EL
BAUTISMO DE JESÚS
Tres epifanías
conmemoramos en este tiempo litúrgico que terminamos hoy:
Los Magos de
oriente, el Bautismo de Jesús y las
Bodas de Caná.
En los tres
casos hay una “manifestación de lo alto”, que eso significa la palabra “Epifanía”.
Hoy conmemoramos
el Bautismo de Jesús, que no quiere decir que Jesús se bautizó a los treinta
años y que por eso hay que bautizar a los hombres cuando cumplan esa edad.
Jesús no tiene
nada que ver con el pecado y por eso no se bautiza para ser hijo de Dios, que
es el efecto que produce nuestro sacramento del bautismo.
Es bueno que
tengamos en cuenta que, si el bautismo nos hace hijos de Dios, debemos
bautizarnos lo antes posible. Ojalá fuera tan pronto como lo hacen muchos
buenos cristianos y entre ellos el Papa Benedicto que fue bautizado el mismo
día que nació.
- Prefacio
Nos enseña para
qué fue el bautismo de Jesús en el Jordán, es decir, para descubrir el misterio
del bautismo en el Nuevo Testamento, que se ha de realizar en el nombre de la
Santísima Trinidad.
En primer lugar
desciende la voz del Padre para que el mundo se entere de que Cristo es su Palabra
que ha venido a hablarnos de Él y de parte de Él.
Segundo, el
Espíritu, en forma de paloma, unge a Jesucristo que, además de Dios, es
verdadero hombre y viene a anunciar la salvación a la humanidad, en especial a
los pobres que son sus preferidos…
¡Los “creídos”
no tienen sitio para Dios!
De esta manera
en la fiesta de hoy, bajo símbolos profundos y claros, se nos descubre el gran
misterio trinitario:
+ En la voz, al
Padre.
+ En la paloma,
al Espíritu Santo.
+ En el río, el
Verbo encarnado que está bautizándose.
Por eso llamamos
a esta fiesta del bautismo una “Epifanía” que, como he dicho antes, es la
manifestación del cielo.
- Isaías
El gran profeta
Isaías consuela al pueblo de Dios con una promesa que anuncia, siglos antes, la
salvación de Dios que se hará realidad en el Mesías Jesús.
Él traerá (ya ha
traído) la salvación, la paz y la alegría. Lo hace con distintas imágenes:
“Di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios.
Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con Él su
salario y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su
brazo lo reúne. Toma en brazo los corderos…”
- Salmo 103
Debemos bendecir
la grandeza de nuestro Dios, Creador de todo y de quien todos dependemos.
Todos esperamos
de Él, directa o indirectamente, la comida, y su presencia nos da seguridad.
La vida de todos
depende de su providencia.
¡Qué grande es
nuestro Dios!
- Pablo
Explica a Tito
la finalidad de la venida de Jesús al mundo:
“Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda
maldad y para prepararse un pueblo purificado, dedicado a las buenas obras”.
¡Qué clarito lo
dice San Pablo!
Y cómo cuesta a
los seguidores de Cristo vivir la paz y la pureza.
Pero Dios ayuda:
Para ello Dios
derramó copiosamente el Espíritu Santo sobre nosotros por medio de Jesucristo.
- Aleluya
Juan, en su
humildad, siempre se mantiene en su puesto y aclara que él es únicamente el
Precursor del Mesías, el que ha venido a preparar su llegada.
Detrás viene el
que es más que él y bautizará con Espíritu Santo y fuego.
¡Es bueno tomar
conciencia de cuál es nuestro puesto en la Iglesia, en la familia, en el
trabajo…!
Los humildes se
ganan el corazón de Dios y también el de los hombres.
- Evangelio
“En un bautismo general”, entre
la multitud Jesús se presenta para recibir un bautismo de penitencia que no
necesita, porque Él no tiene nada que ver con el pecado:
“Mientras Jesús oraba se abrió el cielo, bajó el Espíritu
Santo sobre Él, en forma de paloma” para hacerse
sensible porque Él es puro Espíritu.
Además, se oyó
la voz del Padre (que por ser puro Espíritu tampoco lo podían percibir) y dio
el gran testimonio:
“Tú eres mi Hijo, el Amado, el Predilecto”.
También que
Jesús sea siempre el primero en todo.
José
Ignacio Alemany Grau