Un buen día los apóstoles dijeron a Jesús: «Auméntanos la fe».
La respuesta del
Señor no fue lo que esperaban los suyos, sino más bien les hace ver que en
realidad no tienen fe y, por lo tanto, no es fácil aumentársela.
He aquí la
respuesta de su Maestro:
«Si tuvierais fe
como un granito de mostaza, diríais a esa morera: “arráncate de raíz y plántate
en el mar”, y la morera os obedecería».
Para convivir
necesitamos fe. Por un lado, está la fe humana que es creer a otras personas
que son como nosotros; y, por otro lado, tenemos la fe divina que consiste en creer
en Dios y en sus promesas y «someterse libremente a la Palabra escuchada porque
su verdad está garantizada por Dios que es la verdad misma».
Como un ejemplo de la verdadera fe el Catecismo Católico nos presenta a «la Virgen María que es la realización más perfecta de la fe».
- Habacuc
El profeta Habacuc,
por su parte, se queja ante Dios por las dificultades y horrores y hasta la
violencia que hay en el ambiente.
La conclusión que
saca este profeta la tenemos al final del texto:
«El injusto tiene
el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe».
Estas palabras coinciden con la gran enseñanza de Jesús a sus discípulos.
- Salmo 94
Nos invita a
escuchar la voz del Señor de no endurecer el corazón, de ahí que termine
pidiéndonos:
«Ojalá escuchéis hoy su voz: no endurezcáis el corazón como en Meribá… cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras».
- San Pablo
En su carta a
Timoteo San Pablo le insta, una vez más, a mantener la fe que ha recibido del
apóstol, y le dice: «No te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor y
de mí, su prisionero».
También pide a su
discípulo: «Toma parte en los distintos trabajos del Evangelio» y además
le pide que: «Ten delante la misión que yo te di con mis palabras sensatas y
vive de la fe y amor en Cristo Jesús».
Después de darle
estas recomendaciones, el apóstol le dice a Timoteo: «Guarda este precioso
depósito con la ayuda del Espíritu Santo».
Un consejo muy importante para que nosotros valoremos y enseñemos la verdad del Evangelio, como lo hizo Pablo durante toda su vida.
- Verso aleluyático
El verso
aleluyático, con las palabras del apóstol San Pedro, refuerza la enseñanza de
este domingo:
«La Palabra del Señor permanece para siempre y esta Palabra es el Evangelio que os anunciamos».
- Evangelio
Cuando los
discípulos piden a Jesús que aumente su fe, el Señor les da una clara respuesta
de fe y humildad, tal como señalamos al principio de esta reflexión.
Además, Él enseña
con la actitud del dueño de casa que cuando llega del campo no le dice a su
criado que cene primero, sino que, por el contrario, resaltando la importancia
del dueño, le dice: «Prepárame de cenar, cíñete y sírveme mientras como y
bebo; y, después, comerás y beberás tú».
Después de esto el
Evangelio concluye diciendo que no se trata de esperar una recompensa o
agradecimiento, sino que con sincera humildad el criado debe decir:
«Somos unos pobres
siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer».
José Ignacio
Alemany Grau, obispo Redentorista