«Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo» y ha traído pan para todos.
- 2Reyes
Un hombre lleva a
Eliseo las primicias de pan y granos.
El taumaturgo dice
a su criado: «Dáselos a la gente y que coman».
El criado compara
la cantidad de pan con la gente que se ha reunido y advierte que es muy poco.
Eliseo insiste. El
criado reparte y «comieron todos y sobró».
Evidentemente que la liturgia de hoy nos trae este ejemplo como un anticipo del Evangelio.
- Salmo 144
Nos insiste en la
realidad: la humanidad entera busca alimentos y Dios da en abundancia.
Agradecemos con el
salmista: «Que todas tus criaturas te den gracias, Señor. Que te bendigan
tus fieles…
Los ojos de todos te están aguardando, tú les das comida a su tiempo; abres tú la mano y sacias de favores a todo viviente».
- San Pablo
El apóstol pide a
los efesios que vivan según la vocación a la que Dios los ha convocado.
Ante todo, tener
presente que hay «un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que
lo trasciende todo y lo penetra todo y lo invade todo».
Ante esta realidad de fe San Pablo nos invita: «sed siempre humildes y amables, sed comprensivos, sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz».
- Verso aleluyático
Nos presenta a un gran profeta que ha surgido entre nosotros y que es Dios mismo, que ha venido a visitar a su pueblo. Este gran profeta, en este día, es Jesús, que multiplica el pan para alimentar a los pobres que lo siguen, hambrientos de la Palabra, y necesitados de comer.
- Evangelio
Jesús ve una
multitud grande que lo sigue y pregunta a Felipe: «¿Con qué compraremos
panes para que coman todos?».
La respuesta de los
apóstoles (Felipe y Andrés) no pide que Jesús haga un milagro. Simplemente
hacen sus cálculos humanos: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a
cada uno le toque un pedazo».
Andrés concreta: «Aquí
hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces».
Jesús ordena que se
siente la gente en el suelo. Cuando comen todos pide a sus discípulos: «Recoged
los pedazos que han sobrado. Que nada se desperdicie. Lo recogieron y llenaron
doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los
que habían comido».
Este pan es un
símbolo de la eucaristía que permitirá comer a todos los que quieran el Cuerpo
de Cristo y nos invita, también a todos nosotros, a repetir frecuentemente, en
la oración que Jesús nos enseñó:
«Danos hoy nuestro
pan de cada día», sobre todo en la Eucaristía.
Amigos todos, en
este día de FIESTAS PATRIAS, en el Perú, les deseo unos días felices y que
hagamos un esfuerzo entre todos para conseguir el auténtico progreso de nuestra
Patria:
¡Dios bendiga
nuestro Perú!
José Ignacio Alemany Grau, obispo