Es una delicia que te inviten a una comida y mientras se goza de los alimentos, te dice el que te invitó los motivos de su verdadera amistad.
Eso sucedió y lo
cuenta el Evangelio de hoy.
A mí me impresiona
que, a la mitad de la cena, me enteré de que mi amigo era el mejor.
Para que me
convenza él mismo me explicó, al detalle, lo que ha hecho para ganar mi
amistad.
Deseo que aquel mismo día, tú hayas descubierto también al mejor amigo.
- Hechos de los apóstoles
Pedro visitó a
Cornelio. Los detalles del encuentro y la evangelización de San Pedro son
preciosos.
Te invito a leerlos
despacio.
Para Pedro está
claro cómo Dios acepta en su amistad a todos los que le abren el corazón. Así
sucedió con Cornelio y toda la familia: recibieron el Espíritu Santo y Pedro
los bautizó.
Quedaron felices y pidieron a Pedro que se quedara unos días como huésped en su casa, junto con sus acompañantes: todos amigos de Dios.
- Salmo 97
Canta el gozo de
Dios que revela su grandeza a todas las naciones para que hagan fiesta:
«El Señor da a
conocer su victoria. Revela a las naciones su justicia…
Los confines de la
tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor
tierra entera, gritad, vitoread, tocad.
Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas».
- 1 Juan
Nos enseña cómo
Jesús se revela a través del amor.
¿Y quién conoce de
verdad a Dios?
El que ama. «El
que no ama no ha conocido a Dios porque Dios es amor».
Dios ha dado la
prueba más grande del amor entregándonos a su Hijo.
Una advertencia
importante. ¡Ojo! El amor no depende de que nosotros hayamos amado a Dios, sino
que «Dios nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación por
nuestros pecados».
Recordemos siempre
que «Dios nos amó primero».
Jesús es el regalo del Padre para que, purificados, podamos ser sus amigos.
- Verso aleluyático
Si guardamos en el
corazón la Palabra de Dios, el amor de Dios habitará en nuestro corazón:
«El que me ama guardará mi Palabra y mi Padre lo amará y vendremos a Él».
- Evangelio
Hoy, amigos, les
invito a poner todo su corazón en este párrafo del Evangelio en el que
descubrimos la gran amistad de Jesús y los motivos de esta amistad para con
cada uno de nosotros.
Medita cada detalle
que hoy resalto:
+ El amor de Jesús,
para ganar tu amistad, es tan grande como el amor que el Padre tiene a Jesús: «Como
el Padre me ha amado, así os he amado yo».
+ Para confirmar,
por nuestra parte, la amistad con Jesús hay que «guardar» los mandamientos.
+ Nos regala, para
que seamos felices: «Os he hablado de esto para que mi alegría esté en
vosotros y vuestra alegría llegue a plenitud».
+ Su mandamiento es
el amor entre nosotros, como expresión del amor que le tenemos a Él.
+ La prueba más
grande de que Jesús me ama (nos ama) es que dio la vida por mí (¿por ti?).
+ La gran prueba de
que Jesús nos ama es que nos ha revelado todo lo que Él conocía de su Padre
Dios.
+ La decisión de
ser nuestro amigo es de Jesús. Él nos eligió.
+ Jesús nos ha
elegido para que demos fruto abundante y duradero.
Cada vez que
celebremos la Eucaristía procuremos recordar que, en la primera de todas estas
celebraciones, Jesús se nos descubrió como el mejor Amigo.
José Ignacio Alemany Grau, obispo