Antes era más fácil que hoy:
“La
espera desespera” como nunca.
Sin
embargo, la esperanza es una virtud teologal, inseparable de la fe y del amor.
¿Habremos
perdido las dos compañeras de la esperanza?
El
Adviento nos pone de cara a dos esperas muy largas:
Todo
el Antiguo Testamento esperando al Mesías y, por otra parte, la humanidad
mirando a la Parusía, segunda venida de Jesús.
Algunos
creen que ya viene el fin de los tiempos, porque Dios no puede esperar más…
pero somos nosotros los impacientes.
De
todas formas el Evangelio de hoy nos trae una respuesta que es “Palabra de
Dios”.
Meditemos con fe, creamos y esperemos con amor.
- Isaías
Es
el profeta del Adviento.
Lo
encontraremos muchas veces en este tiempo.
Hoy
nos recuerda las palabras que repetiremos frecuentemente:
“Ojalá rasgases el cielo y
bajases, derritiendo los montes con tu presencia”.
Todos
hemos sido infieles al Señor.
Sin
embargo, todos debemos esperar en Él porque “Tú
eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú el Alfarero: somos todos obra de
tu mano”.
Que este santo profeta nos ayude a caminar siempre en la esperanza.
- Salmo 79
Es
un grito de esperanza en este Adviento.
Recemos
con mucha fe y confianza en el Señor:
“Despierta tu poder y ven a
salvarnos”, a salvarnos de
la pandemia y de tanta ideología inhumana.
“Ven a visitar tu viña, la
cepa que tu diestra plantó y que tu hiciste vigorosa”.
Esa
viña que representó a Israel y hoy
referimos a la Iglesia, según la enseñanza de Jesús: “Yo soy la vid y vosotros los sarmientos”.
Por
eso le decimos a Jesucristo:
“No nos alejaremos de ti;
danos vida para que invoquemos tu nombre”.
“¡Ven, Señor Jesús!”
- San Pablo
Hermoso
mensaje de Pablo a los Corintios que hoy quiere la liturgia que lo hagamos
nuestro:
En
realidad Dios nos lo ha dado todo “y nos
ha llamado a participar en la vida de su Hijo, Jesucristo, Señor nuestro”.
Tengamos
la certeza de que “Dios es fiel”.
Tengamos, pues, presente además que hemos sido “enriquecidos con todo: en el hablar y en el saber… de hecho no carecéis de ningún don”.
- Verso aleluyático
Nos
invita a confiar en el Señor y pedirle:
“Muéstranos, Señor, tu
misericordia y danos tu salvación”.
Esa salvación que es Jesucristo, el Mesías que viene.
- Evangelio
Jesucristo,
según San Marcos, nuestro compañero para el ciclo litúrgico B, que hoy
empezamos, nos dice:
“Lo que os digo a vosotros,
lo digo a todos: velad”.
Tengamos
claro que Jesús “vino” y se ha ocultado, pero “estará con nosotros hasta el fin del mundo”.
¿Y
cuándo será eso?
“Velad entonces pues no
sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa… no sea que venga inesperadamente y os
encuentre dormidos”.
Amigos
todos, vivamos en Adviento, porque “el
Señor vendrá”.
José
Ignacio Alemany Grau, obispo