27 de diciembre de 2025

LA SAGRADA FAMILIA EN LA LITURGIA

 

La liturgia de este día nos presenta la familia en sus diversas facetas. Comienza por las virtudes humanas de la primera lectura, luego San Pablo nos explica las virtudes sobre naturales de la familia y encontramos la perfección de la familia de Nazaret haciendo la voluntad de Dios y terminamos con la oración del salmo del día.

  • Eclesiástico

Pide que los padres sean más respetados que los hijos. El respeto a los padres es la purificación de las faltas y pecados de la vida:

«La limosna del padre no se olvida será tomada en cuenta para pagar tus pecados».

Por otro lado, el respeto a la madre acumula tesoros en la familia: Dios promete escuchar a quienes honran a su progenitora.

La recompensa al respeto del padre es una larga vida:

«Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras viva. Aunque chochee ten indulgencia. No lo abochornes mientras viva».

  • San Pablo

La carta a los colosenses nos habla de las virtudes sobrenaturales que pide San Pablo:

«Como elegidos de Dios, vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura y comprensión».

También nos pide que en el trato mutuo nos sobrellevemos unos a otros cuando hay algún altercado. Además, que imitemos a Dios en el perdón, como Él nos ha perdonado.

La más importante de las virtudes debe ser el amor que es el ceñidor de la unidad consumada.

Por lo demás, San Pablo desea que «la paz de Cristo actúe de árbitro en nuestro corazón» y que el agradecimiento se considere como una virtud sobrenatural y que «la Palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza».

El apóstol no se queda corto en las recomendaciones. Se dirige a cada uno de los integrantes de la familia:

«Mujeres, vivid bajo la autoridad de vuestros maridos como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas».  Y a los hijos: «Obedeced a vuestros padres en todo, que esto le gusta al Señor».

Finalmente, pide a los padres que eviten exasperar a sus hijos para que no se desanimen.

Dichosa la familia en la que se viven todas las virtudes humanas y espirituales que nos presentan estas lecturas.

  • Verso aleluyático

«Ábrenos el corazón, Señor, para que aceptemos las palabras de tu Hijo». Es una invitación a seguir el Evangelio que nos enseñó Jesucristo.

  • Evangelio

La gran lección que nos da la Sagrada Familia es seguir las instrucciones que de distintas maneras nos da el Señor.

Después de la visita jubilosa que significó la llegada de los Magos con sus dones y regalos en la casita de Belén donde vivía la Sagrada Familia, se le apareció, en sueños, un ángel a José y le dijo:

«Levántate, coge al niño y a su madre y huye a Egipto hasta que yo te avise porque el rey Herodes va a buscar al niño para matarlo».

Inmediatamente se levantó José y obedeciendo, huyó a Egipto y sin pretenderlo realizó la profecía que dice: «Llamé a mi hijo para que saliera de Egipto».

Muerto Herodes, y avisado por el ángel, José reunió a su familia y volvió a Israel. Como se enteró de que Arquelao sucedió a su padre Herodes en Judea, llevo de temor y avisado en sueños, se retiró a una casita de Nazaret. Nuevamente se cumplió la Escritura en la que leemos: «Será llamado nazareno».

Tenemos que admirar la docilidad de la Sagrada Familia acogiendo siempre los caminos que le presentó Dios, que en el caso concreto fue a través del ángel a José.

Quiero concluir, queridos lectores, con la oración del salmo que nos ofrece hoy la liturgia:

«Dichosos los que temen al Señor y siguen sus caminos. Comerás el fruto de tu trabajo. Serás dichoso y te irá bien. Tu mujer, como parra fecunda en medio de tu casa, tus hijos como renuevos de olivo alrededor de tu mesa. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor: “Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida”».

¡Feliz Año nuevo 2026!

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo Redentorista

20 de diciembre de 2025

ES VERDAD: EL SEÑOR ESTÁ CERCA Domingo IV de Adviento – ciclo A

 

Desde el 17 de diciembre, la liturgia ha tomado un nuevo camino de Adviento y nos lleva de la mano al nacimiento del Verbo eterno de Dios que entra en el tiempo para compartir con toda la humanidad su poder divino.

Este es el Niño que esperamos: «Dios-con-nosotros».

Es cierto: «El Señor está cerca».

  • Isaías

Según el gran profeta Isaías, él se acercó a Acaz, que era el rey, y le dijo:

«Pide una señal, al Señor, tu Dios, en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo».

Ante la negación a pedir, el profeta le anuncia la gran profecía de la venida del Mesías:

«Mirad, la virgen está encinta y da a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel que significa “Dios-con-nosotros”».

Con esta profecía comenzamos el cuarto domingo de Adviento, en el ciclo A.

  • Salmo 23

Con este versículo: «Va a entrar el Señor, él es el rey de la gloria», el salmo nos invita a meditar en la cercanía de Dios: «Del Señor es la tierra y cuanto la llena… ¿Quién puede subir al monte del Señor?».

La respuesta es una invitación a la limpieza del cuerpo y el alma, con estas palabras: «El hombre de manos inocentes y puro corazón… Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación».

A continuación, el salmista afirma que «este es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia Dios de Jacob».

  • San Pablo

Escribiendo el apóstol a los romanos, dice: «A todos los de Roma, a los que Dios ama y ha llamado a formar parte de los santos: os deseo la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo».

De esta manera aclara el apóstol que la salvación de Dios es para todos:

«Hacer que todos los gentiles respondan a la fe para gloria de su nombre».

  • Verso aleluyático

En un versículo de San Mateo la Iglesia se llena de alegría esperando a la Virgen que, sin perder la virginidad, da a luz al Verbo encarnado:

«Mirad, la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, Dios-con-nosotros».

  • Evangelio

El evangelio de San Mateo describe cómo va a ser el nacimiento de Cristo:

«María, su Madre, estaba desposada con José y antes de vivir juntos resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo que era justo, decidió no denunciarla sino repudiarla en secreto. Apenas tomó esta decisión se le apareció el ángel del Señor y le dijo: “José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo”».

Termina San Mateo explicando que de esta manera se cumplió la profecía, de Isaías, como hemos visto en la primera lectura de hoy:

«Mirad, la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros».

Nunca podremos imaginar la alegría con que José, ya esposo de Santa María, aceptó la propuesta de ser padre adoptivo de la criatura que dio a luz Santa María Virgen.

Ahora podemos entender, una vez más, las palabras del domingo anterior: «Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres: ¡El Señor está cerca!».

A todos ustedes, queridos lectores, les deseo una muy Feliz Navidad y un encuentro con Jesús Eucaristía de manera especial en esta Navidad.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo Redentorista