BUEN
PASTOR Y PUERTA ABIERTA
A
través del Evangelio Jesús se define de muchas maneras.
En
este domingo nos da algunas definiciones de sí mismo y nos permite sacar la conclusión
de que ha venido al mundo para que tengamos vida en abundancia.
- Hechos de los apóstoles
Muy
valiente se presenta Pedro ante la multitud después de recibir el Espíritu
Santo y les dice:
“Jesús a quien vosotros
crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías”.
El
efecto fue muy fuerte pues dice el libro de los Hechos que estas palabras “traspasaron el corazón de la gente” y
de la multitud surgió una pregunta:
“¿Qué tenemos que hacer?”
La
respuesta de Pedro es clara:
“Convertíos y bautizaos todos
en nombre de Jesucristo”.
El
resultado de su predicación fue que unas tres mil personas se bautizaron y
entraron en la Iglesia de Jesús.
Qué
hermosa enseñanza para nosotros que tenemos que seguir evangelizando y haciendo
que el evangelio de Jesús se siga propagando.
El
párrafo de hoy termina con unas palabras que debemos tener en cuenta:
“Escapar de esta generación
perversa”.
El
Papa Francisco dice que evitemos el “espíritu mundano”, que es el gran peligro
no solo para la Iglesia sino para la misma humanidad.
- Salmo 22
Como
pertenece al Antiguo Testamento no habla directamente de Jesucristo sino de
Dios, pero es evidente que Jesucristo es ese pastor en el plan de Dios.
Este
pastor se presenta de dos formas distintas: una, llevando a los fieles como un rebaño
que siempre tiene verdes praderas donde recostarse y fuentes tranquilas donde
beber.
En
segundo lugar aparece como un anfitrión que prepara una mesa suculenta en
frente de los enemigos porque el Señor defiende a los suyos todos los días de
su vida.
Y
algo más importante:
“Habitaré en la casa del
Señor por años sin término”.
- Carta de San Pedro
La
primera carta nos presenta a Jesucristo como modelo:
“Padeció su pasión por
vosotros, dejándoos un ejemplo para que sigáis sus huellas:
Si, obrando el bien,
soportáis el sufrimiento, hacéis una cosa hermosa ante Dios”.
Termina
el apóstol aludiendo también a Jesús como pastor:
“Andabais descarriados como
ovejas pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas”.
- Verso aleluyático
Nos
invita a pensar en este versículo del evangelio de Juan:
“Yo soy el buen pastor,
conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí”.
Que
Cristo nos conoce es claro, porque es nuestro Dios y Redentor. Pero, ¿hasta qué
punto conocemos nosotros a Jesús o lo confundimos con tantos otros que quieren
ser nuestros pastores?
- Evangelio
En
el evangelio se nos habla del ladrón que quiere llevarse las ovejas a como dé
lugar.
Él
no entra por la puerta sino que salta en el aprisco por otra parte.
En
cambio el pastor verdadero entra por la puerta, las ovejas oyen su voz que
llama a cada una por su nombre, para conducirlas a buenos pastos.
Dice
San Juan que como no entendían la comparación les puso esta otra:
“Yo soy la puerta de las
ovejas”.
Y
advierte que los que han llegado antes que Él han sido ladrones y bandidos y por
eso las ovejas no los escucharon.
Y
explica todavía mejor la comparación:
“Yo soy la puerta, quien
entre por mí se salvará y podrá entrar y salir y encontrará pastos”.
El
párrafo del evangelio de hoy termina con esta hermosa definición de su
divinidad (que eso significa “Yo soy”):
“Yo he venido para que tengan
vida y la tengan abundante”.
Este
es el regalo de Dios a la Iglesia por medio de Jesucristo:
La
vida que nos hace hijos adoptivos de Dios.
José
Ignacio Alemany Grau, obispo