LIBRES PARA AMAR
Nacimiento de San Juan Bautista, anónimo, 1330
— National Gallery of Art, Washington
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El dedo del Bautista (24 de junio)
En esta semana hemos recordado a Juan Bautista, el precursor.
La gente, hablando de él cuando se trata de algo que no quieren o es imposible, dicen: “lo haré cuando san Juan baje el dedo”.
La imagen del Bautista nunca bajará el dedo porque se lo pusieron así para recordar sus palabras: “¡Ése es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!”.
Para esto lo envió Dios, rodeado de prodigios, para preparar la venida del Mesías.
Fue engendrado en el amor de una familia anciana y estéril. Santificado en el seno materno. De él dirá Jesús que es “el mayor entre los nacidos de mujer”.
Es el único de quien la Iglesia celebra el nacimiento (evidentemente, aparte de Jesús y de María).
En su vida, a pesar de todo, se nos presenta sencillo y humilde preparando el camino de Jesús. Después le pasa a Él sus discípulos y su vida muriendo, mártir poco después de bautizar a Jesús en el Jordán.
Les invito a leer el prefacio que nos da un bello resumen de su vida.
San Pablo, por su parte, en los Hechos de los apóstoles, nos presenta a Juan “predicando en el desierto un bautismo de conversión” y añade:
“Cuando estaba para acabar su vida, decía: Yo no soy quien pensáis; viene uno detrás de mí a quien no merezco desatarle las sandalias”.
Cuídate (28 de junio)
Siempre me llamó la atención que personas muy allegadas me dijeran al despedirse, “¡cuídate!”. Pensaba para mí: “¿es que nadie me va a cuidar?”.
Por suerte Jesús no le dijo a la Iglesia: “¡cuídate!” sino que les puso buenos cuidadores:
Pedro, la roca; Pablo el gran apóstol y Francisco, el Papa 266.
Empecemos por el prefacio del día que, como siempre, debemos profundizar:
“En los apóstoles Pedro y Pablo has querido dar a tu Iglesia un motivo de alegría: Pedro fue el primero en confesar la fe, Pablo el maestro insigne que la interpretó.
Aquél fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel, éste, la extendió a todas las gentes. De esta forma, Señor, por caminos diversos, los dos congregaron la única Iglesia de Cristo, y a los dos, coronados por el martirio, celebra hoy tu pueblo con una misma veneración”.
Las lecturas del día son así.
* Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago. Como los judíos estaban felices, quiso hacer lo mismo con Pedro y lo encarceló.
Detalle importante: “La Iglesia oraba insistentemente a Dios por él”.
A veces no pensamos en el valor de la oración comunitaria.
El ángel del Señor liberó milagrosamente a Pedro.
* Pablo sabe que pronto irá al martirio. Pero está feliz:
“He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida con la que el Señor, Juez justo, me premiará en aquel día”.
Está seguro de la salvación. Pero además nos anima a todos diciendo que esa misma recompensa “me la dará no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a su venida”.
* El domingo pasado nos lo contaba Lucas y hoy lo hace Mateo:
El Padre Dios ilumina a Pedro y éste hace la gran confesión de fe: “Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo”.
Nadie lo sabía. El Padre comenzó a hacer luz sobre su Hijo.
Jesús lo felicita y lo nombra su representante: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”.
Por una providencia especial, hasta físicamente el templo más representativo de la Iglesia está construido sobre el sepulcro de Pedro.
A Francisco lo felicitamos. Hoy es el sucesor de Pedro. Tenemos que serle fieles.
Recemos mucho por él. No pensemos que todos van a seguir alabándolo, como al principio. Más o menos pronto vendrá la persecución de este nuevo pontífice.
Satanás no puede estar contento con Cristo ni con los suyos.
Cuando el Papa Francisco nos siga exigiendo se verá quiénes son los auténticos católicos.
En este mundo frívolo en que vivimos nuestra fe tiene que ser valiente. Fieles a Jesús, fieles al Papa, fieles a Pedro y Pablo.
Como dije, siempre me pareció feo que me digan: “cuídate”.
En un mundo tan difícil, que cada uno cuide su fe. ¡Jesús no le faltará! Y ayudémonos unos a otros.
Libres para amar. (Domingo XIII, 30 de junio)
* Siempre me llamó la atención que Eliseo fuera arando su tierra con doce yuntas en fila. Y él mismo iba con la última… ¡tenía platita!
Elías lo escoge profeta de Dios y sucesor suyo.
Eliseo sacrificó la yunta, la comió con su gente, dejó todo y se fue.
Él será profeta milagroso.
¡Eliseo se liberó de todo para seguir a Dios!
* Pablo nos dice: “Sean esclavos unos de otros por amor”.
Sólo el Espíritu Santo puede hacernos amar hasta ese extremo. Hacernos esclavos por amor, nos hace libres como lo fue Pablo y fue el mismo Jesús “quien nos liberó para vivir en libertad”. Sólo los libres aman… hasta el extremo.
* Lucas nos habla de las exigencias del Reino.
Te invito a leerlas. Más que la exigencia concreta medita en la profundidad del mensaje:
El que se nos entregó del todo, sabe que sólo seremos felices si se lo damos todo a Él.
Seguir a Jesús de verdad es compromiso de por vida.
¿Serás capaz? ¿Seremos capaces?
El secreto está en descubrir al Señor y ser:
¡¡Libres para seguir a Jesús!!, ¡¡libres para amar!!
José Ignacio Alemany Grau, obispo