29 de julio de 2023

PRIMERO, LO MÁS IMPORTANTE


Si nos descuidamos se nos pasa el día sin hacer lo más importante entretenidos en cositas pequeñas (una de las cuales es ver el celular) y se nos quedan sin hacer las obligaciones de nuestro estado.

  • 1Reyes

Un rey que supo escoger a tiempo.

Dios le dice a Salomón: «Pídeme lo que quieras».

Salomón pide lo que necesita para gobernar bien.

Qué importante sería que todos los que van a gobernar procurasen hacer lo mejor para su pueblo y que esa también fuera su oración.

El Señor se agradó por la petición del rey y le dijo: «Por haber pedido esto y no haber pedido para ti vida larga ni riquezas… sino que pediste discernimiento para escuchar y gobernar, te cumplo tu petición: te doy un corazón sabio e inteligente como no lo ha habido antes, ni lo habrá después de ti».

  • Salmo 118

El salmista se presenta como un enamorado de la voluntad del Señor y admira y valora sus preceptos: «Más estimo yo los preceptos de tu boca que miles de monedas de oro y plata». Y añade: «Mi porción es el Señor. He resuelto guardar tus palabras… Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma».

  • San Pablo

Comienza el párrafo de la Carta a los romanos con estas palabras muy importantes:

«Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien».

Procuremos seguir siempre el plan de Dios para poder transparentar en nosotros la imagen de su Hijo.

  • Verso aleluyático

Como el mensaje de hoy es relevante y los sencillos son los que lo penetran y ponen en práctica, la liturgia nos repite, una vez más, las palabras de Jesús para que consigamos un corazón sencillo:

«Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla».

  • Evangelio

El evangelio es el que nos pide que sepamos escoger y que lo hagamos con valentía. Lo hace a través de tres parábolas. A través de ellas Jesús nos habla de la importancia de entrar en el reino y para ello nos pide escoger, jugándonos todos nuestros bienes o riquezas:

«El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo. El que lo encuentra vende todo para conseguir el campo».

Hay otra parábola muy similar que dice que «el reino de los cielos se parece a un comerciante en perlas finas que encuentra una de gran valor y vende todo lo que tiene para comprarla».

Es claro que ese tesoro solamente puede ser Jesucristo mismo, porque solo Él merece que nos juguemos todo. También debemos tener en cuenta que no se compra el tesoro sino el campo que lo contiene.

Y nos advierte, además, la primera parábola que lejos de quedar triste porque pierde todo, el que compra se va lleno de alegría para hacer su gestión.

Importante, pues, saber escoger entre las perlas y los campos dónde está el verdadero tesoro para adquirirlo en el tiempo oportuno.

Finalmente, hoy San Mateo nos presenta la parábola de los pescadores que echan la red barredera y luego, sentados a la orilla del mar, van seleccionando los peces buenos para el cesto y arrojando fuera los malos.

Jesús explica que al final de los tiempos los ángeles harán la separación entre los que han cumplido los preceptos del Señor y los malos «que serán arrojados al horno encendido».

Esta parábola, por consiguiente, es una invitación a cumplir lo que nos ha pedido Jesús en las dos anteriores, para que en el momento final nos encuentre con el tesoro en nuestras manos y corazón.

San Mateo termina el evangelio de hoy con estas palabras:

«Un escriba que se ha hecho discípulo del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo».

El exegeta lo explica así: «Muchos describen aquí una alusión al autor del evangelio, San Mateo, y al modo en que ha compuesto su obra: un escriba judío que ha aceptado la fe en Jesucristo e intenta leer las tradiciones sobre Jesús (lo nuevo) a la luz del Antiguo Testamento (lo antiguo)».

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

23 de julio de 2023

¿EL PERDÓN ES DIFÍCIL?


De una u otra manera, a todos nos cuesta hablar de perdón; pedir perdón y perdonar.

En este domingo la liturgia nos habla de distintas formas de la misericordia de Dios que perdona. Él es nuestro modelo para cuando tengamos que perdonar.

  • Libro de la Sabiduría

Nos enseña que solamente hay un Dios verdadero entre los muchos dioses que ha inventado la humanidad. Refiriéndose al Dios verdadero, nos dice:

«No hay otro dios al cuidado de todo. Tu poder es el principio de la justicia y tu soberanía universal te hace perdonar a todos».

A continuación, nos hace ver cómo su bondad «juzga con moderación y gobierna con gran indulgencia porque puedes hacer cuanto quieres».

Su manera de actuar nos quiere enseñar a todos que debemos aprender a perdonar como Él nos perdona siempre:

«Diste a tus hijos la dulce esperanza de que en el pecado das lugar al arrepentimiento».

  • Salmo 85

Nos habla de la bondad y clemencia de Dios que perdona y tiene misericordia de todos:

«Tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia con los que te invocan… Tú, Señor, Dios clemente y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad y leal».

Pidámosle que tenga compasión de todos nuestros pecados y debilidades.

  • San Pablo

Nos enseña, en su Carta a los romanos, que el Espíritu Santo «intercede por nosotros con gemidos inefables» y nos invita a confiar en ese Espíritu Santo, seguros de que Él intercede por nosotros.

  •  Verso aleluyático

Este versículo nos invita a reflexionar que conocer la realidad de que Dios perdona es para los sencillos de corazón, que son los preferidos de Jesús. Por eso nos recuerda estas palabras del Evangelio de San Mateo:

«Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los secretos del reino a la gente sencilla».

  • Evangelio

Recoge San Mateo tres parábolas distintas y se detiene en la primera que cuenta cómo un hombre sembró buena semilla en el campo y de noche llegó el enemigo y sembró la cizaña. Cuando los trabajadores vieron crecer la mala hierba entre el trigo dijeron al dueño si quería que la arrancaran. El señor les pide que la dejen hasta el momento de la siega y entonces separarán el trigo de la cizaña.

Los apóstoles le preguntan a Jesús cuál es el significado de esta parábola y Él les explica con detalle:

«El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre, el campo es el mundo, la buena semilla son los ciudadanos del reino, la cizaña son los partidarios del maligno, el enemigo que la siembra es el diablo, la cosecha es el fin del tiempo y los segadores los ángeles».

Aprendamos esta enseñanza para no dejarnos engañar en este mundo donde hay tantos enemigos de Dios, y de los suyos, que siembran la confusión para hacer caer a los discípulos de Jesús.

También nos habla hoy el Evangelio del grano de mostaza que a pesar de su aparente pequeñez se convierte en la más alta de las hortalizas y sirve de refugio para las avecillas:

«Aunque es la más pequeña de las semillas cuando crece es más alta que las hortalizas. Se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas».

Finalmente, se nos presenta hoy la parábola del poco de levadura que una mujer agrega en la masa para hacerla fermentar:

«El reino de los cielos se parece a la levadura. Una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente».

Con estas tres parábolas Jesús quiere ayudarnos a descubrir la realidad del reino de Dios que siempre brota de la sencillez y pequeñez aparente, pero si es auténtico, produce abundantes frutos de conversión.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

16 de julio de 2023

LA PALABRA SIEMPRE ES FECUNDA


Para poder vivir necesitamos los alimentos que nos ofrece la naturaleza.

Para la otra vida, la sobrenatural, necesitamos la Palabra de Dios que nos abre el camino.

  •  Isaías

Con una belleza impresionante el profeta toma la comparación de la vida natural para hacernos ver cómo trabaja Dios en la vida sobrenatural:

«Como bajan la lluvia y la nieve del cielo y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come»; de la misma manera la Palabra que sale de la boca de Dios es fecunda en todo el que la acoge.

De ahí la importancia que tiene escuchar y poner en práctica el mensaje de Dios a la humanidad.

  • Salmo 44

Es una preciosa descripción de la obra divina en la naturaleza creada. Les invito a leer, con sencillez y paz, y paséense por los campos en un bello atardecer de primavera ya próximo al calorcito de verano y verán cómo Dios cuida la tierra, «la riega y la enriquece sin medida. La acequia de Dios va llena de agua y Él prepara los trigales.

Riega los surcos, iguala los terrones, la llovizna los deja mullidos…».

De esta manera el Señor hace fecunda la naturaleza para beneficio del hombre.

El salmista nos invita a admirar los campos:

«Las praderas se cubren de rebaños y los valles se visten de mieses que aclaman y cantan».

Admiremos la belleza de la obra de Dios en la naturaleza que nos sustenta.

  • San Pablo

La naturaleza está siendo extorsionada por el hombre. Hablamos de la «casa común», pero a pocos les interesa con verdad la extorsión que padece la tierra maravillosa, eco de la belleza del Creador.

San Pablo nos habla de la extorsión de la naturaleza por parte del hombre:

«La creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. La creación entera sufre esperando la liberación de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios».

*      Verso aleluyático

Se refiere al evangelio del día y nos hace ver cómo la semilla de la parábola es la Palabra de Dios que siembra Jesucristo. Quien sabe aprovecharla tendrá vida eterna:

«La semilla es la Palabra de Dios. El sembrador es Cristo. Quien lo encuentra vive para siempre».

*      Evangelio

Jesús se sube a una barca para poder hablar con más holgura a la multitud que lo acompaña. Se sienta y la gente, desde la orilla, lo sigue hambrienta.

Jesús habla en parábolas.

El tema es el sembrador que sale a sembrar la semilla con abundancia. Parte cae en el camino, otra parte entre piedras y una tercera parte entre zarzas.

Ninguna de ellas dio fruto. El resto cayó en tierra buena y dio grano en abundancia.

A continuación, cuenta el evangelista que los apóstoles no habían entendido gran cosa y le preguntan por qué habla en parábolas a la multitud.

Jesús aclara que la plenitud de la enseñanza es para sus discípulos más cercanos y les explica el contenido de la parábola.

Empieza diciendo cómo a los apóstoles se lo va a explicar porque tienen que conocer los secretos del reino y la multitud no.

Antes de darles la explicación, les dice:

«Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen».

Por eso, a continuación, explica la parábola:

+ Escuchar la Palabra sin entenderla tiene el peligro de que venga el maligno y robe lo sembrado en el corazón.

+ Lo sembrado entre piedras significa acoger la Palabra con alegría, pero sin raíces, sin profundidad y con inconstancia. Cuando llegan las dificultades lo pierde todo.

+ Lo sembrado entre zarzas es la actitud de quienes escuchan, pero tienen demasiadas preocupaciones y riquezas que dejan estéril la Palabra.

+ Finalmente, lo sembrado en tierra buena significa «el que escucha la Palabra y la entiende. Este dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno».

¿En cuál de estos «terrenos» te sientes tú implicado?

Procura esforzarte para dar fruto, y gozar después de la recompensa de Dios.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

9 de julio de 2023

JESÚS MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN


La liturgia de este DOMINGO XIV del tiempo ordinario nos invita a penetrar en la profundidad del Corazón de Jesucristo, tal como Él mismo se describe en el Evangelio. 

  • Zacarías 
El profeta nos adelanta la imagen del Mesías que cada año recordamos el domingo de ramos.

Hoy, un día cualquiera, para ambientar el evangelio del día, en conexión con él, nos pide glorificar al Señor, en la alegría del espíritu:

«Alégrate, hija de Sion, canta hija de Jerusalén» y nos presenta así al futuro rey poderoso que dominará el mundo de un extremo a otro:

«Viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica».

Poder y humildad son los dos grandes distintivos del Señor.

  • Salmo 144

Bendecimos al Señor, nuestro Dios y nuestro Rey, por una serie de hermosos motivos que nos invitan a confiar en Él:

«El Señor es clemente y misericordioso… El Señor es bueno con todos. Es cariñoso con todas las criaturas».

Lógicamente la invitación del salmista es para dar gracias al Señor y aclamar la gloria de su reinado.

Finalmente, para darnos más seguridad confirma la fidelidad de Dios a sus promesas:

«El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones».

  • San Pablo

El Apóstol nos advierte que al ser bautizados hemos sido habitados por el Espíritu Santo. Tengamos presente que las que deben mandar en nosotros no han de ser las pasiones de la carne sino este Señor, que es nuestro Dios, Creador y dueño.

El Espíritu Santo está dentro de nosotros y Él debe inspirar nuestras acciones.

Ese único y mismo Espíritu Santo, que resucitó a Jesús y que ahora está en nosotros con el mismo poder para dar vida a nuestros cuerpos después de la muerte, nos resucitará:

«Vivificará también nuestros cuerpos mortales por el mismo Espíritu que habita en nosotros».

Amigos todos, no olvidemos que estamos en deuda con este Dios maravilloso que vive dentro de nosotros y será Él mismo quien nos ayude a dominar nuestras pasiones para vivir según su voluntad.

  • Verso aleluyático

Insiste en el tema central del Evangelio de hoy, que es un desahogo de Jesús en oración a su Padre, sin temor de hacerlo públicamente.

  • Evangelio

Podemos destacar tres puntos importantes:

+ Jesús en humildad profunda acepta la voluntad del Padre, que no es que sea aceptado por los sabios e intelectuales del mundo, sino por los sencillos:

«Sí, Padre, así te ha parecido bien».

+ La esencia del descubrimiento que nos hace Jesús es cómo es el Padre y cómo es el Hijo dentro del misterio trinitario:

«Nadie conoce al Hijo más que el Padre y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

+ Y, al decirnos «venid», nos invita para que vayamos a Él con todas nuestras miserias, confiando en su ayuda. Nos pide que nos esforcemos por imitar su propio corazón:

«Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón».

En su conocimiento e imitación encontraremos la paz.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo

1 de julio de 2023

EL AMOR A DIOS, SOBRE TODO


Este domingo les invito a fijarse en las palabras de Jesús que nos pide que, por encima de todo amor humano, muy importante, por cierto, está el amor a Dios que siempre debe ser el primero.

  • 2Reyes

Te invito a leer el capítulo 4 del segundo libro de Reyes para ver algo de la vida impresionante de Eliseo, el gran discípulo de Elías, que heredó «dos partes de su espíritu».

La lectura de hoy nos cuenta el regalo que hizo a la sunamita que le acogía en su casa para darle de comer e, incluso, le hizo una habitación sencilla en el segundo piso de su vivienda.

El profeta preguntó a su criado qué podía hacer por la señora. El criado contestó:

«Qué se yo. No tiene hijos y su marido es viejo».

Eliseo mandó llamar a la mujer y le dijo:

«El año que viene, por estas fechas, abrazarás a un hijo».

Sabemos que más adelante el niño murió y al reclamarle la sunamita, Eliseo resucitó al pequeño y se lo devolvió vivo a su madre.

  • Salmo 88

Nos recuerda el deber que tenemos de adorar y cantar el nombre de Dios.

A nosotros nos es fácil y espontáneo pedir, pero nuestra primera obligación es adorar, alabar y bendecir al Creador:

«Cantaré eternamente las misericordias del Señor. Anunciaré tu fidelidad por todas las edades… El Señor es nuestro escudo y el santo de Israel nuestro rey».

  • San Pablo

Nos enseña la importancia del sacramento del bautismo. Es bueno que recordemos que es el regalo de Dios, que con este sacramento nos ha hecho hijos suyos.

Para ello, nos incorporó a Cristo en su muerte y, al morir con Cristo al pecado, hemos resucitado con Él a una vida nueva «y sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más. La muerte ya no tiene dominio sobre Él».

San Pablo nos invita a sacar como conclusión de este regalo de la gracia del bautismo que debemos «considerarnos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús».

  • Verso aleluyático

Proclamemos las maravillas que ha hecho Dios con nosotros porque «nos llamó a salir de las tinieblas (pecado) y a entrar en su luz maravillosa». Por Cristo somos, como nos ha dicho Él mismo, luz del mundo.

  • Evangelio

Son varios pensamientos sueltos que recoge San Mateo, en el capítulo 10, invitándonos a tenerlos en cuenta para nuestra vida:

+ El amor a Dios por encima de todo amor humano: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí».

Para entender esto es preciso creer que por encima de los sentimientos está la voluntad, que es la reina de nuestros pensamientos y sentimientos.

Nuestra voluntad, como una flecha, debe volar por encima de los sentimientos hacia Dios que es el primero en todo.

Pidamos fuerzas para que sepamos organizar sabiamente el corazón.

+ «El que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí». Esto nos lo ha repetido Jesús en varias oportunidades para que lo imitemos.

+ Nuestra vida es muy importante, pero debe estar siempre condicionada a la fe en Dios. Por eso, Jesús enseña que «el que encuentre su vida la perderá y el que pierda su vida por mí la encontrará».

+ Finalmente, Jesús insiste en la caridad como una señal de ser verdaderos discípulos suyos: «El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca a uno de estos pobrecillos, porque es mi discípulo, no perderá su paga».

Recordemos, queridos amigos, una vez más, el mandamiento de Jesús: «Ámense unos a otros como yo os he amado».

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo