En unos preciosos carteles colocados en distintas ciudades de España por la ACdP (Asociación Católica de Propagandistas) se lee:
«Murió por tus pecados, aunque vivas como si no
existiera».
Lo más bello es que hoy, Domingo de Pascua,
podemos añadir:
«¡Y resucitó para borrar tus pecados, aunque
vivas como si no existiera Jesús!».
Así es su amor.
Es el gozo de este domingo pascual.
La liturgia de este día comienza con esta
antífona:
«En verdad ha resucitado el Señor, aleluya. A Él la gloria y el poder por toda la eternidad».
- Hechos
San Pedro hace un resumen de lo que sucedió el
día de Pascua:
«Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en
Judea y en Jerusalén. Lo mataron colgándolo de un madero. Pero Dios lo resucitó
al tercer día y nos lo hizo ver, no a todo el pueblo, sino a los testigos que
Él había designado».
El ser testigo de esta entrega de Jesús se convierte en una obligación para San Pedro y le invita a proclamarlo con los otros once, para que todo el pueblo se entere, de que Dios ha nombrado a Jesús juez de vivos y muertos.
- Salmo 117
Se trata de un salmo impresionante que habla de
la victoria de Jesucristo, de quien afirma:
«La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente».
- San Pablo
Es una invitación apremiante de San Pablo, a
los colosenses, que, seguro del triunfo y resurrección de Jesús, y de nosotros
con Él, nos pide que se note en nuestra vida el cambio:
«Ya que habéis resucitado con Cristo buscad los
bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios».
También nos invita a mirar hacia la salvación
futura «porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en
Dios».
Pidamos a Jesús la gracia de ser conscientes para que un día podamos resucitar con Él.
- Secuencia
Bello poema que recoge los momentos fuertes de
la muerte, resurrección de Jesús y primeras apariciones:
«Ofrezcan los cristianos ofrendas de alabanza a gloria de la víctima propicia de la Pascua… Rey vencedor, apiádate de la miseria humana y da a tus fieles parte en tu victoria santa».
- Verso aleluyático
Recoge unas palabras de la carta de San Pablo a
los corintios invitándoles a celebrar gozosamente la Pascua del Señor:
«Aleluya. Ha sido inmolada nuestra víctima pascual: Cristo. Así, pues, celebremos la Pascua en el Señor. Aleluya».
- Evangelio
Nos recuerda el nerviosismo de María Magdalena
que, visitando el sepulcro y no viendo en él el cadáver de su Señor, se fue
desesperadamente a avisar a San Pedro y a San Juan:
«Se han llevado del sepulcro al Señor y no
sabemos dónde lo han puesto».
Podemos imaginar también la gran preocupación
de estos apóstoles. Primero ingresa Pedro en el sepulcro y ve que no está el
cadáver de Jesús, pero sí admira «las vendas en el suelo y el sudario con
que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino
enrollado en un sitio aparte».
A continuación, entró San Juan en el sepulcro y
nos advierte algo muy importante:
«Vio y creyó».
No necesitó la presencia de Jesús para aceptar
su resurrección. Sin duda uniendo lo que veía con la profecía de Jesús de que
al tercer día resucitaría de entre los muertos.
En este día, de una manera muy especial, amigos
todos, debemos tener presente y hacer el gran acto de fe:
Jesús sufrió como hombre y mereció como Dios.
¡Feliz Pascua de resurrección: Jesús
ha resucitado!
José Ignacio Alemany Grau, obispo