11 de agosto de 2024

EL CAMINO ES SUPERIOR A TUS FUERZAS


Necesitamos a Dios por ser criaturas suyas.

Él es nuestro Creador.

Con amor infinito se nos acerca de diversas maneras.

Hoy meditaremos, un día más, en su cercanía en el sacramento de la Eucaristía.

  • 1 Reyes

Elías se ha tirado bajo una retama, angustiado, porque la malvada reina Jezabel ha jurado matarlo.

En su dolor el profeta pide a Dios: «Basta, Señor, quítame la vida, porque yo no valgo más que mis padres».

Un ángel lo despierta.

Hay pan caliente sobre unas brasas y un jarro de agua: «Levántate y come».

Pero no basta. El mismo ángel lo vuelve a despertar: «El camino es superior a tus fuerzas. Levántate y come».

Amigos, tenemos en este hecho un ejemplo maravilloso de la Eucaristía que necesitamos.

Tenemos que comerla con fe porque el camino de este mundo es largo y peligroso.

Les invito a comer la Eucaristía, el pan de vida, con mucha frecuencia.

  • Salmo 33

Muy bueno este salmo para meditarlo cuando comulgamos:

«Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a Él…

Bendito el Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca. Mi alma se gloría en el Señor…

Proclamad conmigo la grandeza del Señor… Contempladlo y quedaréis radiantes».

  • San Pablo

El apóstol quiere que imitemos a Dios nuestro Padre:

«Sed imitadores de Dios como hijos queridos y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor».

La gloria del hijo está en parecerse a su Padre. Para ello nos da unos consejos prácticos:

«Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo.

En fin, no pongáis triste al Espíritu Santo de Dios con que Él os ha marcado para el día de la liberación final».

De esta manera San Pablo invita a los efesios, y a cada uno de nosotros, a pensar que el pecado, en cierto sentido, puede entristecer al Espíritu Santo. No porque Él pueda tener ninguna clase de tristeza, sino que nosotros pensamos que, al desobedecer a Dios, en cierto sentido, lo entristecemos.

  • Verso aleluyático

Es el corazón del Evangelio de este día: «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre».

Maravillosa Palabra de Dios que debemos meditar.

  • Evangelio

Los judíos critican a Jesús. Dicen que es el hijo del carpintero José. No aceptan que diga que «ha bajado del cielo» y, menos aún, que diga que Dios es su Padre.

Alegrémonos con estas verdades de fe que nos asegura Jesús:

«El que cree en mí tiene vida eterna.

Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron: este es el pan que baja del cielo para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan de vida que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo».

Hermanos todos, tengamos amor y respeto a este gran sacramento en el que recibimos a Jesús con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad. Dios y hombre verdadero.

Hay que recibirlo con la debida preparación y en gracia de Dios.

Amigo, levántate y come la Eucaristía, no olvides que el camino a la eternidad es superior a tus fuerzas.                                                                                             

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo