NO NOS HA DEJADO HUÉRFANOS
Jesús
nos advirtió que no nos dejaría huérfanos porque subía al cielo para enviar el
Espíritu Santo.
Con
esto no quiso decir que Él se iba del todo ya que prometió poco antes de su
ascensión: “Yo estaré con ustedes hasta
el fin del mundo”.
Qué
gozo. Jesús y el Espíritu Santo siempre están con nosotros, que somos su
Iglesia.
- Hechos de los apóstoles
Tengo
que reconocer que el diácono Felipe siempre me ha caído muy bien.
Hoy
nos cuentan los Hechos que Felipe bajó a Samaría y predicaba allí a Jesucristo.
Eran
muchos los que iban a escucharle porque se hablaba de los milagros que hacía y
que ellos podían constatar.
Curaba
paralíticos, lisiados, liberaba posesos y “la
ciudad se llenó de alegría” con la valentía y generosidad que le
caracterizaba.
Admiramos
la comunión de la Iglesia primitiva ya que cuando los apóstoles se enteraron de
que en Samaría habían acogido la Palabra predicada por Felipe, enviaron a Pedro
y Juan para que los confirmara en el Espíritu Santo.
La
confirmación la hacían mediante la imposición de manos y, así los bautizados
por Felipe, recibían el Espíritu Santo. Esto aumentaba el número de los creyentes.
- Salmo 65
Es
un salmo de pura alabanza en el que se nos pide:
“Aclamad al Señor tierra
entera. Tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria”.
El
salmista pide que la tierra entera se postre ante el Señor y termina con este
testimonio personal:
“Fieles de Dios venid a
escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo”.
- Carta de Pedro
El
apóstol nos pide que demos siempre “razón
de nuestra esperanza” para que cuantos vengan a nosotros, pidiéndonos
explicaciones sobre la fe, tengan una respuesta respetuosa y mansa, viendo cómo
soportamos las calumnias y malos tratos, puedan descubrir al Señor Jesús.
El
apóstol tiene esta frase interesante y práctica:
“Mejor es padecer haciendo el
bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal”.
- Verso aleluyático
Es
un versículo que está a continuación del párrafo evangélico de hoy y que nos
ofrece uno de los más grandes regalos que nos ha hecho el Señor. Meditémoslo:
“El que me ama guardará mi
Palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él”.
La
Santa Trinidad viene a nosotros: el Padre, el Hijo y el Amor que es el Espíritu
Santo.
- Evangelio
Pertenece
a la conversación de Jesús con sus discípulos durante la última cena.
Son
ideas profundas. Podemos meditar en cada
una de ellas porque nos ayudarán a santificarnos que es lo que pretende Jesús.
+
Para demostrar que nuestro amor es verdadero es preciso cumplir los
mandamientos de Jesús.
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Jesús promete pedir al Padre Dios que nos regale “otro Defensor” que va a permanecer siempre con la Iglesia y es el
Espíritu de la verdad.
Es
interesante pensar que el mundo no puede recibir este Espíritu pero los que son
de Cristo lo conocen porque sienten su presencia en el corazón.
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Por otro lado, Jesús advierte que su despedida no es definitiva, porque aunque
el mundo no se enterará, los suyos sí sentirán su presencia y habrá la comunión
más maravillosa que nadie pudo imaginar:
Jesús
con el Padre, los suyos con Cristo y Cristo con ellos.
Es
interesante cómo recalca Jesús que es necesario cumplir sus mandamientos para
no separarse nunca de Él ni del Padre.
Durante
los próximos días invoquemos con la liturgia al Espíritu Santo para que en la
fiesta de Pentecostés que se avecina la Iglesia se llene de su amor.
José
Ignacio Alemany Grau, obispo