10 de noviembre de 2016

SE VA OTRO AÑO


Reflexión homilética para el XXXIII domingo del Tiempo ordinario, ciclo C
Amigos, solemos decir: ¡cómo se pasa el tiempo!... Y así es.
Lo inteligente es aprovechar eso que se pasa tan aprisa.
Me disponía para escribirte con el bolígrafo en la mano y me he distraído viendo cómo comen los pajaritos el pan que les puse y… ¡se pasó una hora!
Así, más o menos, se nos va el tiempo sin avisar.
¿Qué tiene de especial el domingo treinta y tres del tiempo ordinario?
Que la liturgia nos dice: la próxima semana es Cristo rey y se acabó el año litúrgico 2016.
Eso que al principio parecía largo, ya se va.
¿Qué mensaje nos deja?
Cada año se lleva tu tiempo y tienes que aprovecharlo bien.
Antes de entrar en las lecturas conviene tener presente algo importante:
Todos los hombres han querido ser protagonistas del fin del mundo, es decir, desearon presenciar qué pasará entonces y qué viene después.
Millones y millones han pasado sin verlo.
Nos dicen que en tiempos de Jesús había muchos “falsos profetas” que engañaban al pueblo diciendo que ellos eran el Mesías. La mayor parte fueron revolucionarios que pretendían liberar a los judíos del poder de Roma.
Jesús habla del fin del mundo. Pero no habló con mentiras ni de revoluciones. Quiere que todos vivamos bien para aprobar nuestro examen (el examen de nuestra vida), ante Dios y ante los hombres.
Sus palabras son firmes y por eso leeremos en el mismo Evangelio de Lucas, pero unos versículos más adelante:
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (21,33)
Lucas (en el capítulo 21) junta el fin del mundo con la destrucción de Jerusalén.
Pero quedan claras dos cosas sobre el juicio final y el fin del mundo:
*Nadie sabe la fecha.
*En cuanto a nuestro fin personal: Jesús, el amigo bueno, nos advierte que debemos estar siempre preparados, que es la única forma de enriquecernos con el tiempo que Dios mismo nos regala.
Después de esta pequeña introducción al domingo treinta y tres, preparémonos para terminar el año litúrgico con la fiesta de Cristo rey.
No olvidemos que esa fiesta coincide con el fin del año y jubileo de la misericordia.
*        El juicio según Malaquías
Se trata de una especie de profecía que la liturgia aplica al  juicio final:
*“Los malvados y perversos arderán como la paja en el fuego”.
*“A los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas”.
*        El salmo responsorial (97): Dios viene a gobernar
Nos invita a todos a glorificar al Señor que “viene para regir los pueblos con rectitud”.
Su presencia se convierte en fiesta:
“Aplaudan los ríos, aclamen los montes” y los seres humanos hagan sonar sus voces y clarines y trompetas.
*        Pablo y la espera del fin del mundo
San Pablo se dio cuenta de que algunos (algo así como ha sucedido de vez en cuando en nuestros días) con la excusa de que se acercaba el fin, ya no querían trabajar.
El apóstol pide dos cosas importantes:
*El que no trabaje que no coma.
*Que todos trabajen para comer el pan honradamente.
*        El verso aleyático es de San Lucas
Se trata de un versículo que viene un poco después de la lectura de hoy:
“Levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”.
La venida de Cristo es la llegada del verdadero Libertador que nos abre las puertas a la eternidad feliz.
*        Un Evangelio difícil
Se llama discurso escatológico porque nos habla de lo que pasará al fin del mundo.
Como hemos dicho, la lectura de hoy se refiere al fin del mundo y después pasará a hablar del fin de Jerusalén.
Lo que nos pide hoy el Señor es que no nos dejemos engañar por los falsos profetas que dicen “Yo soy” o “está llegando el tiempo”.
Si confiamos en Dios Él nos defenderá y protegerá:
“Ni un cabello de vuestra cabeza perecerá”.
Termina con este gran consejo:
“Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”.
Ya sabes, amigo, si quieres salvarte es preciso perseverar y pide a la Virgen que ella te ayude para conseguirlo.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

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Amigo, si no has ganado la indulgencia del Año Santo ten presente que este domingo trece es el último para ganarla en las iglesias asignadas por todo el mundo y en Roma hasta el próximo domingo.  Y… agradece a Dios por este año tan especial para la Iglesia.

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Me permito compartirles que hemos publicado ya dos ayudas para celebrar la Navidad con un regalo muy práctico: el librito “Navidad en Familia”, para que tus amigos celebren la Navidad en tu hogar. Y el “Calendario bíblico litúrgico de bolsillo” para que puedan seguir las lecturas de todo el año.

Obséquienlos a sus amistades como la mejor tarjeta de Navidad, y muy económica por cierto.