24 de diciembre de 2016

HOY NOS HA NACIDO EL SALVADOR

Reflexión homilética para La Natividad del Señor, ciclo A
Este año la Navidad cae en domingo.
En esta gran fiesta la Iglesia nos presenta tres esquemas diferentes para la celebración en las distintas horas.
El primero está orientado para la celebración de media noche (la Misa de Gallo).
El segundo es para el amanecer y el tercero para el día.
Vamos a comenzar comentando el prefacio que como sabes suele orientar el mensaje central  del día.
*        Prefacio
En el misterio de hoy celebramos que Cristo, sin dejar la Gloria de Dios, se hace presente entre nosotros.
Si como Dios era invisible, al hacerse hombre es visible.
El Eterno, entrando en el tiempo, comparte nuestra vida temporal para asumir todo lo creado y reconstruir lo que había destruido el pecado. De esta manera nos abrió las puertas del Reino de los cielos.
Esto es lo esencial del misterio.
Completemos. ¿Qué sucedió en el nacimiento del Verbo encarnado?
Jesús, como Dios, tiene la misma naturaleza del Padre y del Espíritu Santo. Cada una de las tres Personas posee toda la grandeza de Dios.
Toda su naturaleza, toda su Divinidad.
Al hacerse hombre, por un milagro del Espíritu Santo, el Verbo se encarnó en la Virgen María sin intervención de ningún hombre.
María Virgen le da el cuerpo, como toda madre, a su Hijo. Y Dios, como Él hace con toda criatura humana, le infunde un alma. De esta manera Jesús es hombre perfecto. A esta humanidad se une la Segunda Persona de la Trinidad.
Por eso Jesucristo tiene dos naturalezas: una humana y otra divina.
Y tiene una sola Persona Divina: la Segunda Persona de la Santísima Trinidad.
Admira esta maravilla:
Jesucristo sufre como hombre y merece como Dios.
Precisamente para eso se encarnó, ya que era la única manera de redimirnos del pecado.
Medita pues: ¡Jesucristo sufre como hombre y merece como Dios!
*        El Evangelio
Se centra en la encarnación.
El primer esquema es el de San Lucas y el segundo es de San Juan.
Evidentemente que lo esencial es lo mismo, pero Lucas habla a la imaginación y Juan nos presenta la más alta teología.
*Evangelio de Lucas
Cada detalle del relato es hermoso y profundo.
Hay un censo decretado por el emperador Augusto.
José, y María que está encinta, tienen que ir a Belén. Llegando a Belén María siente que ha llegado su hora y da a luz a su primogénito.
Recordemos que el primogénito es el primer hijo aunque no haya otros después.
Con el cariño de Madre, María había preparado los pañales y sobre ellos colocó al Niño.
Lucas advierte que no encontraron sitio en la posada sea por la multitud que acudió por el censo o porque no encontraron un lugar apropiado.
La soledad de María y de José en una cueva fue interrumpida de pronto por unos pastores que, mientras velaban en la noche, oyeron a los ángeles cantando y anunciándoles una gran noticia, “alegría para todo el pueblo”:
“Hoy en la ciudad de David os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.
Recuerda que en esa pequeña ciudad había nacido David, el gran precursor del Mesías.
Los ángeles cantaron: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.
Estos hombres sencillos no discutieron, sino que se fueron felices a la cueva a contar todo lo que habían visto y oído.
Imagina la alegría de María y de José cuando, a pesar de la vivienda tan humilde, les llegó el mensaje de Dios a través de los pastores.
*Evangelio de Juan
Lo escucharemos en el tercer esquema de Navidad. Te invito a tomar el Evangelio en tus  manos.
Es muy profundo pero no temas.
“Al principio existía el Verbo…”
Ese Verbo es la Segunda Persona que lo creó todo y “sin Él no se hizo nada de cuanto fue hecho”.
Después de la descripción maravillosa de la Divinidad de Jesús, termina el párrafo con esas palabras que repetimos diariamente:
“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.
Un misterio grandioso para que lo medites no solo en el nacimiento (o Belén) de tu parroquia sino también en el de tu casa.
*        Verso aleluyático
El tercer esquema de hoy nos felicita y anima:
“Nos ha amanecido un día sagrado, venid naciones, adorad al Señor, porque hoy una gran luz ha bajado a la tierra”:
¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!
Unidos en familia glorifiquemos a Jesús Verbo encarnado y agradezcamos al Padre la ternura que derramó sobre nosotros por el Espíritu Santo: ¡lo encontramos en los brazos de María!
José Ignacio Alemany Grau, obispo