Hay muchas maneras de leer la Sagrada Escritura pero en el fondo depende de lo que cada uno cree o piensa de ella.
Nosotros, desde la fe, sabemos que para entenderla necesitamos el Espíritu Santo.
Pidámosle a Jesús que nos dé lo mismo que regaló a los apóstoles el día de su resurrección.
- Hechos de los apóstoles
San Pedro dice a los judíos que le escuchan que ellos rechazaron a Jesús, que era el Santo y pidieron el indulto de un asesino, Barrabás. Sin embargo, los excusa diciendo que lo hicieron por ignorancia, lo mismo que las autoridades.
Y es que ciertamente era imposible para aquellos hombres aceptar que Jesús fuera Dios y simplemente lo mataron por celos y envidia.
Pero así fue el plan de Dios que aprovechó de esta maldad humana, para que su Hijo pudiera morir y redimirnos.
De todo esto, como una conclusión, pide San Pedro, que lo que tienen que hacer todos ellos es:
“Arrepentíos y convertíos para que se borren vuestros pecados”.
Esto que pidió inteligentemente Pedro a los judíos en aquel momento, sigue siendo válido también para nosotros, como nos dirá San Juan en la segunda lectura de hoy.
- Salmo 4
Nos habla de la bondad del Señor para con nosotros y hacemos una súplica confiada con el salmista:
“Escúchame cuando te invoco, Dios defensor mío; tú que en el aprieto me diste anchura, ten piedad y escucha mi oración”.
Este es uno de los temas de hoy: aprovechar la muerte y resurrección de Cristo pidiendo perdón por nuestros pecados y volviéndonos a Dios con el arrepentimiento sincero.
- Carta de San Juan
Nos pide que no pequemos pero que, de todas maneras, si pecamos no debemos desesperar, ya que Jesús es nuestro abogado ante el Padre y nos puede conseguir el perdón:
“Pero si alguno peca, tenemos uno que abogue ante el Padre: Jesucristo el Justo”.
El apóstol llama a Jesús “víctima de propiciación por nuestros pecados… y los del mundo entero”.
Así nos enseña que la única manera de estar seguros de que conocemos a Jesús es guardar los mandamientos y así llegaremos a la plenitud en el Señor.
- Aleluya
Es un pedido de la Iglesia a Jesucristo para que siga repitiendo hoy el regalo que dio a los discípulos el día de la Pascua:
“Les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras”.
Por eso hace esta oración hermosa que recuerda lo que comentaron los de Emaús cuando comieron el pan consagrado:
“Explícanos las Escrituras. Haz que arda nuestro corazón mientras nos hablas” y que podamos descubrir las maravillas de Dios al leerlas.
- Evangelio
Es como un presentación de lo que pasó en el cenáculo después que llegaron los dos de Emaús diciendo que “habían reconocido a Jesús al partir el pan”.
En ese momento se presenta Jesús en medio de ellos, los saluda y ellos se llenan de miedo por la sorpresa hasta el punto de creer que veían un fantasma.
Como no acababan de creer, Jesús les dice:
“¿Tenéis algo que comer?”
Ellos le ofrecieron un trozo de pescado y Jesús lo comió delante de ellos.
Luego, como un resumen de lo que había dicho a los dos de Emaús, les explica que, lo que ha padecido en su pasión y muerte y el triunfo de su resurrección, era lo predicho en las profecías del Antiguo Testamento.
A continuación, para que pudieran dar testimonio de Él, “les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras”.
Nosotros también en este domingo pidamos a Jesús que abra nuestra mente y nuestro corazón para aceptarlo y vivir, como Él nos enseñó, durante su vida mortal.
José Ignacio Alemany Grau, obispo