Palabra y enseñanzas del Señor, también nosotros debemos tenerlo presente
y recordar además lo que nos enseña San Pedro (2P 1,20):
“Ninguna profecía de la Escritura
puede interpretarse por propia cuenta pues nunca fue proferida profecía alguna
por voluntad humana sino que, movidos por el Espíritu Santo, hablaron los
hombres de parte de Dios”.
Es bueno tener esto en cuenta para que nadie interprete la Biblia,
inspirada por el Espíritu Santo, a su capricho o interés personal o de grupo.
Por otra parte, en esta misma lectura encontramos otro pensamiento,
la grandeza de Israel consiste en la cercanía de Dios y las enseñanzas que Él mismo les ha dado:
“¿Hay alguna nación tan grande que
tenga sus dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros siempre que
lo invocamos?”.
Nosotros además leemos en el Evangelio la cercanía prometida por
Jesús de tantas maneras: “Donde dos o más
están reunidos en mi nombre, en medio de ellos estoy yo”… “yo estaré con
ustedes todos los días hasta el fin del mundo”…
Un segundo pensamiento del Evangelio nos invita a considerar que
más importante que lo externo es purificarnos interiormente porque lo que nos
aleja de Dios son “las maldades que salen
de dentro y hacen impuro al hombre”
Que nunca seamos de los que “honran
a Dios con sus labios, pero su corazón está lejos de Él”.
Por el contrario que Dios esté siempre, amigos, en nuestros
labios, en nuestro corazón y en nuestra vida.
José Ignacio Alemany Grau, obispo