¿A CUÁNTOS SIRVES?
Para
nosotros que solemos conformarnos con todo, con tal de vivir tranquilos, la
liturgia de hoy nos ofrece una buena lección.
- Amós
Es
un profeta que se presenta como pastor y de poca formación, pero sus profecías,
estudiadas a fondo nos hablan de una persona muy bien formada que se oculta
bajo esa apariencia.
El
párrafo de hoy sale en defensa del pobre y miserable, prometiendo de parte de
Dios que a los opresores les llegará el castigo que merecen sus obras.
Cuando
dice que jura en nombre de la “gloria de
Jacob” quiere decir que jura en nombre de Dios mismo, porque “Dios es la gloria de Jacob”.
Por
otra parte, esto es así porque el juramento se hace en el nombre de alguien que
es más que el que jura, en el caso, como no hay nadie que sea más que Dios, Él
tiene que jurar por sí mismo.
- Salmo 112
Se
trata de un salmo de alabanza. Recordemos que es necesario que en nuestra
oración glorifiquemos y alabemos a Dios por un doble motivo fundamentalmente:
primero, porque al ser Dios y creador de todo, lo merece todo y, en segundo
lugar, por lo que ha hecho por toda la humanidad y por cada uno de nosotros:
“Alabad siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor. Bendito sea el nombre del Señor ahora y por
siempre”.
- San Pablo
En
primer lugar pide el apóstol que recemos por toda la humanidad y en concreto por
los reyes y gobernantes. Buena lección para todos, porque en general, nos
dedicamos muchas veces a criticar a los gobernantes y sus obras y con eso
fácilmente nos quedamos satisfechos.
Sin
embargo, Pablo pide que recemos por ellos para que tengamos una “vida tranquila y apacible”.
Si
encomendamos a los que nos gobiernan y por nuestra parte cumplimos con nuestro deber
de ciudadanos, todo irá mejor.
El
apóstol añade que “Dios quiere que todos
se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”. Se entiende que también
los gentiles y en concreto los gobernantes la alcancen, ya que el Dios y
Salvador de todos es el mismo Dios y su enviado Jesucristo.
El
párrafo termina pidiendo que los hombres recen en cualquier lugar, alzando las
manos libres de iras y divisiones: todo lugar es bueno para volverse a Dios en
oración procurando tener un corazón limpio de pecado, significado en “las manos limpias”, de las que habla
Pablo.
- Verso aleluyático
Aunque
a primera vista parece contradictorio, es una realidad maravillosa que el que
aparentemente es tan pobre que nació en un pesebre y murió crucificado y despojado
de todo, sin embargo sea Él nuestra riqueza porque ¡es Dios!
“Jesucristo siendo rico se
hizo pobre para enriquecernos con su pobreza”.
- Evangelio
Empieza
con una parábola interesante:
Cómo
actúa un administrador que obró inicuamente y quiere ganarse a los deudores de
su amo, antes de ser despedido, para que luego le ayuden.
Jesús,
de esta parábola, saca unas enseñanzas muy concretas y nos da sus consejos:
+
Las riquezas materiales no son buenas ni malas en sí. Todo depende de la manera
de actuar y serán malas si hacemos de ellas un dios, como tantas veces sucede.
Así
lo vemos con frecuencia, hay personas que apartan a Dios de la sociedad y hacen
cualquier cosa con tal de conseguir dinero.
+
Nos aconseja Jesús que seamos vivos y no nos dejemos ganar por los que aman más
las tinieblas que la luz. Cuántas veces resulta que los hijos del mal y de las
tinieblas son más sagaces y preocupados que los hijos de la luz.
+
La gran conclusión que saca Jesús es: o el primero es Dios o el primero es el
dinero: no es posible servir a dos señores a la vez. Al dios dinero que lleva
al pecado y aleja del Creador o al dinero justo que nos acerca al Dios verdadero
y fiel que nos ama.
Si
tienes riquezas y las aprovechas para ayudar al necesitado, en el que está
oculto Jesús, puedes salvarte y Dios será tu recompensa: “Tuve hambre… tuve
sed…”.
José Ignacio Alemany Grau, obispo