12 de abril de 2025

CUANDO ME LEVANTEN EN ALTO, ATRAERÉ A TODOS

 

Con el Domingo de Ramos ingresamos a lo que la liturgia llama la Semana Santa o Semana Mayor. El motivo es que durante estos días meditaremos en los grandes misterios de nuestra salvación: la Eucaristía (Jueves Santo), la entrega y muerte de Jesús en la Cruz (Viernes Santo) y la gran ceremonia de la Resurrección del Señor en la Vigilia Pascual (Sábado en la noche).

+ En este Domingo de Ramos meditaremos, sobre todo, la lectura de la Pasión de nuestro Señor Jesucristo, según San Lucas.

Meditemos, ojalá, en familia esta lectura muy importante para nosotros.

  •  La Pasión del Señor según San Lucas

Meditamos algunos puntos que nos pueden ayudar en nuestra meditación.

I. Institución de la Eucaristía

«He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no volveré a comer, hasta que se cumpla en el Reino de Dios».

Jesús entrega su cuerpo y su sangre como un milagro de su divinidad para que los suyos, comiendo el cuerpo de su Maestro, lleguen a identificarse con Él por medio de la gracia de este gran sacramento.

Es una pena que los hombres no seamos capaces de descubrir el amor infinito de Jesús en este sacramento.

II. En el Huerto de los Olivos

Jesús, según su costumbre, va al Monte de los Olivos y los apóstoles lo acompañan. Jesús hace la gran oración de identificación de su voluntad con la del Padre Dios, y en el dolor que siente busca el consuelo de sus discípulos que están, de hecho, dormidos, amodorrados, por la pena que sienten por el sufrimiento de su Maestro.

Aprendamos de Él la gran lección:

«Velad y orad para no caer en la tentación».

Jesús continúa su oración y los suyos siguen durmiendo… Aprendamos la oración de Jesús en medio de tanto dolor como tiene que soportar.

III. El prendimiento

Dirigidos por uno de los apóstoles, Judas Iscariote, un pelotón llega a prender a Jesús. Él se deja, mientras los suyos hacen un pequeño ademán de defenderlo. Jesús se entrega diciendo:

«¿Habéis salido con espadas y palos como a caza de un bandido? A diario estaba en el templo con vosotros y no me echasteis mano. Pero esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas».

Lo prendieron y ataron y llevaron a casa del sumo sacerdote.

IV. Azotado y coronado de espinas

Aprovechando la soldadesca un rato que tienen libre, se burlan de Jesús mientras le pegan:

«Haz de profeta: ¿quién te ha pegado?» (porque tenía Jesús los ojos cubiertos).

Se burlan despiadadamente de Él y frente al Sanedrín quieren completar la sentencia haciéndole confesar para poder acusarlo:

«“Si tú eres el Mesías, dínoslo”. Jesús contestó: “Si os lo digo no lo vais a creer y si lo pregunto, no me vais a responder”.

Desde ahora el Hijo del hombre estará sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso».

Este será el motivo fundamental para que aquellos lo condenen. No pueden oír que aquel hombre maniatado afirme, con tanta valentía, que Él es Dios.

Tampoco admiten que sea el «Rey de los judíos». Sin embargo, con esto presionaron a Pilato para que, sin motivo real, lo condene a la muerte de cruz.

V. En el Calvario

Jesús, camino del Calvario, es seguido por un «gran gentío del pueblo y de mujeres que se daban golpes y lanzaban lamentos por Él».

Llegado al Calvario, crucificaron a Jesús y su palabra estremeció a los oyentes:

«Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen».

Poco después se oyó a Jesús que respondía al «buen ladrón»: «Hoy estarás conmigo en el paraíso».

«Se oscureció el sol, el velo del templo se rasgó por medio y Jesús, clamando con voz fuerte, dijo: “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu”. Y dicho esto, expiró».

No nos queda más que decir, amigos, solo meditar, adorar y agradecer.

Este Jesús, Dios y hombre verdadero, es nuestro Redentor y dio su vida para que nosotros tengamos vida eterna.

«Cristo, por nosotros, se sometió incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el “Nombre-sobre-todo-nombre”».

 

José Ignacio Alemany Grau, obispo Redentorista