¿EL FUEGO QUEMA, DIVIDE O PURIFICA Y UNE?
Una
parte de nuestra vida es dolor y sufrimiento pero debemos superarlo apoyándonos
en la fe en Dios y en la confianza que Él mismo nos da. Veamos cómo lo hicieron
algunos mereciendo la bendición del Señor.
- Jeremías
Hombre
sufrido y fiel.
El
rey apreciaba al profeta pero la corte lo odiaba porque les profetizaba la
verdad y el castigo de Dios por no obedecer las disposiciones del Señor.
Como
suele suceder justificaban su actitud frente al profeta diciendo:
“Muera ese Jeremías, porque
está desmoralizando a los soldados que quedan en la ciudad y a todo el pueblo,
con semejantes discursos. Ese hombre no busca el bien del pueblo, sino su
desgracia”.
Los
responsables de la corte arrojaron a Jeremías en una cisterna que no tenía agua
sino puro barro deseando que muriera en ella.
El
rey Sedecías lo mandó “sacar del aljibe
antes de que muera”.
Lo
sacaron, pero el profeta siguió anunciando los castigos de Dios porque la corte
no quería reconocer sus pecados y profanaciones.
- Salmo 39
Es
un salmo hermoso y nos da la impresión de que correspondiera a la situación de
Jeremías en el aljibe:
“Me levantó de la fosa fatal,
de la charca fangosa”.
En
el último versículo se dice “yo soy pobre
y desgraciado pero el Señor se cuida de mí”.
Una
bella oración que invita a la esperanza en medio del sufrimiento.
- Hebreos
Como
el atleta corre con los ojos fijos en la meta, el cristiano debe poner su
mirada en el mejor modelo que es Cristo y que venció la tentación… y “renunciando al gozo inmediato soportó la
cruz, despreciando la ignominia”.
Por
eso Dios lo exaltó llegando a la Gloria donde está sentado a la derecha del
Padre.
Recordando
al que soportó todos los sufrimientos para salvarnos, seremos fieles y
agradecidos.
- Aleluya
Las
ovejas fieles conocen al Pastor y lo siguen.
Por
su parte, el pastor conoce a cada oveja:
“Yo conozco las mías y ellas
me siguen”.
¿Tú
conoces a Jesús?
Él
sí te conoce y se preocupa por ti.
Descubre
los detalles que tiene Jesús contigo y tú debes aprovechar y agradecer.
- Evangelio
El
Evangelio nos recuerda estas palabras de Jesús:
“He venido a prender fuego en
el mundo y ojalá estuviera ya ardiendo”.
Con
estas palabras Jesús da a entender el juicio que habrá por acoger o no el Reino
del Padre que Él predica.
Con
las palabras “tengo que pasar por un
bautismo” entendemos que se refiere a la muerte que Jesús tendrá que
soportar para salvarnos.
Después
viene la pregunta de Jesús que llama bastante la atención porque dice:
“¿Pensáis que he venido a
traer al mundo la paz?”.
Él
mismo dará después esta respuesta desconcertante:
“No, sino división”.
¿Cómo
entender estas palabras en el Príncipe de la Paz que decía a sus discípulos: “la paz
les dejo, mi paz les doy”?
La
realidad es esta. El Evangelio divide. Muchas veces incluso a los de la misma
familia.
Mientras
unos aceptan el Evangelio y sus consecuencias, otros lo rechazan y prefieren
vivir a su manera.
La
verdad es que el Evangelio lo ha predicado Jesús para unir a los hombres con
Dios y con los hermanos.
Pero
todo dependerá de cómo lo asumamos siempre contando con la libertad que Dios
nos regaló a los seres humanos.
Por
eso podemos concluir que el Evangelio quema por dentro que lo acogen como
Pablo:
“¡Ay
de mí si no evangelizare!”.
Y
divide a los que lo rechazan, separándolos de Dios y de los suyos.
José
Ignacio Alemany Grau, obispo