20 de septiembre de 2025

¿CUÁNDO LA RIQUEZA ES UN TESORO?

 

Si aparece en el mercado un nuevo invento, inmediatamente «los amigos de lo ajeno» maquinan la forma de robarlo… Un simple teléfono o una tarjeta bancaria se convierten en seguida en una fábrica de robos. Pero vayamos por partes.

  • Profecía de Amós

Nos presenta al hambriento de riquezas que sufre cuando llega un día de fiesta y no puede vender. Solo piensa en exprimir al pobre: «Despojáis a los miserables diciendo: “¿Cuándo pasará la luna nueva, para vender el trigo y el salvado, para ofrecer el grano?”».

Otra forma de robar, según el mismo profeta: «Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanza con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo…».

  • Salmo 112

Es una alabanza al Señor que defiende al pobre, ya que, a diferencia de otros, el Señor tiene preferencia por los sencillos y los desposeídos:

«Alabad siervos del Señor… Bendito sea el nombre del Señor ahora y por siempre… Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo».

  • San Pablo

En la Carta a Timoteo, después de pedir oraciones por todos los hombres, advierte el apóstol que la oración es buena y grata a los ojos de Dios «que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad».

A continuación, nos asegura la bondad de Dios y su unidad. Por medio de Jesucristo la humanidad entera puede llegar a Dios:

«Para Él estoy puesto como anunciador y apóstol, (digo la verdad, no miento)». Y además se reconoce maestro de los gentiles en la fe y en la verdad.

San Pablo concluye dando este consejo: «Quiero que sean los hombres los que recen en cualquier lugar, alzando las manos libres de ira y divisiones».

  • Verso aleluyático

Presenta una de las grandes contradicciones que nos cuesta creer, pero encierra una gran verdad: «Jesucristo siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza».

Por aquí hay que descubrir el secreto de la liturgia de hoy.

  • Evangelio

Creo que son muchas las interpretaciones que podemos hacer de esta escena del Evangelio de San Lucas.

Se trata de un hombre que tiene que despedir a su administrador debido a su mala gestión:

«Entrégame el balance de tu gestión porque quedas despedido».

Dejamos de lado la parábola y vamos al Catecismo Católico:

«El precepto del desprendimiento de las riquezas es obligatorio para entrar en el reino de los cielos» (2544).

A continuación, en el numeral 2545, citando a la Lumen Gentium (42) nos advierte: «Todos los cristianos han de intentar orientar rectamente sus deseos para que el uso de las cosas de este mundo y el apego a las riquezas no les impidan, en contra del espíritu de pobreza evangélica, buscar el amor perfecto».

Ahora te invito, querido lector, a sacar tus conclusiones:

Por parte de San Lucas tenemos la reacción del administrador que, como no tiene fuerzas para cavar ni valor para mendigar, empieza a robarle a su amo, quitando de las deudas pendientes que le tienen, una buena cantidad para esperar encontrarse luego con buenos amigos, gracias a su «maniobra administrativa».

Por su parte, Jesús termina alabando la astucia de este hombre: «El amo felicitó al administrador injusto por la astucia con la que había procedido».

Nos dice también el Señor que «los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz».

A pesar de todo, nosotros sacamos una conclusión que está en los mandamientos que aprendimos de pequeños: «¡No robarás!».

Jesús nos ha dejado bien claro: «“Bienaventurados los pobres de espíritu”. Las bienaventuranzas revelan un orden de felicidad y de gracia, de belleza y paz.  Jesús celebra la alegría de los pobres a quienes pertenece ya el reino» (CIC 2546).

En el numeral 2547 del CIC, leemos: «El Señor se lamenta de los ricos porque encuentran su consuelo en la abundancia de bienes…».

Amigo lector, me gustaría que leyeras ahora la parábola del Evangelio de este día y sacaras tus propias consecuencias.

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo Redentorista