LA
ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Cuando
uno conoce la bondad de Jesús y piensa cómo lo trataron durante toda la vida,
al verlo resucitar, dan ganas de decirle:
¡Jesús,
vete a tu Padre que allí estarás mejor!
Esto
es lo que sucedió el día de la Ascensión que hoy recordamos.
- Hechos de los apóstoles
¿Qué
hizo Jesús desde la resurrección hasta la ascensión?
Nos
lo cuentan los Hechos de los apóstoles.
Se
apareció a los apóstoles “después de su pasión,
dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo y, apareciéndoseles durante
cuarenta días, les habló del Reino de Dios”.
Un
día en que “comían juntos” Jesús les
dijo:
Queden
en Jerusalén hasta que “sean bautizados
con Espíritu Santo”.
Posiblemente
le costó bastante al evangelista Lucas consignar que algunos dudaron de Jesús
en ese momento.
Pero
añade que “lo vieron levantarse hasta que
una nube se lo quitó de la vista”.
Como
seguían mirando, dos hombres vestidos de blanco, les dijeron:
“El mismo Jesús que os ha
dejado para subir al cielo volverá como le habéis visto marcharse”.
- Salmo 46
Es
un salmo que rezamos con frecuencia en el oficio divino y siempre pensamos en
la ascensión de Jesús a los cielos.
Este
día es muy bueno para repetir gozosamente:
“Dios asciende entre
aclamaciones; el Señor al son de trompetas”.
Cantemos
gozosos porque “Dios es el rey del
mundo”.
- San Pablo
Después
de un larguísimo párrafo sin la interrupción de ningún punto, en que el apóstol glorifica a Jesús, nos
enseña que Dios lo puso todo a los pies de Jesús y lo dio a “la Iglesia como Cabeza
sobre todo”.
Esto
nos indica que en este mundo es la Iglesia la que, siempre con Cristo, realiza
la obra de Dios entre los hombres.
- Verso aleluyático
Resalta
el gran mandamiento, yo diría que el mayor de todos por la forma como lo dio,
que nos ha dejado Jesús:
“Id y haced discípulos de
todos los pueblos”.
Y
después confirma su presencia definitiva en la Iglesia:
“Yo estoy con vosotros todos
los días hasta el fin del mundo”.
- Evangelio
Nos
cuenta que los discípulos fueron a Galilea y se encontraron con Él.
Como
dijimos al principio, algunos dudaron de Jesús todavía, después de tantas
pruebas como había dado.
Jesús,
acercándose a ellos, les dijo:
“Se me ha dado todo poder en
el cielo y en la tierra”.
En
esto se apoya para dar el mandato de bautizar y enseñar todo lo que Él les ha
enseñado a ellos.
Y
añadió:
“Yo estoy con vosotros todos
los días hasta el fin del mundo”.
Así
termina su evangelio San Mateo. Este versículo nos invita a recordar cómo
comenzó el evangelista a hablar de Jesús (1,23):
“Le pondrás por nombre
Emmanuel que significa Dios-con-nosotros”.
Y
ahora termina con una afirmación muy similar:
“Sabed que yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
La
fuerza del evangelizador verdadero siempre ha de ser que cuenta con la
presencia de Jesús y de su Espíritu para evangelizar. No se puede olvidar que
la fuerza de Dios es la que mueve al auténtico apóstol.
En
este día 24 de mayo que la Iglesia recuerda a la Virgen María como María
Auxiliadora le pedimos a ella de una manera especial que interceda por nosotros
en estos momentos difíciles para la Iglesia y para la humanidad.
José
Ignacio Alemany Grau, obispo