29 de diciembre de 2017

COMO ESCALERA DE CARACOL

Reflexión homilética para este domingo 31 de diciembre
Ante todo feliz Año Nuevo 2018 y que el Señor bendiga todos los proyectos e ilusiones que tienes tú y sobre todo los que Él tiene sobre ti.
No creo que te extrañe el título de esta reflexión porque la vida parece una escalera de caracol por la cual vamos repitiendo casi a diario los mismos acontecimientos y nos puede parecer muy monótona.
Sin embargo la realidad es que pasa el tiempo y cada vez estamos más arriba.
Lo que hace importante a la escalera de caracol es el equilibrio que tenga sobre el mismo y único eje central. Entonces subimos tranquilamente peldaño tras peldaño.
Te deseo que el eje central de tu año y de tus años siempre sea el mismo y único: Dios que es el que te hace feliz y fuerte.
La Iglesia hace mucho tiempo que puso en el primer día del año la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, para marcarnos una orientación segura durante los 365 días.
Esto es maravilloso.
Si seguimos la comparación, María ha llegado a lo más alto a que puede llegar criatura alguna.
Por eso es bueno que desde el primer día del año aprendamos a ascender siempre recordando aquel hermoso dicho:
“Al principio era la Madre”.
A través de María e imitándola, llegaremos siempre a nuestra felicidad que es Dios.
Vayamos ahora, aunque brevemente, al mensaje de las lecturas de este día.

*       Libro de los Números
Este libro nos habla hoy de la bendición que Dios enseñó a Moisés, diciéndole:
“Esta es la fórmula con que bendeciréis a los israelitas”.
Muchas veces he visto en la sierra que los padres de los novios, cuando salíamos los sacerdotes del despacho parroquial, bendecían a sus hijos que tenían delante puestos de rodillas.
¿Cómo bendices tú?
Porque supongo que lo haces a los tuyos, especialmente a tus hijos.
Dios debe dar una bendición muy especial a través de los papás.
Te invito a aprender bien esta bendición que, aunque es del Antiguo Testamento, lleva tanta hermosura  que incluso san Francisco de Asís la repetía muchas veces:
“El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor.
El señor te muestre su rostro y te conceda la paz”.
Lo más bonito es lo que viene a continuación:
“Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré”.
Después de esta invocación será bueno que añadas la que hacemos siempre los católicos, es decir: “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
*       Salmo responsorial (66)
Muy apropiado para el día especialmente sobre la bendición que acabamos de comentar:
“El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros… Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga”.
*       San Pablo a los Gálatas
Nos dice hoy el apóstol que Dios “envió a su Hijo nacido de mujer”.
Sí. Dios quiso necesitar de una mujer. Es de fe. Por eso precisamente María es Madre de Dios, porque su verdadero Hijo, es verdadero Dios.
Y nos advierte San Pablo que el Hijo de Dios vino para “sacarnos de la servidumbre de la ley y hacernos hijos de Dios por adopción”.
Te hago la misma invitación que San Pablo en este día:
Aprovecha la presencia del Espíritu Santo en ti para repetir una y mil veces esta sencilla oración:
“¡¡Abbá, Padre!!”.
*       Versículo aleluyático
Nos hace una advertencia muy importante, tomada de la carta a los Hebreos.
Si es cierto que Dios nos habló muchas veces por medio de los profetas, ahora, como última y definitiva vez, nos ha hablado por Jesús y a Él tenemos que escuchar y seguir.
*       Evangelio
El Evangelio de San Lucas en este ambiente navideño, nos cuenta cómo los pastores, al oír a los ángeles que cantaban a Dios fueron corriendo a la cueva y contaron todo lo que “les habían dicho de aquel Niño”.
Dice el Evangelio que todos se admiraban de lo que decían los pastores.
Y “María conservaba todas estas cosas meditándolas en su corazón”.
¡Contemplativa!
¿Cuando lees el Evangelio de la Navidad, meditas la profundidad del misterio que encierra la encarnación del Verbo?
Finalmente, el Evangelio termina contándonos la circuncisión, que era un rito que cumplía todo israelita hombre, como signo de pertenencia al pueblo de Dios.
Como dice la Biblia Didajé “la circuncisión era un signo para unirse a la alianza de Israel como descendiente de Abraham”. Era entonces cuando le imponían el nombre al pequeño:
“Le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel, antes de su concepción”.
Ya sabes que etimológicamente, Jesús significa “Yavé salva”.
Ese era su nombre y su misión.
En nombre de Jesús te deseo un FELIZ AÑO 2018.

José Ignacio Alemany Grau, obispo

24 de diciembre de 2017

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO – NAVIDAD


Este año, el IV domingo de Adviento coincide con el 24 de diciembre, que es el día de noche buena y vigilia de Navidad.
Antes de reflexionar respondamos al problema práctico que algunos presentan: ¿Me basta la misa de Gallo para los dos días?
La respuesta es simple: No basta, debo asistir dos veces: la del 24 porque es domingo y la del 25 porque es fiesta de precepto. Ya sabemos que para el 25 la liturgia tiene tres esquemas distintos: la de medianoche, la de la aurora y la del día, cada una de las cuales tiene oraciones y lecturas diferentes. Puedes elegir la que quieras.
Como se trata de dos días especiales abordaré dos breves temas distintos, uno para el domingo IV y otro para Navidad.

***
Y LA DEJÓ EL ÁNGEL
En este cuarto domingo leemos el evangelio de la Anunciación: Dios que respeta siempre la libertad, podemos decir que en resumen envía al ángel Gabriel para hacerle una pregunta a la Virgen María:
-          ¿Aceptas ser Madre del Hijo de Dios?
Tenemos muchos puntos concretos para reflexionar en este bellísimo, y yo diría poético, pasaje:
+ Un saludo motivado por tres cosas.
La presencia del Señor en el alma de la Virgen; la gracia que ha llenado el corazón de María desde su propia concepción y la alegría que produce la presencia de Dios.
Esto debemos tenerlo muy en cuenta nosotros porque si, de verdad, queremos tener la alegría de Dios, es preciso vivir en gracia y si hace falta, será bueno incluso confesarnos para comulgar en esta Navidad.
+ La presencia verdadera de Dios en el alma no produce temor:
“No temas María”, dijo el ángel.
Cuando al Papa Juan Pablo II le agradecían su mensaje: “No tengan miedo”, él respondía: No es mío, eso es del Evangelio.
Este es precisamente uno de esos pasajes evangélicos.
+ María, que ha sentido en su corazón que Dios le pedía vivir virginalmente con José (estudia a fondo las palabras de este párrafo evangélico), no entiende cómo Dios le pide que tenga un Hijo.
+ El ángel explica a María el plan de Dios:
El Niño no será hijo de José pero sí de ella y, por un milagro especial, del Espíritu Santo.
+ Antes de irse el ángel da una  especie de consejo a la Virgen: tu pariente, la anciana Isabel, está encinta de seis meses: “Para Dios nada hay imposible”.
+ Cuando la Virgen María entiende el plan de Dios solo tiene una respuesta: “Aquí está la esclava del Señor. Hágase en mí según tu Palabra”.
+ Con esto quedó todo claro y “se fue el ángel”.
Y María comenzó a actuar como una mujer encinta… pero era Dios a quien llevaba en su seno.

DIOS HA VISITADO A SU PUEBLO
Estas palabras son las de Zacarías cuando recuperó el habla al nacer su hijo, Juan el Bautista.
Ahora nosotros tendríamos muchos textos que meditar sobre la Navidad. Son cuatro los esquemas que responden esta fiesta: la vigilia y tres momentos especiales: medianoche, la aurora y a lo largo del día, como decíamos antes.
Entresaquemos unos pensamientos de las lecturas del Evangelio:
+ La genealogía: Jesús, por la descendencia de su padre legal, san José, desciende de David.
+ A los pastorcitos, representantes del pueblo sencillo que siempre está ansiando conocer noticias, se les presenta un ángel que les da la mejor:
“Os traigo una buena noticia: hoy en la ciudad de David os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor”.
Por fin en la historia pudo decir el ángel que traía “una gran alegría para todo el pueblo”.
Cuántas veces al sentarnos frente a la televisión esperamos una alegría y qué pocas veces la encontramos.
“Vamos derechos a Belén a ver eso que ha pasado y que nos ha comunicado el Señor”.
Esta vez sí valía la pena ir a conocer de cerca el gran acontecimiento de la redención.
Fíjate bien que son los pastores los que confirman la fe de José y de María porque “al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel Niño”.
+ A San Juan se le representa con el águila porque así como esta ave se remonta con los ojos fijos en el sol, el evangelista se remonta a lo más alto de la Trinidad desde el comienzo de su Evangelio.
Qué importante es meditar a fondo estos dieciocho versículos del cuarto evangelio:
La Palabra, que era Dios, “se hizo carne y acampó entre nosotros y hemos contemplado su gloria”.
Y la gloria que pudieron contemplar los hombres el día de Navidad es la que corresponde “al Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad”.
Y… ¡ojo amigos!:
“A Dios nadie lo ha visto jamás”.
Esta afirmación es verdadera Palabra de Dios… y entonces, ¿cómo podemos conocer a Dios?
Aprende bien que solo a través de Jesús conocemos a Dios:
“Dios Hijo único que está en el seno del Padre es quien nos lo ha dado a conocer”.
Por eso todos en este día nos deseamos una Feliz Navidad, porque es el cumpleaños del Verbo encarnado.
¡FELIZ NAVIDAD!

José Ignacio Alemany Grau, obispo

15 de diciembre de 2017

DIOS FUENTE DE GOZO

Reflexión homilética para el tercer domingo de Adviento, ciclo B
*       Isaías
El libro de Isaías (Is 61) nos describe proféticamente cuál será la grandeza del Mesías prometido por Dios al pueblo de Israel.
Esto mismo leeremos también en Lc 4 cuando Jesucristo, en la sinagoga de Nazaret, se aplique a sí mismo estos versículos:
“El Espíritu del Señor está sobre mí…”
Pero, quizá, con un poco de atrevimiento, me permito decirte que tú mismo vayas leyendo con fe y detención la primera lectura de este domingo y te la apliques como si Dios te la dijera a ti.
Empecemos la aplicación, si te parece, de esta manera. Yo pongo las primeras palabras y tú sigues en esta oración ante Dios:
Desde el día del bautismo “el Espíritu….”
En cuanto al traje de gala, el manto de triunfo y la corona de novia… no olvides que son bastantes las veces que en la Biblia Dios se presenta como Esposo o Novio de Israel, de la Iglesia y de cada uno de los que pertenecen a la Iglesia.
Y Él nos embellece con los sacramentos, dones y frutos.
*        Salmo responsorial
En cuanto al salmo responsorial, el de hoy no es propiamente un salmo sino que meditamos el Magnificat de la Virgen con una aplicación que María hizo del mismo texto de Isaías aplicándose.
Que esto produzca en ti un gozo tan grande como el que vas a repetir entre versículo y versículo del salmo responsorial:
“Me alegro con mi Dios”.
*        San Pablo a los Tesalonicenses
Sabemos que este tercer domingo de adviento se llama de Gaudete (alégrense) porque así comienza el párrafo de esta carta:
“Estad siempre alegres…”
De hecho San Pablo hoy siguiendo el tema que estamos meditando nos invita a sentir la felicidad más profunda, la felicidad que Dios regala con su gracia y sus dones.
Es el gozo del Evangelio de que habla el Papa Francisco y que debes llevar siempre en el corazón.
(Recuerda su carta “El gozo del Evangelio”.)
Por todos estos dones de los que venimos hablando valen también para ti las palabras de Francisco:
“Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría”.
Por esto que vamos diciendo entendemos mejor las palabras de Pablo:
“No apaguéis el Espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo y quedaos con lo bueno”.
A continuación pide Pablo que, evitando toda clase de mal, nos dejemos consagrar por Dios para que nuestra alma viva siempre en la paz y alegría, manteniéndose sin reproche hasta el encuentro con Cristo.
*        Verso aleluyático
El aleluya repite una vez más lo que es la idea central del día que aparece muy clara en este domingo:
“El Espíritu del Señor está sobre mí”.
*        Evangelio
El Evangelio es de San Juan y nos habla del Bautista. La liturgia ha tomado dos versículos del primer capítulo para hacer una presentación teológica profunda de él:
“Vino a dar testimonio de la luz, pero no era la luz”.
Y a continuación leemos un diálogo entre Juan y los judíos que venían con algo más que curiosidad.
Querían saber por qué ese hombre, desconocido para ellos, estaba predicando penitencia con tanto fuego en el alma.
Lo que más llama la atención es la sinceridad de Juan que sabe bien que no es ninguno de los personajes con los que quieren identificarlo, pero sí sabe que tiene un papel muy especial confiado por Dios que lo ha escogido como el precursor del Mesías.
Por eso afirma con toda libertad que ni es el Mesías, ni es Elías, ni es un profeta. Simplemente se presenta como “la voz que grita en el desierto: Allanad el camino del Señor”.
Pero lo más hermoso es el acto de humildad que hace y cómo aprovecha la oportunidad para proclamar la grandeza del que viene:
“Yo bautizo con agua pero detrás de mí hay uno que no conocéis y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia…”
La gran afirmación de Juan será:
Yo bautizo con agua pero en medio de ustedes está el que bautiza con el Espíritu Santo.
Quiera Dios que este maravilloso Juan nos ayude a todos a ser humildes y a evangelizar con todo el fuego de nuestro corazón.

+ José Ignacio

9 de diciembre de 2017

QUE DIOS LOS ENCUENTRE EN PAZ CON ÉL



QUE DIOS LOS ENCUENTRE EN PAZ CON ÉL

Estamos en el segundo domingo de Adviento.
La liturgia va entrelazando los pensamientos serios sobre la segunda venida del Señor con la preparación gozosa del Mesías que llega.

  • Durante este tiempo la liturgia nos traerá frecuentemente el recuerdo del profeta Isaías para que prepare nuestros corazones. Podríamos decir que Isaías es el profeta preferido por la liturgia
  • Isaías
La lectura de hoy pertenece al “segundo Isaías” que manifiesta su ternura hablando directamente al corazón. Es de advertir que bajo el nombre de Isaías se incluyen tres hagiógrafos:
“Consolad, consolad a mi pueblo, hablad al corazón de Jerusalén”.
Lo que pretende el Señor por el profeta es que el pueblo de Israel se prepare para la llegada del Mesías. Son muchas las comparaciones que va empleando Isaías.
Desde los trabajos para enderezar los caminos al rey que viene, hasta la vigilancia del centinela que debe alertar al pueblo, porque quien viene no es un personaje cualquiera sino el mismo Dios:
“Mirad, el Señor Dios llega con poder y su brazo manda.
Mirad, viene con Él su salario y su recompensa lo precede”.
Y volviendo a la imagen bíblica tan querida del Buen Pastor, refiriéndose al mismo Señor dice:
“Como un pastor que apacienta el rebaño su brazo lo reúne, toma los corderos y hace recostar a las madres”. 

  • Salmo responsorial (84)
Podemos aplicar las súplicas de hoy al Mesías que viene y pedirle todos los bienes espirituales y materiales de que habla el salmo:
La paz a su pueblo, la salvación a los fieles, la misericordia y la fidelidad que se encuentran y la justicia y la paz que se besan como en un feliz matrimonio.
Por otra parte, pide la lluvia para que dé fruto a tiempo.
Aprovechemos también nosotros para pedir a Dios la lluvia oportuna para nuestras cosechas.

  •  San Pedro
El apóstol nos invita a tomar muy en serio la segunda venida del Señor y nos repite cómo, aunque parezca que tarda el Señor, Él llegará.
Medita:
+ El día del Señor llegará como un ladrón.
+ Habrá destrucción en el cielo y en la tierra.
Y después de decirnos que “si todo el mundo se va a desintegrar” de este modo, lo lógico es que debemos llevar una vida santa y piadosa. Lejos de llevarnos a la desesperación Pedro nos da buenos consejos que debiéramos tener siempre presentes:
“Confiados en la promesa del Señor esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que por fin habitará la justicia”.
Por eso añade el apóstol:
“Procurad que Dios os encuentre en paz con Él, inmaculados e irreprochables”.

  •  Evangelio
El Evangelio de Marcos comienza de una manera original y muy importante:
“Comienza el Evangelio de Jesucristo Hijo de Dios”.
Esto sale al paso para refutar algunas herejías que afirman que Jesucristo no es verdadero Dios.
Aquí en cambio, desde el título, se nos presenta a Jesucristo como Hijo de Dios, es decir, de la misma naturaleza del Padre.
Después de esto nos trae las palabras de Isaías para presentarnos a Juan, el precursor:
“Envío mi mensajero delante de ti para que te prepara el camino”.
Juan vestía toscamente una piel de camello y una correa de cuero a la cintura.
Su comida era bien pobre: “saltamontes y miel silvestre”.
Pero lo importante era el fuego con que quería preparar la venida del Mesías del que posiblemente ya tenía noticias por los acontecimientos familiares de su infancia.
Juan gritaba con toda humildad:
“¡Detrás de mí viene el que puede más que yo!”
Y lo más importante de todo es que Juan bautizaba con agua como lo hacían otros profetas, pero él anunciaba la llegada inminente del que bautizaría con Espíritu Santo.
De esta manera ya nos vamos acercando al ambiente que se vivía en aquel tiempo en Israel, ya que había muchos signos que hablaban de la proximidad del Mesías.
Para nosotros que sea esto una invitación para purificarnos, y si es preciso confesarnos, para acercarnos más dignamente al sacramento de la Eucaristía e ir así preparándonos a la Navidad que se acerca.

+José Ignacio Alemany Grau, obispo

2 de diciembre de 2017

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO





PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

Hoy se inicia el año litúrgico que, como puedes darte cuenta, no coincide con el año civil que empieza el 1 de enero.
Hagamos una breve introducción al año litúrgico recordando algunos detalles:
+ El año litúrgico tiene tres partes fundamentales: 
1) Adviento y navidad; 2) Cuaresma y pascua y 3) Tiempo ordinario.
+ Para las lecturas diarias tomaremos las del “año par”.
+ Como sabemos hay tres ciclos:
1) En el ciclo “A” nos acompaña el apóstol y evangelista San Mateo.
2) En el ciclo “B” San Marcos.
3) En el ciclo “C” San Lucas.
El evangelista San Juan aparecerá en los distintos domingos.
Este año nos toca el ciclo B y nuestro compañero fundamentalmente será San Marcos.
+ Los ornamentos del día durante el adviento (cuando no haya fiesta especial) son de color morado, excepto el tercer domingo que se puede utilizar el color rosa.
+ Cuando se hace la corona de adviento se suele poner como fondo el color verde con cintas rojas y cuatro velas del color de los ornamentos: tres moradas y una rosa.
+ El adviento tiene en realidad tres partes:
1) El primer domingo nos hablará de la Parusía.
2) El segundo y tercero nos hablarán de San Juan.
3) El cuarto nos preparará para la navidad.
A continuación desarrollamos algunos pensamientos sobre este primer domingo de adviento:
*      Isaías
El profeta nos presenta  distintas reflexiones, todas ellas muy interesantes y dignas de que las meditemos, pero en este día quiero fijarme en estas:
+ “Ojalá rasgases el cielo y bajases, derritiendo los montes con tu presencia”.
Esto nos trae a la memoria, sin duda, estas otras palabras del mismo profeta, que repetiremos durante el adviento:
“Cielos, destilad el rocío, nubes, derramad al justo; ábrase la tierra y brote al Salvador”.
+ Fijémonos también en algo muy importante para nuestra vida que vamos a leer al comienzo y al final de la lectura de hoy:
“Tú, Señor, eres nuestro Padre, tu nombre de siempre es “nuestro Redentor”.
+ Y terminaremos la lectura con esta otra frase más profunda y completa:
“Señor, tú eres nuestro Padre, nosotros la arcilla y tú el alfarero: somos todos obra de tu mano”.
Qué hermoso confiarse a la providencia de Dios, como la arcilla en manos del alfarero.
*      San Pablo
En el inicio de la carta de San Pablo a los Corintios leemos estas palabras de cómo es un cristiano cuidado por la providencia divina:
“No carecéis de ningún don, vosotros que aguardáis la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”.
Y también esta otra sobre la bondad de Dios:
Por Cristo “habéis sido enriquecidos con todo: en el hablar y en el saber…”
Por eso será bueno que, admirando tantas maravillas como Dios ha hecho con nosotros, vivamos en acción de gracias como el apóstol.
*      Evangelio
Es de San Marcos y nos invita una vez más (como lo ha hecho la liturgia en esta última temporada) a “vigilar”.
Es de advertir que en el breve párrafo de hoy nos repite varias veces esa palabra.
Jesús nos presenta el ejemplo de un hombre que fue de viaje y dio una tarea a cada criado con el encargo de que estuvieran vigilantes al atardecer, o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer, para que en cualquier momento que llegara él estuvieran bien despiertos.
Y Jesús termina con estas palabras muy importantes para nuestro adviento:
“Lo que os digo a vosotros os digo a todos: velad”.
Con estos pensamientos podemos conocer qué nos pide claramente la liturgia de hoy.
*      Salmo responsorial
Sin embargo podemos completar con el salmo 79 que nos invita a invocar a nuestro Padre, ahora con el nombre de Pastor, para que “despierte su poder y venga a salvarnos”.
Y siguiendo la otra comparación tan querida, sobre todo por el profeta Isaías, le decimos también:
“Ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó y que tú hiciste vigorosa”.
Y podríamos terminar con el versículo aleluyático que es una oración confiada a Dios:
“Muéstranos tu misericordia y danos tu salvación”.

José Ignacio Alemany Grau, obispo