29 de junio de 2019

“ESCLAVOS UNOS DE OTROS POR AMOR”

“ESCLAVOS UNOS DE OTROS POR AMOR”

Todos sabemos que cuando se trata de las cosas de Dios no suele haber mucha prontitud, sino más bien nos encontramos con: “no tengo tiempo”, “tengo que pensarlo”, “tengo que cuidar a mis hijos”…
En las lecturas de hoy encontraremos distintas respuestas, que nos servirán para reflexionar sobre nuestra respuesta personal a Dios.
  •  1 Reyes
Elías busca a Eliseo para ungirlo profeta.
Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió un tiempo para despedirse de sus padres.
El gran Elías le contestó:
“Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?”
La actitud de Eliseo no pudo ser más generosa:
“Eliseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente. Luego se levantó y marchó tras Elías y se puso a su servicio”.
Qué maravilla de respuesta y fidelidad. Por eso sabemos que Eliseo comenzó a hacer milagros y a evangelizar como un gran profeta.
  • Salmo responsorial 15
Este salmo es una invitación a pensar cómo la respuesta y fidelidad a Dios es lo más importante para toda persona que tiene fe:
Se trata del gozo de la mejor herencia a la que podemos aspirar:
“Dios es el lote de mi heredad”.
¿Alguna vez habías pensado que Dios es la mejor herencia que puede tener una criatura?
“Mi suerte está en tu mano… El Señor me aconseja, hasta de noche me instruye internamente”.
Qué importante es vivir en la presencia de Dios para sentir la verdadera alegría en el corazón:
“Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas”.
  • San Pablo
El apóstol nos habla de la verdadera libertad.
No se trata de una libertad para que se aproveche la carne, sino de una libertad que nos lleva a servir a los demás:
“Sed esclavos unos de otros por amor”.
Por lo demás, el apóstol nos advierte que evitemos lo que suele pasar con frecuencia:
“Si os mordéis y devoráis unos a otros, terminaréis por destruiros mutuamente”.
Para vivir esta libertad San Pablo nos pide que andemos según el Espíritu Santo.
  • Verso aleluyático
Nos invita a vivir una actitud de siervos ante el Señor al estilo del Verbo encarnado o de las palabras que María contestó al ángel:
“He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra”.
  • Evangelio
El Evangelio tiene dos partes muy claras:
Según San Lucas, Jesús decide salir de Galilea para ir a Jerusalén.
En el camino quiere pernoctar en Samaría con los suyos, pero sabiendo que se dirigían a Jerusalén los rechazan.
En ese momento Santiago y Juan, que se debían sentir ya entonces fuertes, respaldados por Jesús, le dicen:
“Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que acabe con ellos?”
“Jesús se molestó y los regañó”.
La segunda parte trata de tres personajes que quieren seguir a Jesús.
Al primero le advierte Jesús su vida de pobreza:
“No tiene dónde reclinar la cabeza”.
A otro le dice Jesús: “¡Sígueme!”
Como respuesta oyó decir: “¡Déjame primero enterrar a mi padre!”
Jesús le contesta:
“¡Deja que los muertos entierren a los muertos! ¡Tú vete a anunciar el Reino de Dios!”
Un tercero dice a Jesús: “Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia”.
Dos cosas hay que tener en cuenta. Según las costumbres de entonces tanto los entierros como las despedidas suponían muchos días.
Por otra parte, Jesús, según Lucas, ha tomado la decisión de ir a Jerusalén pensando ya en su muerte y resurrección.
Momento muy importante y exigente para él y… para los suyos.
Pensemos lo mucho que ha hecho Jesús por nosotros para corresponderle con generosidad anunciando el Evangelio.

José Ignacio Alemany Grau