En este domingo vamos a hablar, sobre todo,
de las enseñanzas de Jesucristo que llevan la antigua ley a la perfección.
Pero antes tenemos que aprovechar una enseñanza
importante que nos da el libro del Eclesiástico.
Libro
del Eclesiástico
Algunos creen que por ser libres pueden
hacer lo que quieran y nadie tiene derecho a prohibírselo. Pero no es así.
Fíjate, amigo, lo que la liturgia te recuerda hoy:
Dios nos ha hecho libres, es cierto, y
nunca nos va a quitar la libertad. Quiere gente libre a su servicio.
Somos libres, pero no debemos olvidar que,
precisamente por serlo, tenemos responsabilidad, es decir, tenemos que dar
cuenta de lo que hagamos libremente:
“Si quieres,
guardarás los mandatos del Señor, porque es prudencia cumplir su voluntad”.
Es un consejo importante del Eclesiástico y
lo concreta con algunos ejemplos:
“Ante ti están
puestos fuego y agua: echa mano a lo que quieras.
Delante del hombre
están muerte y vida: le darán lo que él escoja”.
Nos advierte a continuación cómo Dios nos
ve siempre y conoce nuestras acciones.
De todas maneras porque somos libres
tenemos que responder ya que “Dios no
mandó pecar al hombre ni deja impunes a los mentirosos”:
Libres pero responsables.
Salmo
118
En el salmo responsorial repetiremos estas
palabras que presentan al hombre íntegro:
“Dichoso el que
camina en la voluntad del Señor”.
Es decir, el que cumple la voluntad de Dios
a lo largo de toda su vida.
Este salmo es el más largo de todo el
salterio (176 versículos) y la liturgia ha escogido unos pocos versículos que te
invito a rezar con profundidad, porque en ellos encontrarás sabios consejos.
San
Pablo
Hoy el apóstol nos habla del tema de
predicación que Dios ha inspirado a su Iglesia.
Se trata de una sabiduría que no es la de
este mundo. Afirma el apóstol que “los
príncipes de este mundo no la han conocido. Si la hubieran conocido nunca
hubieran crucificado al Señor de la gloria”.
Si te fijas, te darás cuenta de que muchos gobernantes
de hoy tampoco han conocido esta sabiduría que es la esencia del Evangelio.
Por eso no te extrañes cuando ves, que a
través de toda la historia de la Iglesia, los gobiernos no se ensañan con los
que tienen dinero, sino con los humildes y sencillos que ponen a Dios y su ley
antes que las leyes humanas que son injustas.
Vivamos nuestra fe con profundidad y descubriremos
esta sabiduría que nos hará valientes para vivirla y comunicarla a los demás.
Verso
aleluyático
Pertenece también a San Mateo, nuestro
compañero del ciclo A, y recuerda las palabras de Jesús en un momento de
profunda oración ante su Padre.
Jesús da gracias al Padre: “porque has revelado los secretos del Reino
a la gente sencilla”.
En el fondo es lo mismo que nos ha dicho
Pablo: solo los humildes se encuentran a gusto con Dios.
Evangelio
de San Mateo
El párrafo del Evangelio de hoy pertenece
al sermón de la montaña.
Es un párrafo extenso que el sacerdote
puede abreviar según su criterio.
En él Jesús advierte que no ha venido a
abolir el decálogo, ni las enseñanzas de los antiguos profetas, sino que más
bien quiere llevarlos a su perfección.
Es importante, por consiguiente, que
tengamos claro que existen los mandamientos. Que son de Dios. Que tenemos que cumplirlos
por encima de las leyes inicuas de los hombres.
Como resultaría muy extenso reflexionar
sobre cada uno de estos preceptos, resalto únicamente algunas frases,
invitándote a que tú personalmente leas y medites el párrafo de hoy (Mt
5,17-37).
*Jesús aclara al principio que su palabra
es para todos y siempre.
*Advierte también que quien “se salte uno de los preceptos menos
importantes y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el
reino de los cielos”.
Sin embargo aclara el mismo Jesús: “Quien los cumpla y enseñe será grande en
el Reino de los cielos”.
*También está claro que no son los que
enseñan y no cumplen, los mejores maestros sino que heredarán el Reino los que
cumplan y enseñen la ley.
*Sabemos que Jesús con frecuencia se
refería a los fariseos, diciendo que eran personas que cumplían la ley pero no
el espíritu de la misma. De ahí precisamente que fariseísmo ha llegado a ser
sinónimo de hipocresía.
Las dos cosas son importantes: cumplir la
ley y cumplirla por amor y por fidelidad al Señor que nos la dio.
A lo largo de su vida Jesús llevará a
plenitud su enseñanza hasta presentar el amor como “su mandamiento”: Amar hasta
dar la vida como Él la dio.
Ese amor es la plenitud de la ley en el
nuevo testamento.
José Ignacio Alemany Grau, obispo