24 de febrero de 2024

DIOS YA NO PUEDE DAR MÁS




Aunque Dios posee un poder infinito ya no puede dar más ni hacer más por la humanidad que se apartó de Él por el pecado: nos entregó a su Hijo único.

Ahora Dios nos persigue desde su amor infinito, pero cuidando la libertad que Él mismo nos dio al crearnos.

  • Génesis

Un buen día Dios dijo a Abraham: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac y vete al país de Moria y ofrécemelo en sacrificio».

Abraham caminó con su hijo hasta el monte Moria. Llegado a la cima «tomó el cuchillo para degollar a su hijo, pero el ángel del Señor le gritó: “no alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios porque no te has reservado a tu hijo, tu hijo único”».

Nos imaginamos a Abraham, nuestro padre en la fe, caminando detrás de su hijo con el corazón roto, pero al final la misericordia de Dios liberó a su hijo.

Abraham es imagen del Padre eterno que decretó la muerte de Jesús, su hijo único, pero hasta las últimas consecuencias. Y todo por nuestra salvación.

  • Salmo 115

«Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida».

Aunque el salmista se queja, se reconoce como siervo fiel de Dios: «Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava».

Reconoce cómo Dios lo ha librado de todo peligro y está dispuesto a cumplir la voluntad de Dios: «Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo».

  • San Pablo

El apóstol nos enseña su fe absoluta en Dios y su seguridad porque en Dios encuentra la certeza de la fe ya que nos entregó a su Hijo:

«El que no perdonó a su Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con Él?»

Meditemos el regalo infinito que Dios nos ha hecho aceptando la muerte de Jesús para redimirnos y demostrarnos su amor.

  • Versículo de aclamación

Hace una clara alusión al momento de la transfiguración de Jesús y nos muestra la idea central de este maravilloso regalo de Jesús a los apóstoles:

«En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: “Este es mi Hijo, el amado, escuchadle”».

  • Evangelio

En el Evangelio de hoy nos cuenta San Marcos el gran momento de glorificación de Jesús, tan humillado en toda su vida, pero hoy transfigurado para mostrar a sus predilectos la grandeza infinita que encierra en su humanidad, aparentemente como la de un hombre cualquiera.

Se transfiguró ante sus tres predilectos Pedro, Santiago y Juan, y aparecieron junto a Jesús Moisés y Elías conversando con Él.

En aquel momento se completó la glorificación con la presencia del Espíritu Santo en la nube, y la del Padre que pronunció estas palabras: «Este es mi Hijo amado, escuchadlo».

Con estas breves palabras el Padre nos presenta la grandeza de Jesús, verdadero Dios como el Padre, porque es su Hijo; y nos pide que le escuchemos para conocer todo lo que el Padre quiere de nosotros.

Pero no termina todo aquí.

Cuando descendían del monte Tabor, Jesús advierte a los discípulos: «No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos».

De esta manera Jesús ha fortalecido, por un lado, la fe de los apóstoles, pero por otra parte mantiene firme su camino antes de su glorificación, que es la muerte y resurrección.

Amigos todos, en pleno camino cuaresmal, la Iglesia hace esta pausa para ayudarnos a conocer el amor infinito del Padre que nos entregó a Jesús y la grandeza de este Hijo que dará la vida por nosotros.

Quiere también que reconozcamos que después de la muerte de Jesús habrá una resurrección para todos como fruto de la resurrección del Hijo de Dios.

Tengamos muy en cuenta este mandato de Dios Padre: que escuchemos a su Hijo.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

17 de febrero de 2024

CAMINO DE CONVERSIÓN HACIA EL REINO


 La liturgia en este tiempo de cuaresma insiste mucho en la conversión. El motivo fundamental que suele repetirnos es la cercanía del reino.

  • Génesis

En este día el Génesis nos recuerda la primera alianza conocida después del diluvio:

Hay una alianza incomprensible entre Dios y Noé con sus descendientes y con todos los animales que le acompañaron.

Esta es la promesa: «Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes».

El pacto consistirá en que no habrá otro diluvio universal.

El signo que Dios da de esta alianza es el arco iris que ya existía cuando el agua y el sol se cruzaban en la atmósfera. Esta belleza la aprovecha Dios para dejarla como recuerdo de su alianza:

«Cuando traiga nubes sobre la tierra aparecerá en las nubes el arco y recordaré mi alianza con vosotros…».

  • Salmo 24

Canta la misericordia de Dios que invocamos confiadamente y nos invita a permanecer fieles a la alianza que Dios celebró en el Antiguo Testamento y la celebra ahora con nosotros por medio del bautismo:

«Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad para los que guardan tu alianza».

Pedimos a Dios el regalo de conocer sus caminos para caminar por ellos hacia nuestra salvación:

«Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad. Enséñame porque tú eres mi Dios y Salvador».

  • San Pedro

Es bueno que al comienzo de la cuaresma meditemos las enseñanzas de San Pedro porque en estos días vamos a caminar hacia la Pascua. Vamos con Jesús que «como era hombre lo mataron; pero como poseía el Espíritu fue devuelto a la vida».

San Pedro recuerda el pacto de Dios con Noé, que ahora para nosotros se realiza en el sacramento del bautismo que no es «limpiar una suciedad corporal, sino impetrar de Dios una conciencia pura por la resurrección de Jesucristo…».

  • Versículo de aclamación

Hay que tener en cuenta que no es lo más importante el pan material, sino que necesitamos siempre el alimento de la Palabra de Dios:

«No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».

  • Evangelio

La enseñanza de San Marcos de hoy es uno de los párrafos más breves de los evangelios dominicales, pero con una gran cantidad de pensamientos que les invito a meditar, a nivel personal, en este primer domingo de cuaresma:

+ El Espíritu Santo «empujó a Jesús al desierto». Fijémonos cómo Jesús, en su vida mortal, fue siempre conducido por el Espíritu Santo según el plan de Jesús mismo: «He aquí que vengo, Padre, para hacer tu voluntad».

+ Estuvo cuarenta días en el desierto «dejándose tentar por satanás».

+ Todo ese tiempo lo pasó «entre alimañas».

+ Pero al mismo tiempo, los ángeles servían a Jesús.

+ El evangelista enseña que cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea para evangelizar.

+ El mensaje que Jesús proclamaba era: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio».

Esta es la actitud bíblica que nos pide la liturgia para toda la cuaresma: El cambio de vida y la profundización en el conocimiento del Evangelio que Jesús proclamó, llevándolo a la práctica.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

10 de febrero de 2024

CUANDO ORES DI ASÍ: SEÑOR, SI QUIERES…

 


En nuestra oración lo más importante es tener fe en la grandeza y poder de Dios y presentarle nuestra limitación y pequeñez. Dios hará maravillas cuando lo crea conveniente su providencia.

  •   Levítico

Muy dura ha sido siempre la enfermedad de la lepra.

Aunque últimamente la medicina ha mejorado, queda en el inconsciente de todos que se trata de una enfermedad dolorosa.

El Levítico enseña cómo se conocía que una persona adolecía de esa enfermedad y la dureza con que se trataba al leproso para evitar el contagio.

Los Santos Padres han comparado la lepra con el pecado y cómo hay que acudir al sacerdote para que, con el sacramento de la reconciliación (confesión), quedemos limpios ante Dios y así recobremos la paz.

  • Salmo 31

El salmista nos pide que reconozcamos nuestros pecados:

«Había pecado, lo reconocí, no te encubrí mi delito. Propuse: confesaré al Señor mi culpa y tú perdonaste mi culpa y mi pecado».

Y para que vayamos a purificarnos, nos enseña cómo encontraremos la paz si nos acercamos a Dios para que nos limpie de la culpa:

«Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quien le han sepultado su pecado. Dichoso el hombre a quien el Señor no le apunta el delito».

Estamos seguros de la alegría que nos llenará el alma si vivimos en la amistad de Dios:

«Alegraos, justos, y gozad con el Señor»

  •   San Pablo

A menudo mezclamos mucho las cosas y hacemos difícil el vivir con Cristo.

La clave para esta paz nos la da el apóstol con estas palabras:

«Cuando comáis o bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios», cumpliendo santa voluntad.

Hay algo muy original que Pablo nos pide que imitemos:

«Procuro contentar a todos no buscando mi propio bien, sino el de la mayoría para que se salven».

Termina con una valiente invitación que ojalá algún día podamos repetir nosotros con verdad:

«Seguid mi ejemplo como yo sigo el de Cristo».

¡Valiente Pablo!

  • Verso aleluyático

A veces no damos importancia al hecho de que Jesús, el hombre Dios, está entre nosotros.

La liturgia nos anima a reconocer que «un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo».

  • Evangelio

No es fácil entender la profundidad de este pasaje de San Marcos.

Un leproso, que debe permanecer lejos y gritar para que la gente se aleje y no se contagie con la lepra, «se acercó a Jesús y se arrodilló ante Él».

Su petición es maravillosa y única. Es una gran lección de fe para nosotros:

«Si quieres puedes limpiarme».

El leproso parte de la seguridad en el poder de Jesús.

Como respuesta el Señor hace algo también prohibido porque para Él todo es posible:

Sintió lástima (era un hombre enfermo que pedía la curación). Extendió la mano y lo tocó… ¡Sí, a un leproso!

La respuesta es única y simple:

«Quiero, queda limpio».

Después le pide que cumpla la ley de Moisés que manda presentarse al sacerdote para que lo declare sano y pueda vivir en sociedad.

Aquel hombre, yo no sé si sabía, pero estoy seguro de que se fue bailando y gritando a todos, al revés de lo que decía antes:

¡Estoy puro! ¡Jesús me ha curado!

Amigo, si estás en pecado, sé valiente, vete al sacerdote de la Iglesia de Jesús y dile sencillamente:

Jesús te dio poder, perdóname en su nombre.

Seguro que saldrás del confesonario bailando.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

4 de febrero de 2024

LA PAGA POR PREDICAR ES SEGUIR PREDICANDO


Las lecturas de este día nos invitan a pensar en el tesoro que podemos acumular evangelizando a tiempo y a destiempo.

  • Job

Nos encontramos con los consejos del anciano Job para que todos los mortales nos hagamos responsables del tiempo que Dios nos regala.

Una de las características es la brevedad del tiempo en este mundo. Para nuestra meditación nos puede servir el entresacar algunas de estas comparaciones que nos aclaran la brevedad de esta vida:

+ La vida del hombre es como el servicio y los días como los de un jornalero.

+ Como el esclavo suspira por la sombra y el jornalero aguarda su salario.

+ Al acostarme pienso: ¿cuándo me levantaré? Se alarga la noche y me harto de dar vueltas hasta el alba.

+ Los días corren más que la lanzadera.

+ Mi vida es un soplo.

Será bueno meditar sobre qué hacemos con el tiempo, que a menudo nos parece largo, cuando en realidad nos está preparando el gran regalo de la eternidad que, si queremos, será muy feliz. A esta felicidad es a la que nos invita Dios.

  • Salmo 146

Nos invita a alabar al Señor que sana los corazones destrozados:

«Alabad al Señor que la música es buena. Nuestro Dios merece una alabanza armoniosa…

Él sana los corazones destrozados, venda las heridas».

Por otro lado, nos habla de la grandeza del Señor que «cuenta el número de las estrellas y a cada una la llama por su nombre».

Finalmente, nos recuerda la grandeza de nuestro Dios:

«Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no tiene medida».

  • San Pablo

Solamente una persona embriagada de amor podrá evangelizar siempre, al estilo de San Pablo.

Pablo, hablando a los corintios, dice: «Para mí predicar no es motivo de orgullo. No tengo más remedio y: ¡ay de mí si no anuncio el Evangelio!».

Nos advierte el apóstol que si él evangelizara por puro gusto eso sería su recompensa, pero «si lo hago a pesar mío es que me han encargado este oficio».

Y ahora el gran apóstol que evangelizó tantos pueblos pregunta:

«Y entonces, ¿cuál es la paga? Precisamente, dar a conocer el Evangelio anunciándolo de balde, sin usar el derecho que me da la predicación del Evangelio».

A continuación, nos explica cómo por evangelizar se ha hecho esclavo de todos para ganar los más posibles para el Evangelio.

Finalmente añade: «Hago todo esto por el Evangelio para participar yo también de sus bienes».

  • Verso aleluyático

Nos invita a agradecer a Jesús porque «tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades» para hacernos libres de toda atadura del maligno.

  • Evangelio

Nos presenta el día de un misionero, el gran misionero, Jesucristo:

Temprano va a la sinagoga para hacer oración y posiblemente enseñar. Después va a la casa de Pedro y al ver que su suegra está grave, le da la mano y la cura instantáneamente. Ella, con gratitud, se pone a servir a todos.

El día se completa con una multitud de curaciones y liberación de posesos.

El complemento lo presenta San Marcos diciendo «que se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se puso a orar».

Al poco tiempo, «Simón y sus compañeros, al encontrarlo, le dijeron: “todo el mundo te busca”».

Pero Jesús respondió: «Vamos a otra parte, a las aldeas cercanas para predicar también allí»

Jesús inquieto no se deja «atrapar» por nadie, sino que quiere llegar con su predicación a los más posibles.

Es este un domingo importante para que aprendamos a tener un corazón inquieto que busca a los más posibles para llevarlos a Dios.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo