25 de mayo de 2019

JESÚS NOS HABLA DE LA TRINIDAD


JESÚS NOS HABLA DE LA TRINIDAD


Hoy nos dirá Jesús que el Espíritu Santo nos lleva a la plenitud de la verdad.
Nuestra sociedad rechaza la verdad y prefiere atenerse a ese “relativismo” sin sentido, según el cual no hay ningún absoluto ni personal ni comunitario.
El peligro es grande y nos lleva a terribles injusticias como vemos muchas veces en la práctica.
Pero el hombre ha sido creado por Dios y para Dios.
Esta es nuestra grandeza, por la cual nos debemos el máximo respeto los unos a los otros.
En este domingo nos hablará Jesús de la Trinidad Santa cuya manifestación podemos resumirla de esta forma:
El Padre nos envía al Hijo, que es la verdad, y el Espíritu Santo nos lleva a la verdad que es el Hijo.
De esta manera entramos también nosotros en el misterio trinitario y con ello en el gozo eterno.
  • Hechos de los Apóstoles
Se armó un lío entre los que creían en Jesús y los que se habían convertido a medias, según los cuales había que seguir con las leyes del Antiguo Testamento junto a las normas del Evangelio.
La solución fue hermosa y debemos aprenderla también en nuestros días.
Oraron largamente y pidieron la intervención del Espíritu Santo, que es lo fundamental en todo problema y más cuando se trata de la fe.
Después de orar los apóstoles enviaron una comisión de discípulo de confianza a Antioquía para llevar una respuesta – mensaje.
¡Qué bien suena: “Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros”!
Cuántas peleas hay entre nosotros y qué pocas veces las solucionamos orando, para poder terminar diciendo también: nos ha parecido al Espíritu Santo y a nosotros.
Cuántas veces los cristianos somos más políticos que hombres de fe y por eso los problemas se agrandan y la caridad se rompe.
Les invito a profundizar estas palabras escritas últimamente por el Papa Benedicto XVI:
“De hecho hoy la Iglesia es vista ampliamente solo como una especie de aparato político. Se habla de ella casi exclusivamente en categorías políticas y esto se aplica incluso a obispos que formulan su concepción de la Iglesia del mañana casi exclusivamente en términos políticos. 
La crisis causada por los muchos casos de abusos de clérigos, nos hacen mirar a la Iglesia como algo casi inaceptable que tenemos que tomar en nuestras manos y rediseñar. Pero una Iglesia que se hace a sí misma, no puede constituir esperanza”.
Esto es muy serio sobre todo porque no faltan católicos que hablan de hacer una “Iglesia nueva”, olvidando que solo movidos por el amor del Espíritu Santo podremos renovar la Iglesia fundada por Jesucristo.
  • Apocalipsis
Con su gran imaginación y creatividad el apóstol Juan nos presenta, al final del libro, a Jesús como una luz de la que habló Él mismo: “Yo soy la luz del mundo”.
Estas son las palabras: “La ciudad no necesita sol ni luna que la alumbre porque la gloria de Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero”.
También dice que “esta ciudad no tiene santuario porque su Santuario es el Señor Dios todopoderoso y el Cordero”.
Tema para meditar: Jesús Cordero es el Santuario y la luz en la Jerusalén celestial.
  • Evangelio
En  el Evangelio Jesús nos revela el misterio de la Santísima Trinidad y la relación entre las tres Personas.  Con esto nos invita a una meditación profunda para que descubramos la grandeza de nuestra fe, por una parte, y por otra, no nos quedemos en simples teorías hablando de la Trinidad Santa sino que ella sea la Vida de nuestra vida.
Veamos algunas claves para nuestra meditación:
+ El amor verdadero en el discípulo le lleva a guardar la Palabra.
Esta Palabra, el Verbo, es la segunda Persona de la Santísima Trinidad y lo maravilloso es que el amor a la Palabra nos trae el amor del Padre.
El amor del Padre y de la Palabra es el Espíritu Santo y el gran regalo de la Santísima Trinidad es que las tres divinas Personas “moran”, es decir, permanecen en el corazón del discípulo.
Acoger al Verbo es acoger al Padre y con Él al Espíritu Santo.
+ También nos dice hoy Jesucristo que el Espíritu Santo, a quien llama nuestro “Defensor”, será quien nos enseñe todo lo que nos ha dicho Jesús.
+ Finalmente, Jesús nos ofrece la paz, que no es la paz de este mundo engañoso, sino la paz verdadera que brota de la seguridad de ser amados de Dios y tenemos asegurada una eternidad feliz.
Amigo, procura pedir al Espíritu Santo que te lleve de verdad, y no solo en teoría y palabras vacías, a conocer y vivir el misterio de la Santísima Trinidad.

José Ignacio Alemany Grau

18 de mayo de 2019

LA NOVEDAD DE UN VIEJO MANDAMIENTO


LA NOVEDAD DE UN VIEJO MANDAMIENTO

El amor de Jesús rompe todos los moldes del amor.
Nos puede parecer que presentar como mandamiento original y propio el amarse unos a otros es poco menos que una necedad porque, en efecto, ¿quién no ha estrenado el amor en su vida?
Pero hay amor y amor.
Hoy la liturgia nos habla del amor que distingue a los seguidores de Jesús.
Más.
Él nos dirá que este es su mandamiento nuevo y que hace nuevas las cosas.
Reflexionemos con la ayuda de Dios.
  • Hechos de los apóstoles
Nos habla del apostolado de Pablo y Bernabé.
Fue el fruto de un amor sacrificado que busca el mayor bien para los otros, el mayor regalo: la salvación.
Y esto no precisamente a sus paisanos, los judíos, sino a los paganos ya que el rechazar los judíos a Jesús y su Evangelio hizo que los apóstoles se dedicaran a evangelizar a los gentiles.
Será bueno que reflexionemos sobre la última enseñanza del párrafo de hoy:
Cuando “regresaron, reunieron a la Iglesia, les contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo habían abierto a los gentiles la puerta de la fe”.
Eso es amor:
Gozarse compartiendo la fe y querer que todos puedan glorificar a Dios con el apostolado realizado.
Nosotros qué poco compartimos las cosas de Dios y cuántas veces, incluso en vez de gozarnos con el apostolado de otros, tenemos una envidia poco disimulada.
  • Salmo 144
El salmista se goza compartiendo las bendiciones del Señor a los hombres y glorificándolo porque Él es el que da el fruto al apostolado.
Eso le hace repetir:
“Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi Rey”.
¡Es un gozo dedicar la vida a glorificar a Dios entre los hombres!
  • Apocalipsis
Canta la grandeza insuperable del amor entre el Creador y la criatura comparándolo con el amor matrimonial.
“Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo”.
No olvidemos la gran lección de este domingo.
Solo el amor hace nuevas todas las cosas: “Todo lo hago nuevo”.
Nosotros buscamos la novedad en todo y eso nos inquieta y compromete pero solo tendremos éxito en la medida en que lleguemos a descubrir el amor más grande, el de Dios y entonces nos haremos felices unos a otros porque habremos aprendido lo que es amarnos de verdad.
  • Aleluya
Es un gozo y glorificamos a Dios porque hemos conocido el mandamiento nuevo que nos enseñó Jesús para que seamos felices.
  • Evangelio
Nos habla de la despedida de Jesús.
A su corazón le cuesta separarse de los apóstoles y les comparte el amor desde dos puntos de vista:
El amor del Padre para con Jesús al que glorifica por ser su predilecto y el amor que quiere que distinga a los suyos:
“Os doy un mandamiento nuevo, que os améis unos a otros como yo os he amado”.
Esto no es fácil porque Jesús ha dado la vida que es el máximo amor.
¡Qué lejos estamos de amar así!
Posiblemente ni siquiera hemos llegado al amor que pide el Antiguo Testamento:
“Amar al prójimo como a nosotros mismos”.
En la práctica el primero soy siempre yo pero hoy Jesús nos pide mucho más que el amor bíblico del Antiguo Testamento: amar como Él.
Este mandato es grave porque de este amor depende el fruto del apostolado.
“En esto conocerán que son mis discípulos si os amáis unos a otros como yo os he amado”.
La gente no cree en la Iglesia porque no ve ese amor entre nosotros.
Todo el apostolado fracasará si no testifica que nos amamos como nos enseñó el Maestro.
El amor del Evangelio está por estrenar en la mayor parte de los cristianos.
Dios hará nuevas todas las cosas, un mundo nuevo de verdad, el día en que nos amemos como Él nos ha amado.

José Ignacio Alemany Grau

11 de mayo de 2019

EL PASTOR QUE ES CORDERO

EL PASTOR QUE ES CORDERO

El pastor y las ovejas es una imagen poética que Jesús conoce desde pequeño y que la gente sencilla conoce también: el servicio del pastor es sacrificado.
Y precisamente esto es lo que da seguridad a las ovejas.
El sentido de todo esto es que mientras permanezcamos con el Pastor estaremos seguros de nuestra salvación.
Seguridad temporal que será eterna si somos fieles porque Dios siempre es fiel y Jesucristo es Dios.
  •  Hechos de los apóstoles
Podemos decir que aquí Pablo se nos presenta como el buen pastor que busca a sus ovejas necesitadas y abiertas al Evangelio.
Como los judíos no quieren recibir ni al Buen Pastor ni su Evangelio, Pablo decide dedicar su apostolado directamente a los gentiles, “cuando los gentiles oyeron esto se alegraron y alababan la Palabra del Señor; y los que estaban destinados a la vida eterna creyeron”.
De esta manera Pablo y Bernabé a pesar de los sufrimientos y desprecios de los judíos siguieron evangelizando, dejando a los discípulos llenos de alegría y del Espíritu Santo.
Es el fruto que debe buscar todo evangelizador en la Iglesia.
  • Salmo 99
Podemos aplicarlo a la Iglesia de Jesús:
“Somos su pueblo y ovejas de su rebaño”.
Esta comparación la repetirá Jesús de distintas maneras.
  • Apocalipsis
San Juan nos presenta a la Iglesia triunfante en la que se encuentra “una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero”.
Según el apóstol toda esa multitud viene de la Iglesia militante (la que militaba en la tierra) que “han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero”.
Podemos decir que este es el triunfo del “Cordero degollado y puesto en pie”. El triunfo de Jesús.
  • Verso aleluyático
Comienza con las palabras “yo soy” con las cuales Jesús se da a sí mismo el nombre de Dios, como lo hizo varias veces durante su vida en este mundo.
Después nos invita a pensar en dos puntos de vista:
+ “Conozco a mis ovejas”.
De esto no podemos dudar.
+ Añade después: “las mías me conocen”.
Tampoco podemos dudar de esta realidad pero debemos preguntarnos si soy suyo y si  conozco de verdad a Jesucristo.
  • Evangelio
Es muy breve pero si lo meditamos con profundidad nos encontraremos con una serie de interrogantes importantísimos para nuestra salvación.
+ “Mis ovejas escuchan mi voz”.
Cada uno debemos responder si verdad escuchamos al Maestro o preferimos las multitud de “voces” de este mundo.
+ “Yo las conozco”.
Eso sí es cierto. Jesús nos conoce a cada uno personalmente.
+ “Ellas me siguen”.
El Evangelio es el camino. Conociéndolo y viviéndolo seguiremos de verdad a Jesús.
+ “Yo les doy vida eterna”.
Jesús mismo había dicho: “el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día”.
+ “Nadie me las quitará”.
Él no nos suelta. Pero nosotros sí podemos dejarlo como la oveja perdida.
+ “Mi Padre que me las dio”.
El Padre confió al Hijo la humanidad. Él nos redimió y rescató.
Termina Jesús diciendo:
“El Padre y yo somos uno”.
Con esto Jesús afirma una vez más su divinidad reconociendo que es uno con el Padre y el amor entre ambos es el Espíritu Santo: Un Dios en tres personas.
Nunca abandonemos al Buen Pastor y tendremos asegurado el alimento para el tiempo y la eternidad.

José Ignacio Alemany Grau

4 de mayo de 2019


NOS FAVORECE OBEDECER A DIOS

Muchos de nuestra sociedad han marginado a Dios y sus mandamientos.
Y lamentablemente vemos el fruto que estamos recogiendo entre todos. No hace falta numerarlos pero los continuos asaltos, violaciones, feminicidios, etc., son simplemente el fruto de haber rechazado los diez mandamientos.
  • Hechos de los apóstoles
Nos cuentan hoy cómo el sumo sacerdote interrogó a los apóstoles diciendo:
“¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ese?”
Pedro, un simple pescador, debió maravillarles con su respuesta:
“Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”.
Después de haber soportado los ultrajes, los apóstoles salieron contentos y siguieron predicando en nombre de Jesús.
Una gran lección para todos los pueblos y para hoy más que nunca.
Tenemos que obedecer a Dios antes que a los caprichos humanos, si no, nunca encontraremos la felicidad y la paz.
  • Salmo 29
Con el salmo repetimos:
“Te ensalzaré, Señor, porque me has librado”.
Un salmo que todos nosotros debemos repetir porque la verdad es que Dios nos ha librado:
A los apóstoles frente al Sanedrín.
A Jesús lo libró resucitándolo.
Y a nosotros mismos con el bautismo, Dios nos ha regalado la verdadera libertad.
Recordemos, como dice la Escritura, que “donde está el Espíritu del Señor está la libertad” y no permitamos que nadie nos la quite.
En la verdadera libertad consiste la dignidad de todo ser humano.
  • Apocalipsis
Sabemos que el Apocalipsis ensalza a Jesucristo bajo distintas imágenes y nombres.
Hoy leemos “digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza”.
Sabemos muy bien que el “Cordero degollado y puesto en pie” es Jesucristo y bajo esta imagen se encubre a Jesús, verdadero Cordero de Dios muerto y resucitado.
Unámonos también nosotros, sobre todo cuando participamos de la Eucaristía, a estas alabanzas del Apocalipsis que la Iglesia llama la liturgia del cielo.
  • Verso aleluyático
Este versículo reconoce a Jesús como Dios creador y al mismo tiempo verdadero hombre que se compadeció del género humano devolviéndonos la gracia perdida por el pecado.
Aprovechemos este tiempo pascual para repetir con la liturgia muchas veces, esta palabra “aleluya” que, además de ser una alabanza al Señor, constituye el gozo de la Iglesia en la Pascua.
  • Evangelio
Entresaquemos unos pensamientos para meditarlos.
Se trata de una aparición de Jesús a los discípulos junto al lago de Tiberiades.
Estos pasaron la noche entera queriendo pescar y no consiguieron nada.
Desde la orilla un hombre les gritó:
“Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis”.
La pesca fue fabulosa.
En ese momento Juan dice a Pedro:
“¡Es el Señor!”
Seguramente que el evangelista Juan, de corazón limpio y amigo predilecto de Jesús, intuyó antes que ninguno la presencia del Señor.
A continuación desayunaron con Jesucristo y otra vez se encontraron juntos con el Maestro, como si fuera la tarde del jueves santo y con Él pudieron comer un pescado puesto por Jesús encima de las brasas y pan, servidos por el mismo Jesús.
La última parte del Evangelio nos recuerda el momento importante en que Jesús pregunta a Pedro si lo quiere y esto por tres veces.
Jesús quizá pretendía purificar a su apóstol y darle a conocer que no por su triple traición le había quitado el primado, sino que más bien se lo confirmaba también por tres veces, bajo esta comparación:
“Apacienta mis corderos… apacienta mis ovejas”.
Jesús termina profetizándole a Pedro, aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios:
“… Cuando seas viejo extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará donde no quieras”.
Finalmente, Jesús  desde que entró en el mundo diciendo “he aquí que vengo a hacer, oh Dios, tu voluntad” hasta que murió en la cruz para salvarnos, ha sido el mejor modelo de obediencia a Dios.

José Ignacio Alemany Grau