23 de marzo de 2019

DIOS SIEMPRE TE REGALA UN TIEMPITO

DIOS SIEMPRE TE REGALA UN TIEMPITO
No hay duda que vivimos muy preocupados por multitud de cosas en estos tiempos.
La liturgia de hoy nos invita a confiar, pensando que el único dueño de este mundo es el Señor y que en Él encontraremos siempre misericordia. 
  • Éxodo
El Éxodo nos trae una lección muy importante y será bueno que hoy la profundicemos de una manera muy especial. Nos habla de Moisés:
Aquel día el gran caudillo de Israel se fue lejos, hasta el monte Horeb, que será el monte de Dios.
Allí tiene un encuentro con el Creador y su actitud es la que nosotros debemos adoptar durante toda nuestra vida con el Señor:
“Aquí estoy”.
Esa es la actitud bíblica que encontraremos en los grandes santos, sobre todo en Jesús y en María.
Y Dios se le revela:
“Yo soy el Dios de tus padres, el Dios Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”.
Después de esta presentación Dios muestra su misericordia y envía a Moisés para que sea el caudillo que lleve a su pueblo hasta la tierra que había prometido a Abraham y su descendencia.
De todas maneras será bueno que pensemos cómo hoy tantos hombres y mujeres se han apartado del Dios de sus padres al que pertenecieron de manera especial cuando los bautizaron.
  • Salmo responsorial 102
Nos explica quién es Dios y cómo es Él:
Dios es compasivo, misericordioso, perdona y nos colma de gracia y de ternura.
Esa ternura que necesita este mundo de hoy atormentado y a la que nos invita el Papa Francisco cuando quiere que hagamos “la revolución de la ternura”.
A la luz de este salmo será bueno que te preguntes:
¿Es así el Dios en que crees? ¿O tienes dioses falsos que te roban el tiempo y el corazón?
No te engañes…
Dioses hay muchos pero el Dios verdadero es solamente uno.
Medita en el Dios que se presentó a Moisés y que es de verdad el Dios revelado plenamente por Jesús.
  • Pablo a los Corintios
El apóstol nos recuerda lo que pasó en el desierto para que no nos suceda lo mismo.
Todos los israelitas salieron de Egipto, comieron y bebieron del milagro de Dios… pero no todos llegaron a la tierra prometida “quedando sus cuerpos tendidos por el desierto”.
De esta manera nos invita a no fiarnos de nosotros. Seamos fieles a Dios. Aprovechemos sus dones.
Y concluye con estas palabras:
“Por tanto, el que se cree seguro, ¡cuidado!, no caiga”.

  • Verso aleluyático
Una vez más en esta cuaresma la liturgia nos explica el porqué de la conversión que nos pide el Señor: “El reino de los cielos está cerca de nosotros”.
La cuaresma va avanzando. Será bueno meditar hasta qué punto nos vamos acercando a Dios y a su reino.
  • Evangelio
Comienza San Lucas con una reflexión que hizo Jesús sobre los galileos asesinados por Pilato mientras ofrecían los sacrificios.
La pregunta vale también para nosotros que a veces pensamos, se incendió un mercado, una discoteca, un edificio, y fácilmente sacamos la conclusión de que aquellos eran unos pecadores y murieron por castigo de Dios.
Jesús advierte que no es cierto y que “si no os convertís todos pereceréis de la misma manera”.
A continuación viene una pequeña parábola.
Será bueno que al leerla nos fijemos en la pena que siente Jesús decepcionado porque tu vida no fructifica después de tanto tiempo y tantas posibilidades que te da la gracia.
Jesús, como el dueño de la viña que esperaba el fruto de la higuera, espera tu fruto:
“Yo os he escogido para que vayan y den fruto y su fruto permanezca”.
Si has aprovechado el agua y el sol (los sacramentos, la Biblia, etc.) con que Dios iluminó tu vida, habrás crecido y florecido, pero ¿ya estás listo para que el viñador coseche?
Pero, ¿puedes decir que ya estás listo para que el viñador coseche?
Tu fruto te da derecho a entrar en el banquete del reino.
Aprovecha este “tiempito” que Dios te regala, como a la higuera de la parábola de este domingo.

José Ignacio Alemany Grau