9 de junio de 2018

AL ESCONDITE CON DIOS

AL ESCONDITE CON DIOS
En este domingo décimo del tiempo ordinario, les invito a romper los esquemas de siempre y a compartir unos pensamientos sueltos, tomados de las lecturas propias del día que sin duda nos ayudarán a todos.
  •  Al escondite con Dios
Nos cuenta la Escritura que Dios, al atardecer, se paseaba en el paraíso como un amigo con Adán y Eva.
Un buen día viene Dios a conversar con Adán. Dios tiene que llamarlo, preguntando:

  • “¿Dónde estás?”
La respuesta de Adán es la del pecador que se esconde avergonzado:
“Oí tu ruido en el jardín y me dio miedo porque estaba desnudo”.
Así es, amigos, el pecado nos hace huir de Dios y no solo de Dios, sino también de nuestros seres queridos, sobre todo de los más íntimos.
Pero la bondad de Dios va más allá y siempre irá más allá de nuestro pecado.
El mismo jardín que oyó la respuesta avergonzada del pecador fue testigo de las palabras que prometían la salvación en una mujer que, en su descendencia, aplastaría la cabeza de la serpiente.
El pecado había herido al hombre y la misericordia lo tomaba en sus manos.
  •  Lo que no se ve es eterno
Aunque parezca raro, nosotros, que nos sentimos arrastrados por lo que se ve hasta la entrega total incluso, a veces, del alma, oímos hoy a San Pablo que nos dice:
“Lo que se ve es pasajero. Lo que no se ve es eterno”.
¿Cuándo aprenderemos esto?
Parece que toda nuestra naturaleza está en contra de los valores del espíritu que son los únicos que, trascendiendo el tiempo, nos regalan la eternidad.
  •   La fuente de la misericordia
Anteayer recordábamos al Corazón de Jesús como fuente de misericordia.
El salmo de hoy (129) nos advierte:
“Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa”.
Amigo, espera en el Señor, espera en su Palabra. Dios llega siempre, como el sol, cada día que amanece.
  •         Atraeré a todos
Jesús, el rechazado, incluso el tratado como un “maldito”, nos dijo y lo ha cumplido:
“Cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí”.
  •         La familia de Jesús
San Marcos nos presenta a la familia de Jesús que llega para llevárselo diciendo que no estaba “en sus cabales”.
Jesús terminará explicándonos que su decisión al venir a este mundo es ampliar su familia de un extremo al otro de la tierra.
Su familia se tiene que distinguir por una “manía”. La misma que Él tuvo cuando llegó a este mundo y dijo a su Padre:
“He aquí que vengo a hacer tu voluntad”.
También dijo: “Mi alimento es hacer la voluntad del Padre”.
Hoy nos dice a todos:
“El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre”.
Fíjate bien en qué sentido tan profundo tú puedes llegar a ser “la madre” (por la ternura y cercanía) de Jesús, cumpliendo simplemente lo que rezas tantas veces en el padrenuestro: “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”.
  •  Belzebú
Era un Dios pagano.
Para los hebreos era el nombre que daban al príncipe de los demonios.
  • Pecado contra el Espíritu Santo
Algunos se extrañan que Jesús diga que no tienen perdón los pecados contra el Espíritu Santo.
Esto no quiere decir que tenga ningún recorte la misericordia de Dios. Todo el que se arrepiente, será perdonado, porque la misericordia es infinita.
Lo que se entiende por “pecado contra el Espíritu Santo” propiamente es la actitud del pecador que niega el pecado y niega querer arrepentirse rechazando la misericordia.
No es que Dios no perdone, sino que el pecador rechaza la misericordia y se niega a arrepentirse gozándose en el pecado mismo. Porque si Jesucristo vino al mundo, fue precisamente para perdonar a todos, con tal que acepten su perdón y misericordia.
Procuremos pedir a Dios muy sinceramente por esta sociedad que está metida precisamente en esta rebeldía contra Dios, blasfemando directamente contra Él y contra el Espíritu Santo y no solo con palabras sino también con acciones de auténtica rebeldía contra Dios.

José Ignacio Alemany Grau.