NO ESTÁ AQUÍ… ¡ESTÁ EN TI!
“¿Por qué buscan
entre los muertos al que está vivo? Resucitó. No está aquí: ¡miren!”
El secreto de la fe está en mirar con fe.
A Jesús nunca lo vamos a encontrar, ni
haremos que lo encuentren otros, si buscamos entre las cosas muertas que atraen
al mundo de hoy y de siempre.
Recordemos:
“Mi Reino no es de
este mundo”.
Ni en el sepulcro, ni entre vendas o bien
entre lienzos de muertos… el Señor no está vivo entre muertos. Está vivo dentro
de nosotros.
¿Qué pasó, pues, al tercer día, después de
sepultarlo?
¡Un terremoto!
Los soldados huyeron despavoridos para
contar lo sucedido a los que los habían puesto a vigilar el sepulcro.
Asustados y con miedo cuentan a los
fariseos el movimiento de piedras y el sepulcro vacío.
Su miedo se acaba porque les dan “una fuerte suma” para que callen lo del
sepulcro vacío y digan que: “mientras
dormían ellos, vinieron los discípulos de Jesús y se llevaron el cuerpo del
Señor”.
La mentira tiene las patas muy cortas, pero
el dinero las tiene muy largas y los guardias se fueron felices.
¿Qué pasó en realidad?
Meditemos con la liturgia de la Vigilia
Pascual.
- Historia de la salvación
La primera parte de la liturgia pascual nos
ha contado la historia de la salvación en sus etapas más importantes:
+ La creación
Por puro amor de Dios.
+ El sacrificio de Abraham
Para ser escogido como padre del pueblo de
Dios.
+ El paso del mar Rojo
Que hace libre al pueblo de Israel, que
había vivido esclavizado en Egipto.
+ Isaías
Nos da a conocer la misericordia eterna de
Dios.
Medita:
“Con amor eterno te
he amado”, te dice
Dios a ti, amigo.
+ Isaías
Nos da a conocer que Dios sella con su
pueblo una “alianza eterna”:
¡Eres de Dios para siempre!
+ Baruc
“Dichosos nosotros,
Israel, que conocemos lo que agrada al Señor”.
¿Lo has pensado, amigo? Pues cúmplelo y
serás feliz para siempre.
+ Ezequiel
Nos habla de la pureza que nos ofrece el
Señor con la abundante agua de su Espíritu.
- San Pablo a los Romanos
Si hemos muerto con Cristo al pecado,
también hemos resucitado con Él para una vida eterna.
La muerte al pecado fue en el bautismo y
entonces recibimos la vida eterna.
¡Hay que conservarla!
- El Evangelio de la Vigilia
Nos habla de la fidelidad de las buenas
mujeres que acompañaron a Jesús en su vida y no quisieron dejarlo después de
muerto.
Temprano, “el primer día de la semana”, fueron a embalsamar el cuerpo de su
Señor, a quien habían entregado su corazón.
Jesús les regaló:
1º Con la presencia de los ángeles que les
dan la gran noticia:
“¡Resucitó! ¡No está
aquí!”
2º Luego Jesús mismo les sale al encuentro
en el camino de regreso a Jerusalén:
“¡Alégrense!”… “No
tengan miedo: vayan a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea, allí me
verán”.
Qué bueno, Jesús. Todo pasó.
De tu muerte brotó vida nueva para todos.
Y como amigo fiel, reúnes a tu “rebaño disperso”, empezando por los apóstoles que te habían
abandonado.
Tú y yo, amigo, seamos fieles porque Jesús
nunca nos dejará.
¡Feliz Pascua de resurrección para todos
ustedes, amigos lectores!
José Ignacio Alemany Grau