29 de diciembre de 2018


LA SAGRADA FAMILIA

En este último domingo del año, la Iglesia celebra la Sagrada Familia de Nazaret.
En un momento tan difícil para la humanidad comencemos pidiendo con ella a nuestro Padre de la gran Familia Trinitaria que ya que ha propuesto a la Sagrada Familia como modelo de toda la Iglesia, nos cuide y proteja y nos ayude a imitarla.
Amigos, no dejen de rezar a la Familia de Nazaret por su propia familia.
  • Eclesiástico
Se trata de un cántico de la felicidad a la familia.
Es muy bello lo que pide, tanto al padre como a la madre, por parte de los hijos.
Comienza así:
“Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole”.
Después hace promesas y peticiones a los hijos para que, honrando a los que les dieron la vida, sean ellos mismos bendecidos por el Señor.
Qué importante. Ahora los hijos se revelan, no quieren obedecer.
Tampoco se preocupan por la salud de sus padres. Podemos hacer una pregunta:
¿En esas casas donde los hijos viven según sus propios caprichos y prescinden o marginan a sus padres, hay auténtica felicidad?
¿Nuestra sociedad es feliz porque sabe que, en medio de la lucha de la vida, siempre pueden contar con un “rinconcito” donde encontrar comprensión cercanía y cariño?
  • Salmo 121
Se trata de un salmo que canta la felicidad de una familia que vive según los mandamientos del Señor.
Primero nos describe el comedor familiar de una casa donde se trabaja honradamente y se vive en paz, para aclarar finalmente que ese modo de vida atrae la bendición de Dios.
Amigos, vivan el verdadero temor de Dios (que no tiene nada que ver con el miedo a Dios) y tendrán las bendiciones de este salmo.
  • San Pablo
Da a los colosenses una serie de consejos para vivirlos, sobre todo, en la familia:
+ Quererse y arroparse con misericordia, humildad, dulzura y comprensión.
¡Qué bien sabía Pablo que la mayoría de los hogares están faltos de ternura!
+ Vivamos el perdón en la casa.
Se trata de esa palabra que el Papa Francisco nos repite siempre. Perdonarse mutuamente es más efectivo que echarse las culpas uno a otro.
+ Algo muy especial:
Por encima de todo esto el amor que es lo que mantiene la unidad más perfecta.
+ Después nos pide ser agradecidos, cantar juntos al Señor y “todo lo que realicen, de palabra u obra, sea en nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de Él”.
Termina el párrafo con un consejo muy concreto que, si se cumple en la familia, le dará la verdadera felicidad. Te recomiendo que lo leas.
  •  Salmo aleluyático
Nos recuerda las palabras de la carta a los hebreos para que entendamos que la plenitud de la revelación, Dios nos la dio a conocer por medio de Cristo Jesús:
“Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón. La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza”.
  • Evangelio
Nos presenta una familia piadosa que va a cumplir cada año la prescripción de peregrinar al templo de Jerusalén.
Ese año, para que Jesús se acostumbrara, lo llevan sus padres al templo aunque, teniendo doce años, le faltaba uno para que le obligase el precepto de peregrinar.
Es entonces cuando el pequeño, a la hora de regresar,  se queda en el templo y manifiesta una inteligencia muy especial ante los doctores de la ley.
Para José y María aquella pérdida de tres días fue un tormento que les debió hacer sufrir mucho, sobre todo cuando oyeron decir a su Hijo:
“¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que debía estar en la casa de mi Padre?”
Lo que pensó José no lo sabemos, pero siendo tan humilde recordaría una vez más el origen divino del que todos llamaban “su Hijo” y la virginidad de María que tanto le costó a él hasta que el ángel le explicó todo.
En cuanto a María, sabemos que ella aprovechó esta circunstancia para aumentar el caudal de su meditación:
“Guardaba todo esto en su corazón”.
Benditas las familias que sufren, callan, superan y se santifican en el amor humano y divino.

José Ignacio Alemany Grau

22 de diciembre de 2018

AQUÍ ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD


AQUÍ ESTOY PARA HACER TU VOLUNTAD

Hemos llegado al cuarto domingo de Adviento.
La liturgia nos ha ido llevando por las distintas “venidas” del Redentor, hasta este día en que nos presenta a María con Jesús en sus entrañas y yendo a cumplir una de las obras de misericordia que es el servicio al prójimo, en el caso, la visita a Isabel llevando en su seno a Jesús y con Él la bendición al precursor que también está en el seno materno de Isabel.
A partir del 17 hemos ido, a grandes pasos, preparándonos para la fiesta de la Navidad de Jesús.
Veamos las lecturas que nos presenta en este día el ciclo C con nuestro compañero San Lucas.
  •  El profeta Miqueas
Las palabras de este profeta se han hecho famosas sobre todo porque ellas orientaron a los Magos en la búsqueda de Jesús, cuando llegaron a Jerusalén.
Pienso que muchas veces, las cosas que nos parecen más pequeñas y sobre todo las personas que nos parecen menos importantes, ante Dios son más importantes que las mismas autoridades o gente famosa.
En efecto, así dice Miqueas:
“Y tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti saldrá el jefe de Israel”.
Por otra parte, el mismo profeta nos presenta a éste que ha de venir, como “el pastor de Israel que pastorea con la fuerza del Señor y dará tranquilidad y paz a su pueblo”.
Sabemos que muchas veces en la historia de la humanidad los marginados y despreciados en nuestra sociedad han sido los salvadores del pueblo. No despreciemos a nadie. 
  • Carta a los hebreos
El autor nos presenta a Jesucristo con la actitud más humilde y profunda al mismo tiempo, cuando entró en este mundo diciendo a su Padre Dios:
“Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo…”
De esta manera Jesucristo, verdadero Dios con un cuerpo humano verdadero también, se puede presentar al Padre, como Salvador de la humanidad, con una actitud de entrega y generosidad que ni podemos imaginar:
“Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad”.
Esta enseñanza será la que Jesús nos transmite en la oración más importante que nos ha enseñado:
“Hágase tu voluntad”.
No olvidemos que la eficacia de la entrega de Jesús ha dependido de su voluntad y libertad absolutas.
Libertad que tenía como verdadero Dios y verdadero hombre.
El mérito nuestro estará siempre en tomar conciencia de esas palabras que rezamos tantas veces.
  • Verso aleluyático

Abunda en la misma idea al recordar las palabras de María:
“Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”.
  • Salmo responsorial 79
Este salmo nos hace recordar las palabras del profeta Miqueas.
En efecto, dice así:
“Pastor de Israel, escucha… Despierta tu poder y ven a salvarnos… que tu mano proteja a tu escogido, al hombre que tú fortaleciste”.
En este día tomemos la resolución que nos pide el mismo salmo:
“No nos alejaremos de ti: danos vida para que invoquemos tu nombre”.
Sabemos que las ovejas que están cerca del pastor se sienten más seguras. Imitémoslas.
  •  Evangelio 
Nos cuenta cómo el ángel después de anunciarle a María que va a ser Madre del Mesías, le hace saber que su anciana prima Isabel está encinta. Ella ve en esto una insinuación de Dios para que cumpla con ese deber de caridad de ayudar a la anciana prima en los momentos difíciles del parto.
En el relato llaman la atención las palabras de San Lucas que dice:
“María se puso en camino y fue a prisa a la montaña”.
No era correr. Era la prontitud de espíritu. Esta prontitud de María debemos tenerla nosotros también cuando sintamos que el Señor nos pide algo.
Leemos a continuación que Isabel al oír el saludo de María “se llenó del Espíritu Santo” y conociendo por revelación el misterio que llevaba en su vientre virginal exclamó a voz en grito:
“Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”.
Y añadió:
 “¿Quién soy yo para que me visite la Madre de mi Señor?”
María debió sentir que le quitaban un gran peso de encima pues su secreto a nadie lo había revelado ella. Fue cosa de Dios este descubrimiento de Isabel, lo mismo que será después la revelación del ángel a José.
El párrafo del evangelio del día termina felicitando Isabel a María por la fe que ha tenido creyendo el mensaje que el ángel de Dios le había revelado, cuando allí estaba Zacarías mudo por no creer.
Buena lección para nosotros: fiarnos de Dios siempre.
Que esta fe nos haga feliz la Navidad que se acerca.

José Ignacio Alemany Grau

15 de diciembre de 2018


EL SEÑOR GOZA CONTIGO

Fácilmente hablamos de nuestra alegría en el Señor y de que el Señor es nuestro gozo.
Hoy escucharemos al profeta Sofonías decirnos que, es precisamente Dios quien se goza en nosotros, si entendemos el mensaje del profeta referido, místicamente a cada uno de los que nos abrimos a su gracia divina.
De todas formas será bueno que en este día, con la liturgia, meditemos en la alegría que Dios puso en nosotros cuando nos regaló su gracia.
  • Sofonías
Profeta poco conocido, Sofonías nos trae una gran invitación. Se trata de un bellísimo párrafo lleno de optimismo por el cual el profeta promete la verdadera alegría y el triunfo al pueblo del Señor.
El motivo fundamental de este gozo es Dios mismo, del cual habla en estos bellísimos versículos:
“¡No temas! ¡Sión, no desfallezcas! El Señor tu Dios está en medio de ti, valiente y salvador; se alegra y goza contigo, te renueva con su amor; exulta y se alegra contigo como en día de fiesta”.
Los exegetas nos dicen que la Palabra exulta se puede entender como baila”.
Qué maravilloso es saber que lo que Dios dice en el Antiguo Testamento sobre Sión, la Iglesia se lo aplica a ella misma y a cada uno de los que viven teniendo conciencia de que llevan a Dios en su corazón.
  • Salmo responsorial
No es prpiamente un salmo sino que está tomado de Isaías.
Como estribillo repetiremos: “Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel”.
Es una hermosa invitación a confiar en el Señor. Les invito a meditarlo juntamente con la reflexión de Sofonías.
  • San Pablo
Nos pide orar en todo momento.
La fuente de la vida sobrenatural y en concreto de la oración, es la alegría. La oración brota del corazón que ama y el corazón que ama siente alegría.
Pero no se trata de cualquier alegría puramente externa, sino de la alegría del Espíritu. Aquella que vivía Jesús mismo y que San Lucas nos cuenta que el público percibió cuando el Señor  orando al Padre, “lleno de alegría en el Espíritu Santo exclamó…”.
Con esa alegría pide Pablo: “estad siempre alegres en el Señor”.
Pablo quiere que presentemos nuestras peticiones unidas a la acción de gracias.
Pedir, agradecer y confiar producen la paz que “llenará nuestros corazones y nuestra mente en Cristo Jesús”.
No olvides: ora, reza… con la alegría del Espíritu Santo y sentirás un gozo inefable.
  • Verso aleluyático
Recuerda siempre:
Desde al bautismo el Espíritu del Señor está sobre ti, para que vayas a anunciar el Evangelio a todos y en especial a los pobres.
Ten presente que desde el bautismo estás configurado con Jesús y como Él debes evangelizar:
“Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda la creación”.
  • Evangelio
Juan Bautista se ha tomado en serio su papel de precursor preparando los caminos del Señor y evangelizando.
Su vida de sacrificio y su celo ardiente atrae a las multitudes, y a todos los va orientando con sus consejos:
+ Compartir lo que uno no necesita: ropas, alimentos, etc.
De esta manera se adelanta a las obras de misericordia que enseñará Jesús.
+ A los recaudadores de impuestos:
Que no pidan más de lo estipulado por la ley.
+ A los militares:
Que no extorsionen a nadie y se contenten con el sueldo.
Así iba enseñando a todo el pueblo y “anunciando el Evangelio”.
Pastor celoso y humilde, Juan se presenta con sencillez haciendo resaltar la presencia de Jesús que viene con el fuego del Espíritu Santo.
Es Jesús quien bautiza y realiza la obra de la salvación. Nosotros todos, como Juan, somos servidores y preparamos sus caminos.
También tú.
No lo olvides.

José Ignacio Alemany Grau

8 de diciembre de 2018

TODOS VERÁN LA SALVACIÓN DE DIOS

TODOS VERÁN LA SALVACIÓN DE DIOS

Durante el Adviento la liturgia va a insistir continuamente en la palabra preparación.
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, implícitamente se está pidiendo que nos preparemos a un encuentro especial con el Señor.
Este encuentro con Dios siempre es a través de Jesús, con cualquier nombre que le demos: Mesías, Salvador, el que ha de venir, etc., en el Antiguo Testamento y en el Nuevo con el de Jesús o el Hijo del hombre, como Él mismo se llamó.
Veamos las lecturas de hoy que nos pedirán directa o indirectamente esta preparación.
  • Baruc
Nos describe el profeta la diferencia de un pueblo que camina. Es Israel:
Cuando va al destierro fue humillado y conducido por el enemigo, a una tierra desconocida.
Al regreso, en cambio, la descripción es maravillosa. Va conducido por un gran Amigo que es el mismo Dios y es el que va haciendo los grandes preparativos:
Unos preparativos son propios de la naturaleza que endereza los caminos, abaja los cerros… En el fondo es Dios quien los trae con gloria “como llevados en carroza real”.
Incluso ha mandado al boscaje y a los árboles aromáticos que hagan sombra al pueblo que transita.
Baruc termina el relato diciendo:
“Que Dios guiará a Israel con alegría a la luz de su gloria, con su justicia y su misericordia”.
En el fondo entendemos que si preparamos de verdad los caminos al Señor, será siempre Él mismo quien nos ayude y conduzca.
  •  Salmo 125
Es el himno de la alegría por el regreso a Jerusalén después del destierro. Es impresionante cómo el salmista se desborda de gozo en el Señor.
En este salmo aprendemos cómo Dios cambia nuestra suerte, por difícil que sea, porque su misericordia nos acoge siempre a todos con amor.
Meditemos el salmo durante este tiempo para pensar el fruto que debe dar en nosotros la esperada venida del Mesías en Navidad:
Les invito a fijarse de manera especial en estas palabras que definen la intervención de Dios:
“Al ir iba llorando, llevando la semilla, al volver vuelve cantando trayendo sus gavillas”.
  • San Pablo
De la carta de San Pablo a los Filipenses podemos entresacar hoy estos pensamientos:
+ Pablo reza por todos pero lo hace de una manera muy especial: “con gran alegría”.
Será también conveniente que muchos católicos aprendan a rezar por los demás con alegría y no con cara larga como hacen frecuentemente.
+ El motivo especial que mueve a Pablo para rezar por los demás es que son evangelizadores y sobre todo por los que lo acompañaron a evangelizar “desde el primer día hasta hoy”.
También esto es una lección para los que evangelizan: permanecer unidos rezando unos por otros.
+ A veces no sabemos qué pedir por los demás. Pablo nos enseña cuál es su oración:
“Que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y sensibilidad para apreciar los valores”.
  • Verso aleluyático
En este versículo la liturgia nos invita a preparar la fiesta del Señor que ya llega. Y la hemos de preparar primero en nuestra propia alma y después en los demás, comenzando por los más cercanos, sobre todo por la propia familia.
Preparemos juntos y con alegría la Navidad que se acerca.
Qué hermoso será que se realice entre nosotros lo que dice San Lucas:
“Todos verán la salvación de Dios”.
  • Evangelio
Fácilmente al leer este párrafo de San Lucas muchos sentirán la tentación de pasarse los nombres quienes, de una u otra forma, gobernaban Palestina.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el evangelista Lucas está cumpliendo la promesa que hace al principio de su Evangelio y de los Hechos de los apóstoles: investigar con mucho cuidado todos los datos que refiere. Es bueno tenerlos en cuenta.
Es entonces precisamente cuando “viene la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto”.
Es interesante recordar que Juan era solamente seis meses mayor que Jesús.
Con este Evangelio la liturgia nos presenta al Precursor, al que va a ir preparando al pueblo para recibir al Mesías. Será Él mismo quien en su tiempo lo señale a todos, para que vean cómo se han realizado las promesas del Señor.
Finalmente, importa mucho aprender qué es lo que predicaba el Bautista para que también anunciemos nosotros lo mismo:
“El bautismo de conversión para el perdón de los pecados”.
San Lucas termina citando a Isaías y presentado a Juan como una “voz que grita en el desierto: Preparad el camino del Señor”.
Esto es precisamente lo que quiere la Iglesia en este tiempo de Adviento.

José Ignacio Alemany Grau

1 de diciembre de 2018

JESÚS VINO, VIENE Y VENDRÁ



JESÚS VINO, VIENE Y VENDRÁ

Hoy empezamos el Adviento.
Con el nuevo año tendremos de compañero a San Lucas en el ciclo C.
La palabra Adviento etimológicamente nos habla de alguien que viene y la Iglesia se refiere a Jesús, Verbo eterno de Dios que se humilló hasta hacerse uno de tantos, aunque era superior a todos.
Él fue el único que pudo decir:
“Salí del Padre y vine al mundo, de nuevo dejo el mundo y voy al Padre”.
Él mismo también pudo añadir que vendrá de nuevo con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
La reflexión que nos presenta la liturgia en este primer domingo del Año Litúrgico, a través de las lecturas, es ésta:
  • Jeremías
Este es el anuncio profético de Jeremías:
“Llegan días, oráculo del Señor, en que cumpliré la promesa que hice a la casa de Israel y a la casa de Judá. En aquellos días y en aquella hora suscitaré a David un vástago legítimo que haga justicia y derecho en la tierra. En aquellos días se salvará Judá y en Jerusalén vivirán tranquilos”.
Esta esperanza que el profeta quiere infundir en los israelitas desterrados, la tradición la refiere al triunfo de Jesús que acabará con tanta injusticia al final de los tiempos.
  •  Salmo 24
El salmo nos presenta la bondad del Señor, único Dios verdadero y nos invita a levantar nuestro espíritu hacia Él:
“A ti, Señor, levanto mi alma”.
Fiados en la bondad del Señor caminamos por la senda que Él mismo nos traza.
En Él encontraremos siempre bondad y misericordia:
“El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, y enseña su camino a los humildes… Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos”.
Este es el consejo para caminar hacia el encuentro con el Señor que vendrá.
  • San Pablo
Nos habla de la vuelta del Señor Jesús y nos pide que caminemos con cordura “para que cuando Jesús nuestro Señor vuelva, acompañado de todos sus santos, os presentéis santos e irreprensibles ante Dios nuestro Padre”.
Importante tener en cuenta estos consejos que son los más prácticos porque nos piden vivir preparados para la segunda venida del Señor, porque es cierto que el Señor vendrá.
  • Verso aleluyático
Nos pide hacer esta petición a la bondad del Señor para que siempre y sobre todo cuando llegue el final de nuestra vida se compadezca de nosotros: “muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación”.
Así estaremos seguros de vivir para siempre con Él.
  • Evangelio
Con su género apocalíptico nos habla de la grandiosidad de la vuelta de Jesucristo. Toda esta grandeza será para confusión de los que rechazaron a Jesús como único Señor y para gozo de los fieles a los que invita el mismo Jesús a ser fuertes:
“Alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”.
Después de pedirnos que no nos dejemos llevar del vicio, termina pidiendo a todos:
“Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneros en pie ante el Hijo del hombre”.
Es decir, que nos mantengamos seguros y valientes ante el Señor cuando nos venga a juzgar.
Con la conciencia tranquila y en paz porque estamos seguros de que somos del Señor.
Mientras llega esta segunda y definitiva venida de Jesús, que será personal al final de la vida de cada uno y para todos al final de los tiempos, aprovechemos del Señor que viene cada día con su gracia, las enseñanzas del Evangelio y sobre todo los sacramentos.
Evidentemente que entre estos el más importante es la Eucaristía en que viene hasta nosotros, lleno de amor, el mismo que será nuestro juez.

José Ignacio Alemany Grau

24 de noviembre de 2018


JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO

El tiempo ordinario del Año litúrgico consta de treinta y cuatro semanas.
La última la dedica la Iglesia a Jesucristo Rey del universo, consciente de que todo el año lo ha dedicado a su Esposo, Rey y Señor. Recuerda que durante todos estos domingos los evangelistas, uno especialmente por año, nos han presentado la vida y enseñanzas de Jesús.
Este domingo XXXIV glorificaremos al Señor y Dios nuestro como único Señor y Rey de nuestra vida. Veamos los textos con que la liturgia glorifica hoy a Jesucristo.
  • La visión de Daniel
La Iglesia ve en esta visión una profecía del Mesías Rey que es Jesucristo.
Aunque velado y en género apocalíptico, difícil de comprender, se puede aplicar ciertamente a la Persona de Jesús, Hijo de Dios e Hijo de hombre, que vendrá al final de los tiempos como Él mismo profetizó en Mt 25.
Daniel lo presenta en el destierro de Babilonia para animar a los judíos desterrados, en medio de la peor persecución en tiempos de Antíoco IV Epifanes.
El título de “Hijo del hombre” Daniel lo refiere al pueblo de Israel que, a pesar de todo, se ha mantenido fiel a Dios y le promete la glorificación.
En la Biblia leeremos cómo Jesús se aplicó este nombre en diversas ocasiones sobre todo hablando de su pasión, muerte, resurrección y segunda venida al final de los tiempos.
La Iglesia ve en esta visión de Daniel el triunfo definitivo de Jesucristo.
  •  Salmo 33
Este salmo canta la realeza de Dios.
Es del Antiguo Testamento, pero podemos aplicarlo perfectamente a Jesucristo, porque además de ser Hijo del hombre, es decir, hombre, es Dios verdadero y reinará por siempre.
Este es un buen día para rezarlo entero pensando en esta fiesta del Señor:
“El Señor reina, vestido de majestad; el Señor vestido y ceñido de poder: así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre y tú eres eterno”.
Continuemos leyendo el salmo y veremos cómo la naturaleza entera glorifica al Señor.
  •  Apocalipsis
Este libro nos habla de la liturgia del cielo por la que todos debemos suspirar, adelantando, ya en la tierra, lo que haremos eternamente en la presencia de Dios.
Hoy leemos la grandeza de Jesús a quien llamamos “testigo fiel, primogénito de entre los muertos, príncipe de los reyes de la tierra”.
Hermosas definiciones que nos recuerdan la grandeza de Jesús muerto pero, al mismo tiempo, el primero de los resucitados.
Por otra parte, Él está por delante de los príncipes de la tierra.
Quizá lo que más debe colmar nuestra alegría es leer que Jesús nos ama y ha dado la vida para salvarnos.
De esta manera nos ha hecho agradables a Dios.
Piensa, amigo, que tú, en tu pobreza y pequeñez, eres rey y sacerdote para Dios Padre.
Es lo que decimos cuando afirmamos que el bautismo nos ha configurado con Cristo sacerdote, profeta y rey, para que podamos glorificar a Dios Padre.
Repitamos hoy con el apóstol Juan:
“A Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos”.
Y terminamos adorando la grandeza de Jesús que se encierra en estas palabras:
“Yo soy el Alfa y la Omega (primera y última letra del alfabeto griego) el que es, el que era y ha de venir: el Todopoderoso”.
  • Evangelio
Contemplar a un hombre maltratado con su cuerpo sangrando por todas partes debido a los azotes, con un trapo rojo como túnica y una corona de espinas en la cabeza en plan de burla, debió impresionar a Pilato.
En ese momento, ¿con admiración, burla, ironía o lástima?, no lo sabemos, el presidente recordó que Jesús había sido condenado por llamarse rey y le preguntó directamente:
“¿Eres tú el rey de los judíos?”
Jesús, que sabe que la burla y los golpes no quitan la dignidad que uno tiene, le contestó:
“Mi Reino no es de este mundo”.
En otro momento ya le oímos decir: El “reino de Dios está dentro de ustedes”.
Y nosotros ahora, al terminar el año litúrgico, en el que hemos meditado las enseñanzas, milagros y la vida de Jesús, decimos con fe:
Sí, Jesucristo, yo creo que tú eres el Rey del universo y sé que un día volverás a asumir públicamente tu poder como único Señor.
Sabemos que, ciertamente, llegará el momento de tu reinado sobre toda la creación de la cual tú mismo eres Creador con el Padre y el Espíritu Santo.

José Ignacio Alemany Grau

17 de noviembre de 2018

Y JESÚS VOLVERÁ

Todos conocemos las ideologías que se están levantando para llenar de confusión la humanidad.
Muchos andan hoy desorientados preguntando, o quizá ya ni preguntan:
¿Dónde está la verdad?
¿Con quién vamos?
Se acerca el final del año litúrgico y la Iglesia nos invita a meditar las postrimerías; es decir, en lo que vamos a encontrarnos todos, cuando acabe el tiempo de cada uno de nosotros en el mundo.
  • Daniel
Profetiza la llegada de tiempos muy difíciles.

Esto, que ha pasado muchas veces en la historia de la humanidad, está sucediendo ahora de una manera especial.
El enviado de Dios para salvar su pueblo, es decir, a los suyos, será el arcángel “Miguel el gran príncipe que se ocupa de los hijos de tu pueblo”.
Daniel nos habla de una resurrección real “del polvo”:
Unos para la vida eterna y otros para el castigo que concreta así, “para vergüenza e ignominia eterna”.
Esto es fuerte y claro.
Evidentemente que Daniel nos lleva a pensar en el juicio del que habla Jesús en Mt 25.
¿Qué consejos y recompensa prepara Dios?
Para los “sabios y los que enseñaron la justicia brillarán como el sol y las estrellas en el cielo”.
Será prudente concluir:
Me conviene desde ahora ponerme a investigar y transmitir la Sabiduría que viene de la Palabra de Dios.
  • Salmo 15
Ante la realidad que sobrevendrá a cada uno de nosotros, el Señor mismo por medio de este salmo, nos invita a la oración, echándonos en sus manos misericordiosas:
“Protégeme Dios mío que me refugio en ti”.
Reza con devoción estos versículos maravillosos que te invitan a poner toda tu confianza en el Señor que ha querido ser tu tesoro, “tu herencia” y te llenará de alegría:
“Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha”.
Te repito que se trata de un salmo precioso y te invito a meditarlo todo entero este domingo.
Ten presente que el día de Pentecostés, San Pedro, se referirá a este mismo salmo cuando hable de la resurrección de Jesucristo.
Pidamos que también un día sea realidad nuestra feliz resurrección.
  • Hebreos
Hoy leemos por última vez en este ciclo B del año la preciosa carta a los Hebreos de autor desconocido, posiblemente de Pablo.
Se trata del sacerdocio de Jesús que, por ser Dios verdadero, hizo una sola ofrenda de sí mismo para el perdón de los pecados de toda la humanidad y ahora, “sentado a la derecha del Padre”, espera feliz el fruto de su entrega: la salvación eterna para todos los consagrados por Él.
  • Verso aleluyático
Este versículo recoge una parte de Lc 21,36 que nos aconseja:
“Estad, pues, despiertos en todo tiempo pidiendo que podáis escapar de todo lo que está por suceder y manteneros en pie ante el Hijo del hombre”.
Buen resumen del tema del día.
Pidámoslo con fe al Señor.
  • Evangelio
No es fácil comprender este capítulo de San Marcos porque mezcla el fin del mundo con el fin de Jerusalén; es decir, la segunda venida o parusía de Jesús y la destrucción de la ciudad que aconteció pocos años después de su crucifixión.
Por otra parte habla con palabras enigmáticas como las que usan los profetas en el género apocalíptico.
De todas maneras queda claro que Jesús es el Señor y que vendrá a juzgar en nombre de Dios a la humanidad.
También queda claro que Jesús no ha dicho cuándo será ese fin del mundo por lo que no hay que creer a los agoreros que continuamente asustan a la humanidad poniendo fechas según su capricho:
“En cuanto al día y la hora nadie lo conoce ni  los ángeles del cielo, ni el Hijo, solo el Padre”.
Lo prudente es vivir bien y esperar siempre con fe y confianza la misericordia de Dios que ya ha hecho lo más importante: darnos a Jesús.

José Ignacio Alemany Grau

10 de noviembre de 2018

REMOLINO DE FE

¿Amigos, hablamos hoy de viudas?
¿O de plata?
¿O de Cristo sacerdote?
Hoy me van a permitir que les pida un poco de paciencia y espero que podamos sacar algunas conclusiones prácticas.
  • De las viudas
Pablo distingue entre las viudas jóvenes y las mayores.

En cuanto a las primeras sabe el apóstol que una mujer joven que queda viuda está expuesta al peligro, sea por su propia pasión o por parte de los hombres que puedan fijarse en ellas o por la necesidad que va a padecer si tiene hijos y otras obligaciones.
Para todos estos casos el apóstol tiene enseñanzas importantes que puedes meditar en 1Tm 5,1-16.
Quizá surja una pregunta:
¿Pero, no se ha casado ya para siempre?
La muerte la libra de este compromiso y puede renovar su matrimonio con Cristo y en Cristo.
Así ha sido la tradición de la Iglesia y si, algunas viudas al principio prometen fidelidad eterna al difunto, luego el cuidado de los hijos, si los tiene, o el deseo de tenerlos la impulsa a casarse de nuevo.
Que lo hagan, y que lo hagan bien, recibiendo nuevamente el sacramento del matrimonio.
  • Viudas sacrificadas
La de Sarepta era una mujer que tenía un hijo y estaba totalmente dedicada a él.
Eso es fidelidad y sacrificio.
Era tiempo de sequía y se acababa el agua, la harina y el aceite para el pan diario.
Llega el profeta Elías y le dice:
“Tráeme en la mano un trozo de pan, por favor”.
La generosidad de la mujer es clara pero no puede:
“Te juro por el Señor, tu Dios, que no tengo ni pan. Me queda solo un puñado de harina en el cántaro y un poco de aceite en la alcuza… Voy a hacer un pan para mí y mi hijo; nos lo comeremos y luego moriremos”.
Pero la viuda, religiosa de verdad, obedece al profeta y confía en el Señor.
Dios bendice su generosidad por medio del profeta que le dice:
“La orza de harina no se vaciará, la alcuza de aceite no se agotará, hasta el día en que el Señor envíe la lluvia sobre la tierra”.
Y así fue.
  • Jesús y otra viuda
El Evangelio nos presenta a Jesús examinando los corazones de los que echaban la limosna en la alcancía del templo.
Reúne a sus discípulos y les dice:
“Fíjense como dan los fariseos su plata ceremoniosamente, para llamar la atención, y sueltan monedas pesadas para que suenen en la alcancía del templo”.
Y entre ellos se acerca una viejita y suelta dos reales que ni suenan.
Jesús advierte a los discípulos que la generosidad no está en dar lo que sobra sino en dar lo que uno necesita: viuda y ancianita pero modelo de generosidad.
Cuántas viudas conocemos que se quitan el pan de la boca para atender a sus nietecitos o para colaborar con los pobres y las necesidades de la Iglesia.
La viuda de hoy “ha echado todo lo que tenía para vivir”.
Jesús es muy observador. Él recompensará tu generosidad, si la tienes.
  • Carta a los Hebreos
También en este domingo la Carta a los Hebreos nos hablará del sacerdocio de Cristo.
Sí. Jesús es el más generoso ya que por nosotros, pobretes y miserables, ha dado no unos centavos que hubieran bastado para redimirnos, sino todo.
Así nos enseñan los santos que una lágrima, o un poquito de sangre de Cristo, hubiera bastado para redimirnos a todos porque al ser Dios esa “cantidad” tenía un valor infinito.
Pero no.
Nos entregó hasta la última gota, su sangre, en la cruz.
Lo hizo una sola vez porque era más que suficiente.
Y después… se ha ido al cielo.
¡Óyelo bien!
“Se ha ido al mismo cielo para ponerse ante Dios intercediendo por nosotros”.
¿Lo habías pensado alguna vez?
El autor de la carta nos habla de dos venidas de Jesús:
Primero para librarnos el pecado y la “segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo esperan para salvarlos”.
  • Salmo responsorial 145
Este salmo nos presenta a Dios que tiene preferencia por los necesitados y tiene cariño especial por “el huérfano y la viuda”.
Si necesitas generosidad búscala siempre en Jesús y descubre la bondad de tantas personas que te rodean.

José Ignacio Alemany Grau.