En este domingo la liturgia celebra a las columnas de la Iglesia, Santos Pedro y Pablo.
Esta fiesta, muy importante para la Iglesia, va precedida por una vigilia vespertina que centra su reflexión en las preguntas de Jesús a Pedro, que después de haberle traicionado hizo un triple acto de fe y de amor a su Señor.
- Hechos de los apóstoles
Los Hechos recogen
el momento importante en que Herodes había prendido a San Pedro y esperaba
matarlo públicamente.
Un ángel se
presentó ante el apóstol y lo liberó de las cadenas que tenía puestas:
«Las cadenas se le
cayeron de las manos y el ángel añadió: “Ponte el cinturón y las sandalias”.
Luego añadió:
“Échate el manto y sígueme”».
Pedro, en medio de
su despiste y admiración, hizo esta reflexión al verse fuera de la cárcel:
«Era verdad: El
Señor ha enviado a su ángel para librarme de las manos de Herodes y de la
expectación de los judíos».
Así meditamos cómo el Señor libró de la cárcel y de la muerte a San Pedro, roca de su Iglesia.
- Salmo 33
Es un salmo que la
Iglesia aplica a la liberación de San Pedro por medio del ángel del Señor:
«Bendigo al Señor
en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca, mi alma se gloría en el
Señor: Que los humildes lo escuchen y se alegren».
Al verse libre de
las cadenas, el salmista exclama: «Proclamad conmigo la grandeza del Señor…
Contempladlo y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará».
Como una respuesta
a la liberación de Pedro, decimos con él:
«Gustad y ved qué bueno es el Señor dichoso el que se acoge a Él».
- San Pablo
Da la impresión de
que el apóstol escribe a su discípulo Timoteo, consciente del final de su vida:
«Yo estoy a punto
de ser sacrificado y el momento de mi partida es inminente».
Pablo reconoce que
ha combatido con fidelidad, ha mantenido la fe y siente que el Señor le
recompensará su vida sacrificada por el reino de Cristo y lo expresa así:
«El Señor seguirá librándome de todo mal, me salvará y llevará a su reino».
- Verso aleluyático
Está dirigido a Pedro indicando que sobre él se edificará la Iglesia de Jesús y que «el poder del infierno no la derrotará».
- Evangelio
El Evangelio, que
es de San Mateo. Nos habla de una escena entre Jesús y los apóstoles. El Señor
pregunta a sus discípulos sobre la opinión de la gente respecto a su Persona.
Al principio son distintas y variadas las respuestas de los apóstoles:
«Unos dicen que es
Juan Bautista, otros que Elías y otros que Jeremías o alguno de los profetas», pero
Jesús, que siempre busca el compromiso personal, les pregunta a todos ellos:
«Y ustedes, ¿quién
dicen que soy yo?».
Es el momento
impresionante en que Pedro se compromete en nombre de todos:
«Tú eres el Mesías,
el Hijo de Dios vivo».
La respuesta de
Jesús es inmediata y va unida al servicio que le va a pedir a Pedro como
representante suyo en la Iglesia:
«Tú eres Pedro y
sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el poder del infierno no la
derrotará».
A continuación, le
da el poder sobre los demás: «Te daré las llaves del reino de los cielos. Lo
que ates en la tierra quedará atado en el cielo y lo que desates en la tierra
quedará desatado en el cielo».
En este día la
Iglesia universal celebra a los grandes apóstoles: Pedro, a quien Jesús deja
como su vicario en la tierra y a Pablo, apóstol de los gentiles, por su
valentía al evangelizar en el mundo conocido en aquel tiempo. Ambos dieron la
vida por Cristo y celebramos con gozo su martirio.
Hoy también celebramos
el «Día del Papa», sucesor de San Pedro. Pedimos a Dios
que fortalezca al Papa León XIV para que confirme en la fe a toda la Iglesia
fundada por Jesús.
José Ignacio
Alemany Grau, obispo Redentorista